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Cuando el dólar estadounidense abandonó el patrón oro
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Global Research, agosto 18, 2020
alainet.org 15 August, 2020
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Aún no acabada la Segunda Guerra Mundial, se reunieron en Bretton Woods los líderes de los países más industrializados de la época. Se buscaba recuperar la golpeada economía mundial. La Argentina, ausente. En Bretton Woods, en julio de 1944, con John Maynard Keynes en el centro de las discusiones, se fijó el dólar estadounidense como una de las monedas de reserva mundial.

Duró hasta 1971 el esquema de patrón oro cuando el presidente Richard Nixon, acorralado por el déficit que generó Guerra de Vietnam, decidió abandonar patrón oro. Hace hoy exactamente 49 años el dólar estadounidense, la última de las monedas de reserva mundial acordada en el tratado de Bretton Woods, dejó de tener respaldo oro ante la decisión anunciada por el entonces presidente de los Estados Unidos de América, Richard Milhaus Nixon, frente a la crisis que vivía el país tras la derrota en Vietnam y la política monetaria impulsada por el presidente de Francia, Charles André Joseph Marie De Gaulle.

El 15 de agosto de 1971 Nixon anunció oficialmente el fin del sistema de patrón oro en la política monetaria internacional, acordado en la conferencia de Bretton Woods en el estado de New Hampshire, EUA, entre el 1 y el 22 de julio de 1944, cuando se acercaba el fin de la Segunda Guerra Mundial, y mediante el cual dos monedas de reserva con respaldo metálico, el referido dólar y la libra esterlina del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, se convertían en el eje de todas las transacciones internacionales.

Esa noche de mediados de agosto, tras haberse asesorado con el secretario del Tesoro, John Bowden Connally, y con el subsecretario de Asuntos Monetarios, Paul Adolph Volcker y algunos otros colaboradores, Nixon hizo saber al mundo que de ahí en más la moneda estadounidense iba a flotar libremente, convirtiéndose tan sólo en un activo fiduciario, lo que provocó el pánico en todo el mundo que veía como el todopoderoso país que en 1896 se había convertido en la primera economía planetaria comenzaba a hacer agua.

En el pueblo rural de Bretton Woods, 27 años antes se habían reunido 730 representantes de 44 países en la sede del Hotel Mount Washington, entre los que se contaron personajes tan notables como John Maynard Keynes, en representación del Reino Unido, Harry Dexter White, por los EUA y Henry Morgenthau, por Noruega, mientras entre otros latinoamericanos participó el mexicano Víctor Urquidi, en tanto la Argentina se mantuvo al margen de todo ello hasta agosto de 1956 cuando la incorporó la golpista «Revolución Libertadora» bajo la gestión de Pedro Eugenio Aramburu. Fue de allí que surgieron el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF, comúnmente llamado Banco Mundial) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), a cuya adhesión se negó a lo largo de todo su Gobierno el presidente Juan Domingo Perón como ya lo había hecho, bajo la inspiración de éste, su antecesor, Edelmiro Julián Farrell.

El sistema de «cambio patrón oro» de Bretton Woods no pudo seguir mucho tiempo como tal ya que el 19 de septiembre de 1949, bajo el gobierno del laborista Clement Richard Attle el Reino Unido devaluó su moneda alrededor de un 40 por ciento y abandonó la convertibilidad metálica dejando sólo al dólar estadounidense como referente de aquellos acuerdos, aunque hubo países que siguieron con su propia moneda respaldada en oro como Suiza, durante algunas décadas más.

Pero las políticas militaristas de los EUA tenían su costo y éste se fue acrecentando con el tiempo generando fuertes déficits fiscales, como sucede hoy mismo lo que lo han convertido en el país más endeudado del mundo al adicionar a las erogaciones bélicas un consumismo generador de saldos de intercambio comercial crecientemente negativos todo lo cual ha venido siendo sostenido con la emisión de títulos del Tesoro que hoy están en poder de China, Japón, el Reino Unido, Arabia Saudita, Corea del Sur, el Brasil y otros países acreedores de la primera potencia mundial.

La Guerra de Vietnam, entre 1964 y 1975, en la que los EUA fueron derrotados, causó en su momento grandes desajustes como hoy sucede con las ocupaciones de Irak y Afganistán y el mantenimiento de unas 800 bases militares en todo el mundo y a ello se sumó que el general Charles De Gaulle lanzó su propuesta de restablecimiento del patrón oro y Francia comenzó a cambiar todas sus reservas monetarias por ese metal castigando las tenencias del mismo que los EUA poseían en Forth Knox, cosa que continuó aún después de que De Gaulle dejase la presidencia en 1969.

Así fue como las reservas de oro estadounidenses bajaron de 20.000 a 8.000 toneladas y aún esta cifra estaba puesta en dudas por algunos economistas como Henry Stuart Hazlitt, que pedía la devaluación del dólar, algo compartido por el Premio Nobel Paul Anthony Samuelson, quien recomendó esa medida durante la semana previa a la decisión de Nixon, pero el presidente pidió consejo a Milton Friedman, el famoso monetarista, quien le recomendó abandonar el compromiso de Bretton Woods.

Consejo de Friedman en mano, Nixon conversó con Connally, Volcker y otros de su gobierno, y en la noche del 15 de agosto de 1971 le hizo saber al mundo que no iban a seguir entregando sus reservas metálicas para que le devolviesen su papel moneda, así la convertibilidad oro-dólar estadounidense se terminó y éste, cuyo nombre está heredado del viejo thollar vikingo, se mantuvo a lo largo de cuatro décadas como una moneda sostenida en la credibilidad social de la solvencia de ese país, hoy puesta seriamente en dudas.

Fernando del Corro

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