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Asesinato de Marielle: ¿Golpe militar inminente en Brasil?
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Global Research, marzo 21, 2018

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La intervención militar en Río ha sido considerada por el Ejército y el presidente Temer, un “laboratorio para Brasil”, ha dicho el Comandante del Ejército para la operación. “Las fuerzas derechistas pretenden detener a las organizaciones populares”, dice al Centro de Investigación sobre la Globalización (Global Researchel historiador brasileño Vitor Schincariol.

Las revistas que los militares brasileños en Río de Janeiro están entregando a los niños desde los primeros días de la intervención, con una tapa que muestra un monstruo rojo (el “peligro rojo”) atacando a un niño blanco y rubio protegido por dos oficiales del ejército, tiene todo que ver con el asesinato con cuatro disparos en la cabeza y otros tantos más en todo el cuerpo de la activista por los derechos humanos y concejal Marielle Franco (Partido Socialismo y Libertad) a los 38 años, y su conductor el 14 de marzo en el estado militarmente ocupado de Río de Janeiro.

Además de no ser una sorpresa en el Brasil de hoy las bromas relacionadas con el asesinato de la desconocida política en el resto de Brasil antes de su muerte, publicadas en redes sociales conservadoras, poco a poco sustituidas por videos de comediantes brasileños – para cambiar el tema.

La munición utilizada en el crimen cometido 30 días después de la ocupación militar, provino de la Policía Federal (PF), adquirida en 2006 en un envío comprado de la policía de Brasilia. Probablemente, los delincuentes la adquirieron, directa o indirectamente, a través de corrupción dentro en la PF.

Cuatro días antes de la ejecución, Marielle había publicado en su red social una nota repudiando el 41º Batallón de la Policía Militar de Río, pues un día antes unos de sus agentes habían arrojado los cuerpos de dos jóvenes a un río, después de matarlos. El 41° Batallón es el más violento del Estado, ampliamente conocido en la vecindad por las ejecuciones y torturas de personas desarmadas.

Aunque los principales medios brasileños han mostrado a Marielle como activista de una lucha abstracta después de su muerte, activista por una paz genérica que no contextualiza sus causas étnicas, políticas y de clase – justamente por qué la negra, socialista y residente de una favela fue asesinada -, este crimen tiene mucho qué decir acerca de la realidad aterradora de Brasil.

“El asesinato de Marielle intenta poner a la izquierda brasileña bajo la presión del miedo”, dice al Centro de Investigación sobre la Globalización (Global Research) el historiador brasileño Vitor Schincariol.

Marielle solía denunciar los constantes crímenes de los órganos de seguridad pública contra los residentes de las favelas, la gran mayoría de ellos negros en la misma ciudad que los militares aseguran defender a través de la intervención hoy, dos semanas antes de ser asesinada Marielle se había unido a una comisión para analizar la intervención militar del presidente de facto Michel Temer en Río. Y ella misma comenzó a denunciar abusos militares. Marielle no fue robada ni reaccionó a los disparos, así que una ejecución sumaria es muy probable.

El Comandante del Ejército, Eduardo Villas Bôas, dijo en una reunión oficial el 19 de febrero que los militares que intervienen en la seguridad de Río necesitan “garantías” para evitar enfrentar “una nueva Comisión de la Verdad”. (Entre 2012-2014, se estableció una Comisión de la Verdad en Brasil para investigar los crímenes militares durante la dictadura militar, de 1964 a 1985 en el país sudamericano).

Los datos publicados el 15 de marzo, basados ​​en un estudio de la prensa local y de la Policía Militar de la ciudad brasileña, revelan que se cometieron 149 asesinatos en tiroteos el mes pasado en el Río militarmente ocupado, contra 126 entre el 15 de enero y el 16 de febrero, cuando la ciudade no estaba militarizada. Hubo 133 tiroteos en la presencia de un oficial de seguridad en el último período. Entre enero y febrero, el número había sido 106.

Si en septiembre de 2017 el 48% de los brasileños ya apoyaban otro golpe militar, el 74% ahora apoyan la intervención militar en Río, “un laboratorio para Brasil” según el general Braga Neto, quien encabeza la intervención, insinuando claramente la intención de militarizar todo el país nuevamente, lo cual no sería una sorpresa teniendo en cuenta los recientes acontecimientos, la vida cotidiana en el país sudamericano, especialmente desde 2013 cuando Brasil experimentó su “Primavera”.

Brasil está viviendo un profundo estado de odio, especialmente contra los pobres, negros e izquierdistas, sentimiento agravado por la crisis financiera, por supuesto. La sensación es que cada camino lleva a otra intervención militar. En todo el país, no pocos militantes e intelectuales de izquierda están experimentando, incluso, fuerte persecución institucionalizada por parte de sectores públicos.

Se confirma que la Fiscalía en la nación sudamericana ha sido influenciada por el régimen de Washington, especialmente para condenar al ex-presidente Luiz Inácio Lula da Silva – el propio juez Serio Moro hizo cursos secretos en los EE. UU., de acuerdo con cables secretos recientemente revelados por WikiLeaks. “Las fuerzas de derecha tienen la intención de detener a las organizaciones populares”, dice Schincariol, docente de la Universidad Federal do ABC (UFABC), en São Paulo.

En este video de 2015 en una reunión católica en Brasilia para debatir justicia social y paz en la nación, un obispo terminó fuertemente atacado (por otros católicos): una histeria demasiado aterradora que representa perfectamente al Brasil de hoy.

Michel Temer tomó el poder en 2016 como marioneta de los militares y de EE. UU. Dado el fracaso total de sus políticas económicas, la falta de legitimidad de su mandato desde el inicio, el descrédito político generalizado entre las personas sumado a las convulsiones sociales que surgen debido a la situación actual, por lo que el asesinato de Marielle hace sonar el silbato de la olla a presión, se puede concluir con seguridad que, más que nunca desde 1985, un golpe militar es inminente en Brasil.

Schicariol observa que el impedimiento de Dilma Rousseff en 2016 “no fue suficiente para evitar las organizaciones continuas y subyacentes de las fuerzas progresistas en Brasil, bajo diferentes formas democráticas, con sus demandas legítimas de igualdad de derechos entre negros y blancos, mujeres y hombres, etc.”

El historiador brasileño explica que las fuerzas de derecha están muy conscientes de eso, por lo que quieren detener a las organizaciones populares. “Entonces, la mafia local y las fuerzas derechistas, junto con las fuerzas imperialistas, juegan un juego cada vez más peligroso que tiene como efecto lógico el cuestionamiento de las formas tradicionales de organizaciones democráticas por la izquierda, y su sustitución por las más radicales,” dice el profesor doctor de la UFABC.

“Disparar una guerra civil abierta es el objetivo de algunas fuerzas conservadoras brasileñas”, dice Schincariol. Y agrega: “Eso justificaría un uso aún más feroz de las fuerzas militares por parte del Estado. Es un nuevo tipo de escenario, y las fuerzas democráticas deberían preocuparse por ello”.

 Edu Montesanti

Artículo original en inglés:

Marielle Killing: An Imminent Military Coup in Brazil?, publicado el 19 de marzo de 2018.

Traducido por Edu Montesanti para el Centro de Investigación sobre la Globalización (Global Research).

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