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Arabia Saudita hace público un provocativo ultimátum a Qatar
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Global Research, junio 26, 2017
World Socialist Web Site 24 June, 2017
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Arabia Saudita y sus aliados han hecho público un extraordinario ultimátum a Qatar que crea el marco para una drástica escalada de la confrontación que empezó con la imposición de un bloqueo diplomático y económico a principios de junio. Se le han concedido diez días a Qatar para que acate a una amplia lista de trece exigencias o afronte unas consecuencias sin especificar. En caso de aceptarlas el diminuto y rico en energía Estado del Golfo se transformaría en un vasallo político de Riad.

Las exigencias, que se hicieron públicas ayer [23 de junio de 2017], son una provocación calculada que, como demasiado bien saben Arabia Saudita y sus aliados, casi con toda seguridad se rechazará. Según Associated Press (AP), los vecinos de Qatar insisten en que las exigencias son indispensables, es decir, no negociables, y advierten de otras sanciones además de las ya existentes restricciones en las rutas aéreas, marítimas y terrestres.

Yousef al-Otaiba, embajador de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) en Estados Unidos, señaló a AP que las sanciones a Qatar no tendrían un “elemento militar”, pero no se puede dar crédito a esta afirmación. La imposición de un bloqueo por parte de Arabia Saudita, Egipto, los EAU y Barhein equivale a un acto de guerra y ofrece muchas oportunidades para que se produzca una provocación que podría precipitar un conflicto militar.

En un alarde de extraordinaria hipocresía Arabia Saudita, tristemente célebre por financiar milicias islamistas, esgrime la “guerra contra el terrorismo” como pretexto para su ultimátum. Entre las exigencias se incluye que Qatar rompa su relación con una lista de “organizaciones terroristas, sectarias e ideológicas” y entregue a “figuras terroristas”, fugitivos e individuos reclamados por Arabia Saudita, los EAU, Egipto y Barhein.

Qatar ha negado enérgicamente las acusaciones y declarado que no negociará hasta que se levante el bloqueo. En respuesta a la lista de 59 individuos y grupos “terroristas” hecha pública por Arabia Saudita y sus aliados, el ministro de Asuntos Exteriores de Qatar, Sheikh Mohammed bin Abdulrahman Thani, afirmó que en ella se incluían organizaciones benéficas legítimas, grupos a los que Qatar ya había sancionado y extremistas que habían muerto o que ya no vivían en el país.

La insistencia de Riad en el cierre del canal de televisión y de noticias catarí Al Jazeera y de otros medios patrocinados por Qatar pone de relieve el carácter extremadamente político de las exigencias saudíes. La monarquía saudí y sus despóticos aliados están dispuestos a silenciar cualquier crítica de sus políticas y a obligar a Qatar a entregar a personas criticas y opositoras para castigarlas. Qatar debe proporcionar detalles de todos sus contactos con la oposición política en Arabia Saudita, Egipto, los EAU y Barhein.

La exigencia principal es que Qatar rompa relaciones con Irán, considerado por Arabia Saudita su principal rival por el dominio regional. El ultimátum exige a Qatar reducir sus relaciones diplomáticas con Irán, cerrar las misiones diplomáticas iraníes en Qatar, expulsar a miembros del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria de Irán, poner fin a la cooperación militar y de inteligencia con Irán, y reducir las relaciones comerciales con Irán.

Arabia Saudita también exige a Qatar el cierre inmediato de la base militar turca que se está construyendo en el país y detener la cooperación militar con Turquía. Este país, que ha incrementado su apoyo a Qatar tras la imposición del bloqueo encabezado por Arabia Saudita, anunció ayer que no tiene intención de cumplir esta exigencia.

En un paso que hunde aún más el dedo en la llaga, Arabia Saudita exige a Qatar que pague unas indemnizaciones no especificadas por la pérdida de vidas y financieras supuestamente causadas por sus políticas recientes.

Al mismo tiempo, Qatar debe “alinearse militar, política, social y económicamente” con los demás países del Golfo y árabes, con lo que se convertiría en una colonia de Arabia Saudita, país que decidirá sus políticas externa e interna. Para asegurar que Qatar acata estas exigencias se establecerá un sistema de auditorías intrusivas durante la próxima década.

El presidente estadounidense Trump ha aplaudido el bloqueo dirigido por Arabia Saudita impuesto a Qatar y ha afirmado que es un logro de su gira por Oriente Próximo el mes pasado. “No podemos permitir que estas naciones increíblemente ricas financien el terrorismo radical islámico o el terrorismo de cualquier tipo”, afirmó en un mitin celebrado en Iowa la semana pasada. En referencia a su encuentro con el rey saudí Salman Trump se jactó de que “hemos dado un gran paso” en la toma de medidas enérgicas contra la financiación del terrorismo.

Aunque Trump se alineó entusiasmado con Arabia Saudita en contra de Qatar, el Secretario de Estado estadounidense Rex Tillerson fue más cauteloso y advirtió el jueves que cualquier lista de exigencias a Qatar tenía que ser “razonable y factible”. Washington mantiene desde hace tiempo relaciones con Qatar que incluyen una importante y estratégica base aérea estadounidense que alberga a 10.000 soldados estadounidenses. Qatar es la base de vanguardia del Comando Central estadounidense y el centro de las operaciones de inteligencia en la zona.

El apoyo del gobierno Trump a Arabia Saudita forma parte de una más amplia ofensiva regional dirigida en primera instancia contra Irán, pero también contra Rusia. El ejército saudí respaldado por Washington ya está involucrado en la larga y sangrienta guerra en Yemen contra los rebeldes chiíes huti que Riad afirma están respaldados por Teherán.

Arabia Saudita también participa en la guerra encabezada por Estados Unidos en Siria para derrocar el gobierno del presidente Bashar al-Assad respaldado por Rusia e Irán. Aunque en teoría el conflicto se dirige contra el Estado Islámico de Iraq y Siria (ISIS por sus siglas en inglés), un grupo islamista reaccionario cuyas raíces están en grupos armados y financiados por la CIA, Arabia Saudita y sus aliados del Golfo, este conflicto se dirige cada vez más y abiertamente contra el régimen de Assad.

Esta semana las Fuerzas Aéreas estadounidenses derribaron por primera vez un bombardero del gobierno sirio en lo que se está convirtiendo en una lucha por lograr territorio como preparación para un enfrentamiento con Assad y sus partidarios una vez que el ISIS sea neutralizado. Estados Unidos ha reclamado una zona de exclusión aérea en un paso fronterizo estratégico de Iraq a Siria donde está adiestrando a combatientes en contra de Assad y ha derribado a dos drones iraníes en las últimas semanas.

La intensificación de la guerra en Siria por parte de Estados Unidos se produce después de que las fuerzas que actúan por delegación de Washington sufrieran golpes importantes y fueran expulsadas de la ciudad de Alepo a principios de este año. Las temerarias acciones de Washington aumentan el peligro de un conflicto mucho más amplio con Irán y Rusia. Tras el derribo del avión sirio, el ejército ruso declaró que no seguirá los protocolos para “rebajar el conflicto” y que podría atacar a aviones de guerra estadounidenses y aliados amenazadores.

El ultimátum lanzado por Arabia Saudita y sus aliados a Qatar ha añadido otro foco de tensión explosivo al polvorín en Oriente Próximo que podría provocar un catastrófico conflicto regional y mundial que involucra a potencias nucleares.

Peter Symonds

Artículo original en inglés:

Saudi Arabia issues provocative ultimatum to Qatar, publicado el 24 de junio de 2017.

Traducido por Beatriz Morales Bastos para Rebelión.

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