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Estados Unidos: Lo indecible
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Global Research, septiembre 01, 2020
La Jornada
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Un editorial de la Deutsche Welle dirigió este haz de luz hacia Estados Unidos: “Ivanka Trump poco antes de su discurso fue bastante acertada: ‘Washington no ha cambiado a Donald Trump, pero Donald Trump ha cambiado a Washington’”. Así es el desastre. Aunque las cosas no cambiaron del negro al blanco con el inefable Donald. Las narrativas falsas en la política circulaban y circulan sin licencia, impunemente, desde hace varios lustros. Con todo, el festín pantagruélico de la mendacidad llegó a la Casa Blanca con el inefable.

Sobre ese festín se han escrito miles de páginas. Leer cualquier número de ellas es constatar la fatiga de los textos, las palabras insuficientes para intentar describir el guarro amasijo de imposturas lanzadas por Trump frente a los medios. Este texto no puede escapar a esa dificultad, pero resulta peor no combatirlo. Es necesario mostrar en todas partes, una y otra vez, al adefesio.

En el cuarto día de los patéticos encomios, Donald en su discurso de aceptación como candidato de un partido beodo con el festín, volvió a hablar del virus chinoNingún estadunidense que hubiera necesitado un respirador dejó de recibirlo. Esto es un milagro, dijo con su habitual modo amanerado. Según estos dichos, la epidemia era asunto del pasado en un país con más de 6 millones de infectados acumulados y más de 183 mil muertos y contando. En marzo, cuando el Covid-19 asoló a Nueva York, el gobernador Andrew Cuomo exclamó frenético: ¿Qué voy a hacer con 400 ventiladores, cuando necesito 30 mil? Escoge a las 26 mil personas que van a morir porque sólo enviaste 400 respiradores. Pero, en el más insólito de los autoengaños, los electores de Trump parecen impedidos de ver sus engañifas.

Entre las naciones más importantes, Estados Unidos tiene una de las tasas de mortalidad más bajas del mundo, dijo Trump el día en que Estados Unidos figuraba como el noveno país (de 188) con más muertes por 100 mil habitantes, según cómputo de la Universidad Johns Hopkins. Pero los medios, dijo –después de presentar su hecho alternativo–, no escriben sobre eso; no quieren que sepas estas cosas. El término hecho alternativo proviene del equipo de asesores de Trump.

“Digo con gran humildad que he hecho más por la comunidad afroamericana que cualquier otro presidente desde Abraham Lincoln.” En tanto, hasta en Portland, Oregon –estado con una historia de brutal racismo–, las protestas de Black Lives Matter escalan los cielos esta vez acompañadas de multitudes de manifestantes blancos coreando el nombre de Jacob Blake. La descomposición social de Estados Unidos ha avanzado tanto como para tener a Trump como presidente; pero es aún titubeante la actual mayoría dispuesta a destronarlo.

Pocos días antes de la convención republicana, el afroamericano Michael Steele, republicano y ex vicegobernador de Maryland, dijo: “Trump ha caído por una razón, no por un mal despliegue de políticas o algún paso en falso aquí o allá, sino por la acumulación de lo que la gente ha visto desde el comienzo del Covid-19. Cuando te sientas ahí y tu respuesta a 170 mil americanos muertos es, it is what it is (es lo que es), la gente va a decir, ‘Oh, entiendo que realmente no te importa una mierda’”.

Los objetivos de la contienda política están definidos: Biden, Kamala y el Partido Demócrata buscan hacer de la elección de noviembre un referendo sobre el aberrante gobierno federal. En tanto, la estrategia de Trump consiste en clavar todos los reflectores en Biden: pasó toda su carrera, dice Trump, “subcontratando los sueños de los trabajadores americanos, deslocalizando sus trabajos, abriendo sus fronteras y enviando a sus hijos e hijas a luchar en interminables guerras extranjeras”. Trump con sus falacias se presenta como el heraldo opuesto al establishment. Hemos pasado los últimos cuatro años invirtiendo el daño que Biden infligió en los últimos 47 años. El historial de Biden es una lista vergonzosa de las traiciones y errores más catastróficos de nuestra vida… China sería dueña de nuestro país si Joe Biden fuera elegido.

Los titubeantes de hoy decidirán si Trump continuará metiendo a Estados Unidos en la debacle. Tienen a la vista la gestión monstruosa de Trump sobre la epidemia y sobre la política económica (al menos durante la plaga), para contrastar con un discurso, entre burletas e insultos, según el cual hasta la deslocalización industrial es un hecho atribuible a Biden, no a los empresarios.

El documentalista Michael Moore, partidario de la candidatura de Bernie Sanders, advirtió en octubre de 2016: “la elección de Trump será el mayor fuck you jamás registrado”, y sucedió. El pasado domingo dijo, habiendo consultado encuestas por estado y recorrido las ciudades swing state decisivas: Les advierto con casi 10 semanas de anticipación. El nivel de entusiasmo por los 60 millones en la base de Trump está fuera de lo normal. “Tenemos que despertarnos todos los días durante los próximos 67 días…” También lo indecible puede ser.

José Blanco

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