El Foro de Sao Paulo (FSP) que tuvo lugar en Caracas acaba de finalizar el 28 de julio en el marco de recordar el 65 aniversario del nacimiento de Hugo Chávez con una muestra de afecto y respeto por el Comandante Eterno con fuegos artificiales y todo.

Según todos los informes, el FSP ha sido un evento políticamente exitoso que siguió a una reunión significativa del Movimiento de Países No Alineados (MNOAL) que concluyó con una fuerte declaración política y el apoyo de 120 gobiernos con el gobierno venezolano democráticamente elegido de Nicolás Maduro. [1]

Es agotador para muchos escuchar a los medios corporativos repetir fielmente que 50 países han reconocido al autoproclamado Juan Guaidó. Pero nunca revelarán públicamente que, al menos en el último recuento de la reunión del MNOAL, 120 gobiernos, casi dos tercios de los Estados miembros de las Naciones Unidas, han reconocido a Nicolás Maduro como el presidente legítimo de Venezuela. No es coincidencia que los más ricos de esos 50 países tengan una larga historia de colonialismo, imperialismo y explotación que está produciendo su riqueza. Mientras los más pobres tienen una historia de haber sido colonizados, dominados y explotados con el asentimiento de la oligarquía local.

Cuando comenzó el FSP, las palabras del delegado de MNOAL, el Ministro de Relaciones Exteriores de Palestina, Riad Malki, aún resonaban en Venezuela, “hoy es Venezuela la que está bajo el asedio del imperialismo estadounidense, pero mañana será Nicaragua, luego Cuba y entonces todos nosotros. No creo que se detengan en ningún momento “.

El sabotaje del sistema de energía eléctrica, seguramente el resultado de la violencia de la derecha venezolana que ocurrió justo antes del comienzo del FSP, también fue un recordatorio “oscuro” (juego de palabras intencional) del enemigo interno.

A pesar de eso, el espíritu del Foro de Sao Paulo se mantuvo alto. El FSP nació en 1990 con dos propósitos principales: por un lado, debatir sobre el estado de asuntos internacionales  después de la caída del muro de Berlín y las consecuencias del neoliberalismo en los países de América Latina y el Caribe; y, por otro lado, sentar las bases para la creación de una alianza progresista de ideas y escuelas de pensamiento donde personas, expertos y analistas pudieran ofrecer reflexiones y análisis, y ayudar a desarrollar políticas sociales, estrategias económicas, políticas y militares para la región con la clase trabajadora como centro de atención. En el 2019, el contexto geopolítico es diferente, pero los desafíos para el movimiento revolucionario internacional siguen siendo los mismos.

Desde que Hugo Chávez se encargó de la presidencia de Venezuela en 1999, América Latina y el Caribe han hecho grandes avances sociales hasta el punto de que la administración de los Estados Unidos “se dio cuenta” y procedió a atacar cada avance que considerara contrario a los intereses de su hegemonía imperial. Por su propia declaración, el gobierno de los Estados Unidos ha marcado autocráticamente a Venezuela, Cuba y Nicaragua para  cambio de régimen.

Con este trasfondo, la declaración del FSP, inequívocamente titulada “Unidad de los pueblos contra el imperialismo“, reconoce que “se ha profundizado la multifacética ofensiva reaccionaria del imperialismo estadounidense y de la derecha oligárquica aliada“. Por lo tanto, es “urgente retomar la iniciativa con más vigor y eficacia“. Afirma además: “Ante el plan desintegrador de la derecha, opongamos el plan integrador, soberano y digno de nuestros pueblos. Frente a los tratados de libre comercio, propiciados por Estados Unidos, fortalezcamos los proyectos de integración soberana como la CELAC, el Alba-TCP, el Mercosur y otras iniciativas integracionistas populares y autonómicas.” [2]

Siguiendo esa clara posición y objetivo para la región, el FSP “Llama a la promoción de la más amplia solidaridad mundial con la defensa de la soberanía y la autodeterminación del pueblo venezolano, y con el derecho de éste a vivir en paz“, y “Apoya el diálogo entre el Gobierno Bolivariano y las corrientes opositoras impulsado por el presidente constitucional Nicolás Maduro“.

Venezuela ha dado el paso ejemplar de que la unidad no solo es necesaria, sino que es posible.

El pasado 19 de julio, diez partidos políticos de la izquierda venezolana, incluido el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y el Partido Comunista de Venezuela (PCV), firmaron el “Manifiesto de Caracas por la paz, la soberanía y la prosperidad de Nuestra América“.  [3] Un documento de ocho páginas que sintetizó una propuesta de consenso para las organizaciones revolucionarias en el FSP. Su principal llamado para promover un plan unificado para luchar contra el colonialismo aún activo en Nuestra América fue aceptado por los delegados del FSP. [La expresión” Nuestra América ” proviene del título de un ensayo escrito por el revolucionario cubano José Martí en 1891. Se refiere a esa parte del continente que llamamos hoy América Latina.

Es importante tener en cuenta tres factores para evaluar la relevancia de la declaración del FSP. Un factor obvio es el contenido del documento. Los delegados deben llevarlo a sus paises como un documento de trabajo para promover entre sus partidarios y aliados, y ponerlo en práctica en sus respectivos entornos con su propia perspectiva política pero con un objetivo único. Esta es una tarea importante cuando la mayoría de esos delegados provienen de países cuyos gobiernos son responsables de implementar políticas neoliberales que la izquierda revolucionaria debe luchar para defenderse diariamente.

Colombia viene a la mente donde centenares de militantes de las FARC y activistas sociales son asesinados por la milicia militar apoyada por el gobierno, incluso en el momento en que intentan comprometerse con un acuerdo de paz rechazado por Iván Duque. Sin embargo, seguimos confiados y optimistas de que reuniones como el FSP son un impulso al espíritu revolucionario y contribuyen a fortalecer la resistencia al imperio. La próxima reunión de este tipo que seguramente tendrá una gran concurrencia se anunció en La Habana, Cuba, del 1 al 3 de noviembre bajo el título “Reunión de solidaridad antiimperialista para la democracia y contra el neoliberalismo“. [4]

El segundo factor de relevancia del FSP es que su declaración ya representa el consenso de más de 720 delegados que asistieron de docenas de partidos de izquierda y movimientos sociales de unos 32 países. Todos los delegados que convergieron en Venezuela se identificaron mutuamente como compañeros en la misma lucha. No hay trinchera que sea menos importante que otra cuando se tiene un enemigo como el imperio estadounidense acechando, maquinando, atacando e interviniendo en todos los rincones del mundo.

Finalmente, el tercer factor, quizás menos tangible pero no menos importante, es que todos los delegados regresarían a sus países, trayendo de vuelta la solidaridad que el pueblo venezolano, a través de su gobierno, les ha brindado diariamente durante los últimos veinte años de Chavismo con su ejemplo inspirador de lucha antiimperialista, resistencia y sacrificio, que demuestra que es posible enfrentar al imperio estadounidense y sus lacayos, y ganar. La solidaridad debe ser mutua.

En el Foro de Sao Paulo se expresó de muchas maneras diferentes que defender a Venezuela es defender a Nuestra América.

Nino Pagliccia

Notas:

[1] https://mnoal.org/wp-content/uploads/2019/07/20.07.2019-Caracas-Political-Declaration.pdf

[2] http://www.psuv.org.ve/temas/noticias/declaracion-final-xxv-foro-sao-paulo-unidad-pueblos-contra-imperialismo/

[3] https://www.kavilando.org/lineas-kavilando/formacion-genero-y-luchas-populares/7109-manifiesto-de-caracas-por-la-paz-la-soberania-y-la-prosperidad-de-nuestra-america

[4] http://misiones.minrex.gob.cu/es/articulo/iii-llamamiento-encuentro-antimperialista-de-solidaridad-por-la-democracia-y-contra-el

Artículo original en inglés:

Defending Venezuela Is Defending Our America, publicado el 2 de agosto de 2019.

Traducido por el autor.