Tanto en el sector empresarial como en el Banco Central se vienen organizando charlas para explicar el mecanismo: el pago de comercio con yuanes que se incorporó a través del Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA).
En esas explicaciones se grafica el procedimiento como sigue: una vez que, por ejemplo, una empresa argentina y otra china tienen acordado el contrato comercial nominado en renminbi (la moneda china, cuya unidad es el yuan), y por otro lado ya tienen todos los trámites y regulaciones previas aprobadas por las autoridades de la Secretaría de Comercio Exterior y de Aduanas, se inicia el procedimiento en el SIRA y empiezan a intervenir el banco importador y el ICBC Clearing, que es una nueva institución separada (aunque funciona en su mismo edificio) del banco de origen chino ICBC en la Argentina, único autorizado para la compensación bancaria.
El monto que marca la factura de la operación es depositado por el importador en su banco y se hace la conversión en CNY (la nominación del yuan para operaciones con la República Popular China) o en CNH (la nominación del yuan para destinos offshore, por ejemplo si es con una contraparte de Hong Kong, Malasia, Singapur, Taiwán u otra de cualquier destino que acepte cobrar en renminbi). Ambas cotizaciones son muy similares. Con la intervención del banco compensador, se solicitará entonces los yuanes correspondientes al BCRA y éste lo transferirá al People’s Bank of China (PBOC, o Banco del Pueblo de China, central) para que a su vez los gire al cliente.
El ICBC Clearing ya ha recibido pedidos de una docena de otros bancos de la Argentina cuyos clientes quieren operar comercio de este modo. La institución abre cuentas a esos bancos, llamados “participantes”, no a una persona ni a una empresa. Una ventaja que se remarca en la entidad es que antes, cuando este tipo de acciones debía hacerse por ejemplo con la intermediación de un banco en Hong Kong (que era lo más común) u otro mercado, las diferencia horarias, idiomáticas y otras podían generar más complicaciones y demoras. Con todo, hay que señalar que por ahora no se aceleró el tiempo de las operaciones como se había prometido. Tampoco se evacuaron todas las dudas que tienen importadores locales en cuanto a si hay cambios dependiendo del lugar de procedencia o embarque (puede no ser la misma China) u otros detalles, si bien es cierto que es algo todavía muy nuevo que habrá que desarrollar más y aceitar mejor.
Los bancos para clearing que ha fijado China en el mundo son el ICBC (en la Argentina, Brasil y otros países), el Bank of Construction (en Chile) y el Bank of China en otros.
En el caso argentino, el acuerdo entre ambos gobiernos es que del total equivalente a unos 18.000 millones de dólares en reservas argentinas nominadas en yuanes, 5.000 millones puedan usarse para este intercambio comercial hasta que se agoten, lo que se estima que llevará aproximadamente unos cinco meses (pues este mes se remplazarán con yuanes 1.070 millones que se iban a pagar en dólares, según anunció en su momento el ministro Sergio Massa). Al ser ejecutado ese monto, la Argentina paga un interés a China por ese uso, que ronda el 7%. Se estima que luego, si hay voluntad de continuar con el mecanismo, podrá renovarse el acuerdo por montos adicionales. Por lo demás, si Massa viaja a Shanghai a fin de este mes para participar en la reunión del banco de los BRICS, podría avanzar en gestiones para la ampliación del acuerdo financiero.
Como marco de fondo, coincidieron dos fenómenos para que se acelere esta operatoria: la necesidad argentina de cuidar sus dólares frente a la restricción externa, la corrida cambiaria y el peso del endeudamiento externo, y por el lado de China, su ambición de que, mediante estos clearings, avance el uso de yuanes en el mercado mundial, donde su moneda ya ocupa el cuarto o quinto puesto en un ranking liderado todavía por mucho margen por el dólar estadounidense. Pero la tendencia va cambiando. En la propia China, el mes pasado fue la primera vez que en su comercio transfronterizo los exportadores e importadores usaron más yuanes que dólares.
Néstor Restivo