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Demócratas en EE.UU. obligados a ofrecer algo concreto a los latinos
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Global Research, octubre 13, 2018

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El Partido Demócrata estadounidense busca atraer a las urnas el 6 de noviembre el voto de la mayor minoría del país que los ayude a apuntalar su aspiración de controlar el Congreso.

Aunque la mayoría de los hispanos no están contentos con las políticas del presidente Donald Trump, un 65 por ciento de los votantes registrados tienen una opinión desfavorable del mandatario, según una encuesta del 7 de octubre realizada por Morning Consult, esa comunidad necesita un mayor incentivo para acudir a las urnas y sufragar por el partido que se identifica con el color azul.

Según dijo José Parra, jefe de la consultora Prospero Latino, citado por el diario The Hill, hay que dar a los votantes algo por lo que votar, no solo en contra. ‘No se puede tener la actitud de que los hispanos votarán por nosotros simplemente porque la alternativa (Trump) es horrible’.

Hasta ahora la idea de que los latinos harán la diferencia en un proceso electoral en Estados Unidos es aun más un mito que una realidad.

Esa comunidad, la mayor minoría del país y que muchos consideran podrá llevar a un presidente a la Casa Blanca tan temprano como a mediados de este siglo, es calificada frecuentemente como un ‘gigante dormido’, algo cierto pues no votan pese a los intentos de los partidos políticos tradicionales, Republicano y Demócrata de moverlos a las urnas.

Con las llamadas elecciones de medio término al doblar de la esquina, el 6 de noviembre, todo parece indicar que el esperado despertar no se producirá y la proyección de estudios y encuestas indican que el porcentaje que saldrán a votar será mínimo, algo que pudiera dar al traste con los esfuerzos de los opositores de retomar posiciones.

Ciertamente, la fuerza de ese sector sería descomunal ya que 27 millones serán elegibles para acudir a las urnas y previsiblemente el voto se inclinaría por el partido azul atendiendo a que, entre otras cosas, en las políticas de Trump, esa porción de personas no tienen preferencias.

Encuestas recientes muestran que en estados competitivos pueden inclinar la balanza en noviembre pero, apenas el 40 por ciento de los hispanos con derecho al voto se registraron.

La cúpula demócrata trata de lograr apoyo en Colorado, Arizona, Nevada y Florida, regiones donde el segmento tiene importancia en un contexto general de electores.

En Colorado representan un 24 por ciento de los que tienen derecho a la consulta, en Arizona un 20 por ciento y en Nevada y Florida rondan un 17 por ciento.

Analistas sostienen que con solamente tres cambios de senadores federales de republicanos a demócratas, los azules dominarán la Cámara alta y, previsiblemente, se establecería un poder capaz de confrontar la política racista y antiinmigrante de la actual administración.

Para controlar la llamada Cámara baja se necesitan 218 escaños (actualmente los republicanos tienen 241 y los demócratas 194) y en el Senado los rojos tienen 51 puestos contra 47 los demócratas con dos independientes.

De las 50 butacas de gobernadores ahora hay 33 del partido en el gobierno, 16 demócratas y un independiente (Alaska), un escenario muy favorable a los republicanos pero que pudiera variar si hay un voto masivo de castigo por las políticas de Trump durante sus primeros dos años de gobierno.

En este ejercicio hay desafíos y temas puntuales que deben decidir la inclinación de la balanza.

Por ejemplo, a favor de los republicanos está que el índice de desempleo se situó en 3,7 por ciento, el más bajo en casi 50 años, según los datos recientes del Departamento de Trabajo.

Este guarismo será todo un reto para los demócratas en su afán de alcanzar el control del Poder Legislativo con el apoyo de los latinos, quienes estarían obligados a mostrar su músculo en distritos electorales claves.

Los demócratas esperan aprovechar la indignación de la comunidad hispana por las políticas de inmigración de Trump, entre ellas la construcción de un muro a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos y la deportación de los llamados ‘Soñadores’ que fueron traídos al país ilegalmente cuando eran niños.

Sin embargo, una encuesta de Morning Consult mostró que el 29 por ciento de los votantes hispanos estima que aprobar la reforma migratoria debe ser una prioridad para el Congreso, y el 32 por ciento dijo que la economía es un tema importante para ellos.

Así la gran interrogante es si este sector votará sobre la economía con los republicanos o se impondrá el deseo de una reforma migratoria, el ya tradicional rehén de las consultas electorales en Estados Unidos.

En esta inclinación puede pesar que el plan migratorio de Trump enfrenta problemas en las cortes, dando esperanza a inmigrantes y refugiados, y la construcción del muro es un tema postergado para diciembre.

Luis Beatón

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