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Bolsonaro y la nueva crisis
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Global Research, octubre 31, 2020
Página 12
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El gobierno de Jair Bolsonaro tiene dos sectores nítidos. Uno, llamado “ideológico”, obedece con fidelidad radical al astrólogo auto-nombrado filósofo Olavo de Carvalho, que vive en Estados Unidos. Sus integrantes ejercen un fundamentalismo ultra-derechista primate, como nunca se vio en Brasil, siquiera en tiempos de la dictadura que tuvimos entre 1964 y 1985.

El otro es el sector salido de los cuarteles, el “ala militar”. Entre la ultraderecha fundamentalista de los “ideológicos” y el reaccionarismo patriotero de los militares hubo, desde siempre, roces y disputas por espacio de poder. Hasta ahora, perdieron más los militares que los “ideólogos”.

Pero por primera vez lo que se ve no es alguna trampa armada por los ultraderechistas, coordinados por el más desequilibrado de los hijos presidenciales, Carlos.

No, no: lo de ahora es un enfrentamiento entre dos ministros de Bolsonaro, un “ideológico” y un militar.

Luiz Eduardo Ramos, el general que ocupa el puesto de Secretario-General de Gobierno y coordina las relaciones con el Congreso, fue blanco directo de un ataque de Ricardo Salles, el ministro de Medioambiente. Por primera vez hay un enfrentamiento abierto entre dos legítimos representantes de las alas el gobierno.

En disputas anteriores entre “ideológicos” y uniformados, Bolsonaro trató de no tomar partido, esperando que los vientos se calmaran, o fulminó rápidamente a quien quería fulminar. Pero, vale reiterar, se trataba de trampas de corrosión armadas en el silencio de los pasillos, y no de una ráfaga de furia lanzada públicamente por un ministro contra otro. Salles, vía twitter, llamó Ramos de “María Chismona”. Un detalle de lo que ahora ocurre llama la atención: más allá de una disputa por espacio y poder, se trata de una batalla entre dos proyectos opuestos relacionados al medioambiente.

Hace pocos días Ricardo Salles repitió una actitud que había tomado en agosto: alegando falta de recursos, suspendió el trabajo de las brigadas de combate a incendios en la selva. Los embates entre el ministro y el ala militar crecieron desde que el vice-presidente, general Hamilton Mourão, fue nombrado por Bolsonaro para asumir el Consejo de la Amazonia. Frente a la inercia de Salles mientras ocurre una devastación descontrolada en la región amazónica, diplomáticos europeos prefieren dialogar con Mourão, que pese a su reaccionarismo ilimitado muestra un cierto equilibrio a la hora de conversar. La tendencia ahora es que la tensión aumente hasta hacer imposible la permanencia de uno de los dos en el gobierno.

Bolsonaro está en un callejón sin salida. Si expele a Salles sabe que no encontrará a alguien que, como él, proteja la explotación ilegal de la Amazonia y enfrente a la comunidad internacional. Además, dejaría espacio para que se entienda que está bajo tutela del sector militar. Si echa a Ramos, se desgastaría otra vez ante los uniformados que lo rodean. Y nada indica la posibilidad de que se deshaga de los dos.

Eric Nepomuceno

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