De acuerdo a la oposición mexicana, los paneles de consulta solicitados por Estados Unidos y Canadá en el marco del T-MEC para evaluar la política energética de México, son una muestra que la 4T incumple sus compromisos en materia ambiental cerrando la puerta a nuevas inversiones en “energías limpias”, lo cual conlleva el riesgo de sufrir “catastróficas” consecuencias como la imposición de aranceles por hasta 30 mil millones de dólares (mmdd) e incluso, provocar la salida del T-MEC. Sin embargo, para el presidente López Obrador el tema se acota a un solo punto: la disputa por uno de los mayores yacimientos petroleros del país.

Y aunque no quieran aceptarlo, existen suficientes datos para afirmar que al presidente nuevamente lo asiste la razón.

Zama, la manzana de la discordia

Ubicado en aguas someras frente a las costas de Tabasco, el estado origen del presidente López Obrador y también sede de la refinería Olmeca de Dos Bocas, Zama es uno de los mayores yacimientos que se han descubierto durante décadas en México. Aunque no existe un dato exacto, se calcula que sus reservas oscilan entre 500 y 1,000 millones de barriles de variedad ligera, significando 10% de las reservas probadas del país.

Sin embargo, persiste la polémica en torno a quién operará el campo pues tanto Pemex como Talos Energy han reclamado para sí su aprovechamiento, ya que se encuentra en zona limítrofe entre áreas asignadas a ambos actores. Así lo confirmó la Comisión Nacional de Hidrocarburos en 2020, cuando determinó que el yacimiento se extendía a una zona adjudicada a Pemex y por tanto, correspondía su unificación. Dado que las empresas no llegaron a un acuerdo, la Secretaría de Energía (Sener) intervino para decidir quién operaría el campo. En julio de 2021, Sener determinó que sería Pemex pues de acuerdo a sus datos es quien posee la mayor parte del yacimiento; mientras Talos Energy manifestó su inconformidad y dos meses después presentó un “Aviso de disputa” contra el Gobierno Mexicano por su decisión respecto a Zama, lo anterior en el marco del T-MEC. (Forbes, 03/09/2021).

Garantizar el control sobre yacimientos de petróleo en México, el objetivo del presidente de Estados Unidos, Joe Biden

Para poner en términos monetarios la disputa: si tomamos como base los precios actuales, el negocio que está en juego oscila entre 50 y 100 mil millones de dólares… ¡Una fortuna! De ahí que Estados Unidos se haya interesado en la protección de una de sus empresas, máxime si se consideran las derrotas estratégicas sufridas por Biden en el Medio Oriente, donde buscó sin éxito que Riad aumentara su producción de crudo para frenar la escalada en los precios que surgió tras la invasión militar rusa en Ucrania y la ola de sanciones que le siguieron.

Zama: ¿Ejemplo de éxito o de perversidad de la reforma energética de 2013?

Para quienes apoyan la reforma energética de 2013, Zama es el más claro ejemplo que dicho cambio constitucional fue lo mejor para el país pues su descubrimiento se dio gracias a la inversión de más de 100 millones de dólares por parte del consorcio privado que arriesgó su capital en la exploración y además, generará ganancias para el país por concepto de participaciones estatales en la utilidad operativa. Un negocio redondo, afirman, porque México no arriesgo un solo peso pero sí obtendrá grandes ganancias por los descubrimientos.

Sin embargo, en realidad Zama sí es paradigmático pero para demostrar la perversidad de la reforma y lo dañina que resultó para el interés nacional. Basta con recordar que dichos cambios constitucionales obligaron a la petrolera estatal a ceder toda su información geológica a quienes se convirtieron en sus competidores, hecho que no es muy común en el sector pues las petroleras luchan por guardar su información sensible para asegurar mayores ganancias en las áreas donde son más competitivas. Como el propio Luis Vierma, ex director de PDVSA y actual consultor en exploración y producción reconoció: “en otras naciones que han abierto sus mercados de energía a la competencia extranjera, incluyendo Brasil y Venezuela, las petroleras estatales lucharon por mantener su información sísmica clave lejos de sus rivales. Esto les aseguró una ventaja en áreas donde se consideraban fuertes. Sin embargo, Pemex tuvo que ceder bastante”. (Expansión, 31/01/2018).

La empresa estadounidense, Talos Energy, e controversia con el Gobierno mexicano

De esta manera, cuando Talos Energy se hizo del bloque 7 en 2015 como parte de la Ronda 1.1 de la citada reforma energética, ya sabía que existía petróleo en la zona gracias a la información arrancada a Pemex, por lo que los más de 100 millones de dólares que alega haber invertido en su descubrimiento sólo fueron para determinar con mayor precisión los detalles del yacimiento, cosa que declaró en 2017. Se denominó el primer “descubrimiento de petróleo en México hecho por un privado” en más de 80 años.

Esto fue confirmado por Fluvio Ruiz, especialista en temas energéticos y exconsejero de Pemex, pues aseguró que la paraestatal sabía que ese bloque que se licitó tenía potencial porque ya lo había explorado. “En julio de 2017, los trabajos exploratorios del consorcio encabezado por Talos confirmaron las interpretaciones sísmicas preliminares de los técnicos de Pemex, obtenidas antes de la Ronda Cero: el bloque Zama tenía un importante potencial productivo y, muy probablemente, formaba parte de un solo yacimiento con el adyacente bloque Uchukil, asignado a Pemex por la Secretaría de Energía. Como en muchas áreas que Pemex no retuvo tras la Ronda Cero”. (El País, 02/04/2022).

Por ello, ingenieros petroleros de Pemex citados por el Dr. Alfredo Jalife-Rahme en su videoblog “Radar Geopolítico” afirmaron que fue Pemex y no Talos Energy quien descubrió el mega yacimiento valuado entre 50 y 120 mil mdd, pues se requieren al menos 5 años de exploración para encontrar algo semejante a Zama.

En resumen: lo que los neoliberales consideran un ejemplo de éxito de la reforma que aprobaron, en realidad se trata de un caso de fraude y piratería a la Nación. He ahí por qué la obstinación de AMLO para que Zama quede en manos públicas y no privadas extranjeras.

Edgar A. Valenzuela

Edgar A. Valenzuela: Politólogo egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).