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El Consejo de Seguridad de la ONU carga contra Venezuela
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Global Research, febrero 11, 2019

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El gobierno de Trump lanzó uno de sus ya conocidos intentos de golpe de Estado para obtener otro trofeo imperial: lo que Estados Unidos ha hecho muchas veces desde el siglo XIX.

La clave para Estados Unidos es controlar lo que tanto ha codiciado desde que Hugo Chávez resultó electo hace 20 años: la vasta reserva de petróleo de Venezuela, la más grande del mundo.

(La reserva de petróleo de Venezuela) representa lo que el Departamento de Estado dijo sobre el petróleo de Arabia Saudita en la década de 1940, calificándola como “una grandiosa fuente de poder estratégico y uno de los mayores tesoros materiales en la historia mundial”.

El gobierno de Trump quiere que las reservas venezolanas estén controladas por las grandes petroleras norteamericanas, dispuestas a hacer todo lo que sea necesario para conseguir su objetivo; la intervención militar es una opción en caso de que fallen otras tácticas en el tablero de juego.

En este nuevo milenio se libran guerras por lo recursos en el Medio Oriente, así como en otras partes del mundo donde se localizan pletóricas reservas de petróleo y otras materias primas, una gran conflagración en la que muchas cosas están en juego.

Henry Kissinger expresó una vez que

“Controlar el petróleo (es como) controlar las naciones”.

También dijo

“El petróleo es una mercancía demasiado importante como para dejarla en manos de los árabes”.

Y lo mismo ocurre con Venezuela y otros países ricos en petróleo, principalmente Rusia, una nación rica en hidrocarburos y otros recursos naturales preciados, que incluyen madera, mineral de hierro, cobre, diamantes, plomo, zinc, bauxita, níquel, estaño, mercurio, oro, plata, manganeso, cromo, platino, titanio, tungsteno y fosfatos, trofeos estratégicos que Estados Unidos codicia.

Su estrategia para lograr un dominio global sin límites implica el control de recursos energéticos, los recursos primarios de alto valor, los alimentos para mantener sometidas a las personas y el dinero para controlarlo todo. El control del mundo depende de ello.

El régimen de Trump convocó a una sesión del Consejo de Seguridad sobre Venezuela, dotando de armas a suficientes miembros del Consejo para que avalaran su realización, incluidos Gran Bretaña, Francia, Alemania, Bélgica, República Dominicana, Kuwait, Perú y Polonia.

En contra del encuentro se manifestaron China, Rusia, Sudáfrica y Guinea Ecuatorial. Indonesia y Costa de Marfil se abstuvieron. Actuando como un empleado del Imperio, el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, no condenó el intento de golpe de Estado encabezado por Estados Unidos contra Venezuela.

Lanzó un comunicado de prensa a título de las Naciones Unidas, haciendo mención de una crisis política, el país, señalaba el documento, “se debate en una grave escasez”, sin decir nada sobre la responsabilidad que tiene Estados Unidos por lo que está pasando, librando una guerra política, económica, financiera y de sanciones contra la nación bolivariana, violando flagrantemente la Carta de las Naciones Unidas y otras leyes internacionales, ordenamiento que, se supone, el titular de la organización internacional debería hacer respetar.

Mike Pence pide golpe de Estado en Venezuela

La sesión de dos días que terminó el sábado no tuvo nada que ver con obtener el apoyo del Consejo de Seguridad de la ONU para lograr un cambio de régimen en Venezuela, pues China y Rusia cuentan con poder de veto para bloquear cualquier intento de golpe.

La sesión se centró en la relevancia del gobierno de Trump en el escenario internacional, fingiendo que su intento de golpe es lo correcto: ignorar los principios del derecho internacional y estadounidense, junto con los derechos soberanos de Venezuela.

Pompeo representó a la América imperial en la sesión, sus comentarios hostiles contra los derechos y el bienestar de los venezolanos que él y otros miembros de gabinete de línea dura de la administración de Trump dicen apoyar.

El enviado de Rusia, Vassily Nebenzia, representó una posición correcta sobre lo incorrecto. Denunció la reunión del Consejo de Seguridad como un intento más para desestabilizar a Venezuela, parte de la “estrategia de cambio de régimen encabezada por Estados Unidos en” el país, y añadió:

” Estados Unidos está tratando de llevar a cabo un golpe de estado en Venezuela”, una flagrante violación del derecho internacional y la soberanía del país.

El gobierno de Trump “está promoviendo la imagen de que hay una confrontación entre (Maduro) y el pueblo venezolano. Es una imagen que está lejos de la realidad. A pesar de todo, el líder venezolano obviamente tiene un amplio apoyo entre la gente “.

“El líder de la Asamblea Nacional (Juan Guaidó), que actualmente se encuentra en Washington como “presidente encargado”, no es apoyado por casi un 70% del pueblo venezolano”.

Están con Maduro y la socialdemocracia bolivariana en contra de la agenda de cambio de régimen de Washington.

“La injerencia cínica y abierta en los asuntos internos de un estado soberano continúa. Es necesario ponerle fin a esto “, subrayó Nebenzia.

La “injerencia de Estados Unidos en los asuntos internos de otros países no es nada nuevo … trata a América Latina (y a cualquier otro lugar del mundo) como su “patio trasero” sin tener en cuenta los intereses de las personas que viven allí”, se creen el “alcalde del hemisferio occidental” y todo el planeta Tierra.

Bruselas, además de los países clave de la Unión Europea como Gran Bretaña, Francia y Alemania, exigen que Caracas haga a un lado los resultados de las elecciones democráticas del pasado mes de mayo, un proceso que, dicho sea de paso, fue abierto, libre y justo que Nicolás Maduro ganó con una mayoría de dos tercios, y que en su momento reconoció como una victoria sobre el “imperialismo.”

Los vasallos de Estados Unidos y Europa ahora exigen que, si Maduro no acepta llevar a cabo una elección anticipada en ocho días, reconocerán a Juan Guaidó como presidente interino, ilegítimo, quien respalda el intento de golpe de Estado que pasa por encima de los principios fundamentales del derecho internacional.

Un último comentario

Defendiendo la soberanía de su nación en la sesión del Consejo de Seguridad, el ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Jorge Alberto Arreaza, denunció el intento de Trump de derrocar al gobierno democrático en el país, señalando:

“Estados Unidos no está detrás del golpe de Estado. Lo está encabezando. Está en la vanguardia del golpe de Estado. Está dictando órdenes, no solo a la oposición venezolana, sino también a los gobiernos satélites en la región y, al parecer, también en Europa y en otras partes del mundo “.

Llamando a los países europeos “lacayos” de Washington, Arreaza denunció el ultimátum. “Europa nos está dando ocho días. ¿Dándonos ocho días de qué?, ¿De dónde sacan ustedes que tienen potestad alguna para a un país soberano darle plazo o ultimátum?, ¿Dónde se les ocurre semejante acción injerencista y hasta infantil?”

Puso el énfasis en la ilegitimidad de Guaidó, diciendo a los miembros del Consejo de Seguridad:

“Los desafío a que encuentren una base legal que sustente la auto-proclamación de un individuo que no fue elegido por nadie como presidente”.

Estados Unidos es una vergüenza, un Estado gángsteril dirigido por una clase criminal, en guerra contra la Humanidad en su propio país y en el extranjero, su agenda amenaza a todos en todas partes.

Stephen Lendman

Stephen Lendman: Investigador asociado del Centro de Investigación sobre la Globalización (Global Research), es también corresponsal en Chicago.

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Artículo original en inglés:

UN Security Council Face-Off on Venezuela, publicado el 29 de enero de 2019.

Traducido por Ariel Noyola Rodríguez para el Centro de Investigación sobre la Globalización (Global Research).

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