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Cumbre de Lima, América Latina muy poco que esperar
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Global Research, abril 10, 2018
Prensa Latina 10 April, 2018
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En tiempos del regreso de recetas neoliberales, de cruzadas contra líderes progresistas y de Donald Trump en la Casa Blanca, la VIII Cumbre de las Américas, en Lima, parece ofrecer muy poco a quienes aspiran a una Latinoamérica unida y menos desigual.

De por sí, estas citas continentales que comenzaron en Miami en 1994 no han sido más que una pieza dentro de la visión estadounidense de América Latina, a la cual círculos de poder en el país norteño ven como su traspatio, postura avalada por la revitalizada Doctrina Monroe (proyección hegemónica e intervencionista hacia la región).

A propósito de la VIII Cumbre, Prensa Latina dialogó con especialistas del Centro de Estudios Hemisféricos y sobre Estados Unidos (Cehseu), de la Universidad de La Habana.

El doctor en Ciencias Históricas Ernesto Domínguez y la máster en Historia Contemporánea y Relaciones Internacionales Dalia González coincidieron en señalar que estos foros son parte de la concepción hemisférica de Estados Unidos.

Los vemos como parte del ‘sistema interamericano’ bajo dirección estadounidense, aunque las cumbres las convocan y organizan países, es la Organización de Estados Americanos (OEA) la que provee el mecanismo para gestionar sus procesos, advirtieron.

Los expertos llamaron, además, la atención acerca de las coincidencias entre los temas a tratar en esas reuniones trienales y los ejes de la política exterior de Washington, ‘aunque estos no son tan fáciles de definir, más allá de las estrategias generales’.

La Administración Trump

Desde su llegada a la Oficina Oval, el 20 de enero de 2017, el presidente republicano, Donald Trump, ha gobernado rodeado de polémicas y con posiciones que levantan críticas internas y externas.

Hacia América Latina y el Caribe, su conducta bien pudiera catalogarse de agresiva, con posturas que van desde el empeño en levantar un muro en la frontera con México, las ofensas a los inmigrantes y el repudiado calificativo de ‘países de mierda’ a El Salvador y Haití.

Trump también ha liderado la cruzada contra Venezuela, incluso con amenazas de intervención militar, y promovido el retroceso en las relaciones con Cuba, después del acercamiento iniciado por su predecesor, Barack Obama, apostando por recrudecer el bloqueo económico aplicado a la isla por más de medio siglo, el regreso de la retórica y el estímulo directo a la subversión.

Según Domínguez y González, si bien las políticas de Trump no resultan nada fáciles de predecir, está claro su empeño en eliminar en todo lo posible ‘lo que se conoce como el legado de Obama’, quien hacia la región y el mundo trató de generar una imagen de diálogo y cierto apego al multilateralismo, aunque sin renunciar a la IV Flota, al Plan Colombia y a las bases militares.

Para el también investigador del Cehseu, el doctor en Ciencias Económicas Luis René Fernández, Trump y su administración se alejan cada vez más del multilateralismo, lo que lo coloca en una posición difícil de cara a la VIII Cumbre de las Américas, que tendrá su segmento de alto nivel el 13 y 14 de abril.

La cumbre por su naturaleza es multilateral, pero está administración parece decantarse por la negociación bilateral, además de por la polarización y la división interna, agregó.

Aún en un escenario marcado por el retorno al poder de gobiernos de derecha y de recetas neoliberales -ya sea mediante las urnas o los llamados golpes blandos- la nueva administración norteamericana las tiene complicado en el evento hemisférico, que hoy acoge foros de la sociedad civil.

Trump ni siquiera parece tener el apoyo de organizaciones de la derecha latinoamericana, porque su discurso no se ajusta a la visión multilateral y el predominio del diálogo y la comunicación que se supone acompañen a las cumbres de las Américas, opinó Fernández.

El presidente divide, segmenta y agrede, y promueve una particular hostilidad contra Cuba y Venezuela, lo cual no lo colocan en posición de apostar por mejores relaciones hemisféricas, además demuestra con sus actuaciones interés en renovar el enfoque de la Guerra Fría, insistió.

De cualquier manera, la Casa Blanca, la Doctrina Monroe y la subordinación de las élites regionales a Washington no encajan en el ambiente que implica la declaración de América Latina y el Caribe como una zona de paz, lograda en la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), celebrada en enero de 2014 en la capital cubana.

Espacio de batalla ideológica

Más de un centenar de representantes de la sociedad civil cubana participan desde este martes en Lima en los foros enmarcados en la VIII Cumbre, presencia que atribuyen a la necesidad de alzar la voz en defensa de las causas justas.

Vamos a este foro en un escenario bastante difícil y complejo, tan complejo como el que le tocó vivir a José Martí en sus tiempos. Por eso vamos cargados con el corazón y la mente llena de las ideas del maestro de esa América que el soñó del río Bravo hasta la Patagonia, unida y antiimperialista, afirmó a Prensa Latina el reverendo Joel Ortega.

El domingo pasado, poco antes de viajar hacia Lima, el presidente del Consejo de Iglesias de Cuba adelantó que en la capital peruana, estudiantes, trabajadores, mujeres, religiosos y otros sectores de la isla denunciarán al sistema capitalista y sus monopolios por la corrupción que generan y el daño que causan.

Están destruyendo el planeta y sembrando pobreza y desigualdades, queremos denunciar esto, no podemos permitir que nuestra América sea el traspatio de un imperio, queremos que sea ejemplo de solidaridad, de hermandad entre los hombres y donde todos seamos iguales, subrayó.

Por su parte, el presidente de la Federación Estudiantil Universitaria, Raúl Alejandro Palmero, afirmó que en la VIII Cumbre la sociedad civil de la mayor de las Antillas será voz de los que sufren en un contexto de auge del neoliberalismo y de los sistemas hegemónicos.

Defenderemos también a Venezuela y su Revolución Bolivariana, excluidas de la cumbre; los estudiantes cubanos seremos venezolanos cada vez que haga falta, dijo.

Waldo Mendiluza

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