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Foro Social Mundial 2018: Activismo social financiado por el capitalismo global al servicio del neoliberalismo
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Global Research, abril 01, 2018

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En el Foro Social Mundial (FSM) realizado en Salvador de Bahía (Brasil), miles de personas salieron a las calles “en nombre de la democracia”: el movimiento feminista, negros, ambientalistas, indígenas, el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), agrupaciones juveniles, estudiantes, integrantes de la comunidad LGBT (siglas compuesta por las iniciales de las palabras Lesbianas, Gays, ​Bisexuales y Transexuales), entre otros.

Como parte del 13º FSM, marcharon coreando el slógan:

“Resistir es crear. Resistir es transformar”

“Resistir é criar, resistir é transformar”

Yo me pregunto:

¿Resistir frente a quién?

Los líderes y organizadores del FSM en Salvador, Brasil se encuentran en estado de negación; deberían haber reconocido ya que el FSM está financiado -incluidos los gastos de viaje- por los mismos intereses corporativos contra los cuales, paradójicamente, se convoca a la “RESISTENCIA” política y social.

Todo muy ad hoc. Las corporaciones están financiando a la disidencia para tener a los movimientos en resistencia bajo control. Los organizadores del FSM se han convertido en cómplices.

“El movimiento antiglobalización lucha contra Wall Street y las gigantes petroleras de Texas controladas por Rockefeller, et al. Sin embargo, las fundaciones y organizaciones de filantropía como Ford, Rockefeller y otros, financian redes anticapitalistas de corte progresista y ecologistas (opuestos a Wall Street y las Siete Hermanas del petróleo), etc. con el objetivo de supervisar y dar seguimiento a sus distintas actividades”. (M. C., 2016)

Se dice que el FSM transformó la estructura de los movimientos progresistas, dando lugar a lo que muchos describen como el surgimiento de una “izquierda global”. Son disparates. Los auténticos movimientos de corte progresista hoy se encuentran fracturados, en buena medida, por la manera en que se ha venido financiando a las organizaciones en resistencia.

¿Cómo es esta izquierda global? ¿Cuenta con militantes de base?

En gran parte está compuesta por “intelectuales de izquierda” y “organizadores” que dicen luchar contra el neoliberalismo.

Pero, paradójicamente, su movimiento, el FSM, está en gran medida “financiado por [quienes impulsan] el neoliberalismo”…

Las personas que participaron en el encuentro del FSM

no estaban enteradas de que la “RESISTENCIA” CONTRA EL CAPITALISMO GLOBAL

se estaba financiando por “EL CAPITALISMO GLOBAL”.

Fueron engañados por los organizadores del FSM.

En otras palabras, si bien es cierto que el slógan del FSM, “Resistir es transformar” es importante, en la práctica es redundante.

Las reparaciones al colonialismo fueron tomadas en cuenta en el Foro Social Mundial 2018 que tuvo lugar en Salvador, Brasil

El tema de las reparaciones en el Foro Social Mundial 2018 en Salvador de Bahía fue abordado en el taller “Reparaciones al colonialismo”, en la Asamblea mundial de pueblos, movimientos y territorios en resistencia así como en el Ágora de Futuros. En estas actividades participaron unas cien personas, muchas de ellas eran representantes de otras organizaciones. Se hizo hincapié en la situación de las reparaciones durante los últimos años, con vistas a identificar las acciones más promisorias para el futuro.

¿A quiénes deberían de dirigirse estas demandas de reparación colonial?

Las corporaciones y los Gobiernos occidentales (“antiguas” potencias coloniales) que generosamente financiaron el encuentro del FSM así como los gastos de los participantes de Organizaciones No Gubernamentales (ONG), están involucradas en una operación de conquista neocolonial que incluye, entre otras cosas: la destrucción del tejido social, el saqueo de los recursos naturales y la guerra.

Cuando el FSM se llevó a cabo en Mumbai en el año 2004, el comité anfitrión indígena enfrentó con valentía a los organizadores del FSM y rechazó el apoyo de la Fundación Ford (que está vinculada a la CIA). Sin embargo, esto no logró modificar en nada la relación entre el FSM y las donaciones realizadas por las grandes corporaciones. Aunque la Fundación Ford se retiró formalmente, otras fundaciones tomaron su lugar junto con el Ministerio Británico para el Desarrollo de Tony Blair.

Garantizar que el mundo sea seguro para el capitalismo

La Fundación Ford reconoce abiertamente su papel en el “financiamiento de la resistencia y la disidencia”:

“Todo lo que hizo la Fundación Ford está orientado a ” garantizar que el mundo sea seguro para el capitalismo”, reducir las tensiones sociales a brindar ayuda para consolar a los afectados, proporcionar válvulas de escape a los enfadados y mejorar el funcionamiento del Gobierno (McGeorge Bundy, asesor de Seguridad Nacional de los presidentes John F. Kennedy y Lyndon Johnson (1961-1966), presidente de la Fundación Ford, (1966-1979)

La ausencia de un movimiento en contra de la guerra durante el FSM realizado en el Salvador fue muy evidente.

Bajo el lema “Contra la militarización y las guerras”, el FSM realizado en el Salvador publicó una declaración hueca:

Como parlamentarios y representantes de fuerzas progresistas e internacionalistas estamos preocupados por el enorme dispendio de recursos en la actual ola de militarización global así como por el incremento de los presupuestos militares de muchos países en el mundo. Vea el texto completo aquí

ES CIERTO, LAS GUERRAS SON CARAS. Pero, si bien los “recursos desperdiciados” son considerables ¿Por qué no mencionaron explícitamente a “los países” que amenazan la paz mundial (Estados Unidos, los integrantes de la OTAN, Israel, Arabia Saudita, etc.), así como a los millones de personas que han sido asesinadas como resultado de las guerras encabezadas por Estados Unidos y la OTAN?

NO HAY “RESISTENCIA” ALGUNA en las líneas publicadas a nombre del FSM. Con mucho cuidado, el texto omite hacer mención de los países que encabezan hoy las guerras (imperiales) de conquista económica y destrucción social.

Se guarda silencio sobre las víctimas que han dejado estas guerras (es decir, Irak, Siria, Yemen, etc.), así como los intereses corporativos que están detrás de ellas.

La palabra “RESISTENCIA” no se aplica contra las guerras encabezadas por Estados Unidos. En Siria, Irak, Ucrania y Yemen. De hecho, del programa se desprende que las guerras encabezadas por Estados Unidos y la OTAN no son un tema relevante en los debates y las discusiones que se desarrollan en los talleres del FSM.

El mosaico de talleres al interior del FSM

Los mecanismos de “amoldamiento de la disidencia” requieren de manipulación, se busca torcer el brazo de la resistencia y cooptar a un pequeño grupo de personas clave al interior de las “organizaciones de corte progresista”. Hasta cierto punto, muchos de los líderes de estas organizaciones han traicionado a sus bases.

Lo que prevalece es un mosaico de talleres. Los activistas sociales que participan en el FSM han sido engañados. Estos talleres no representan una amenaza para el orden mundial imperial. No son más que un ritual de disidencia y resistencia.

El mosaico de talleres separados del FSM, la ausencia relativa de sesiones plenarias, la creación de divisiones dentro y entre los movimientos sociales, y la ausencia de una plataforma que tenga cohesión y esté unificada, sirve a los intereses de las élites corporativas de Wall Street que, generosamente, se encargan de financiar los encuentros del FSM.

La agenda corporativa está orientada a “amoldar el disenso”. “Los límites de la disidencia” son establecidos por las fundaciones y los Gobiernos que financian los encuentros del FSM con recursos millonarios.

El mosaico de talleres lo imponen quienes están detrás del financiamiento del FSM. Por eso, el formato de los talleres no constituye una amenaza para el capitalismo global. Todo lo contrario.

El financiamiento del FSM

Esta sección se basa en gran parte en un artículo anterior publicado en 2016 sobre el 12º Foro Social Mundial celebrado en Montreal en 2016. No obstante, los términos con los que el encuentro del FSM en Salvador de Bahía se financia siguen siendo muy similares y dependen de las mismas organizaciones donantes.

El FSM cuenta con el respaldo de un consorcio de fundaciones corporativas bajo el paraguas asesor del grupo Donantes Comprometidos con la Equidad Global (EDGE, por sus siglas en inglés). Para más detalles, véase Michel Chossudovsky 2016

Esta organización, que antes se llamaba Red de Donantes sobre el Comercio y la Globalización (FTNG, por sus siglas en inglés), ha jugado un rol decisivo en el financiamiento de los encuentros subsecuentes del FSM. Desde 2001, la organización se desempeño como observadora dentro del Consejo Internacional del FSM.

En 2013, el representante de Rockefeller Brothers, Tom Kruse, copresidió el comité del programa de EDGE.

En el Fondo de los Hermanos Rockefeller, Kruse fue responsable de la “Gobernabilidad global” en el marco del programa “Práctica democrática”. Los subsidios de los Hermanos Rockefeller a organizaciones no gubernamentales se aprueban en virtud del programa “Fortalecimiento de la democracia en la gobernanza mundial” que, en términos generales, es parecido al propuesto por el Departamento de Estado de Estados Unidos.

Actualmente, un representante de la Iniciativa Open Society para Europa (2016) forma parte de la Junta Directiva de EDGE. El Fondo Wallace Global también forma parte de su junta directiva. El Fondo mundial de Wallace está especializado en brindar apoyo a las “principales” ONG y a los “medios alternativos”, incluidas Amnistía Internacional y Democracy Now (que apoyó la candidatura presidencial de Hillary Clinton). Michel Chossudovsky 2016

En uno de sus documentos clave (2012), titulado Funders Network Alliance In Support of Grassroots Organizing and Movement-Building (el enlace ya no se encuentra disponible), EDGE admitió su apoyo a los movimientos sociales que desafían el “fundamentalismo neoliberal del mercado”, incluido el Foro Social Mundial, establecido en 2001:

“Desde el levantamiento zapatista en Chiapas (1994) hasta las protestas en Seattle (1999) y la creación del Foro Social Mundial en Porto Alegre (2001), los años de la doctrina TINA (No Hay Alternativa) de Reagan y Thatcher han sido reemplazados por la creciente convicción de que “otro mundo es posible”. Las contra-cumbres, las campañas globales y los foros sociales han sido espacios cruciales para articular las luchas locales, compartir experiencias y análisis, desarrollar conocimientos y construir formas concretas de solidaridad internacional entre los movimientos progresistas que incluyen aspectos sociales, de justicia económica y ecológicos”.

Pero, al mismo tiempo, existe una contradicción evidente: no hay posibilidad de construir un mundo alternativo cuando la campaña contra el neoliberalismo se financia a través de una alianza de donantes corporativos firmemente comprometidos con el neoliberalismo y la agenda militar de Estados Unidos y la OTAN.

Los límites de la disidencia social están determinados por la “estructura de Gobierno” detrás del FSM, que se negoció junto con los organismos que lo financian desde que fue lanzado en 2001.

“Sin líderes”

El FSM no tiene líderes. Todos sus eventos son “auto-organizados”. La estructura que adopta el debate y el activismo es parte de un “espacio abierto” (Véase Francine Mestrum, The World Social Forum and its governance: a multi-headed monster, CADTM, 27 de abril de 2013, http://cadtm.org/The-World-Social-Forum-and-its).

Esta estructura fragmentada es un obstáculo para el desarrollo de un movimiento de masas relevante y bien articulado.

¿Cuál es la mejor forma de controlar la disidencia popular contra el capitalismo global?

Asegurando que sus líderes puedan ser fácilmente cooptados y que las bases no desarrollen ” formas de solidaridad internacional entre los movimientos de corte progresista” (utilizando las palabras de EDGE) que de alguna manera podrían socavar los intereses del capital corporativo.

El mosaico de talleres fragmentado del FSM, la ausencia de sesiones plenarias, la creación de divisiones dentro y entre movimientos sociales, por no mencionar la ausencia de una plataforma bien cohesionada y unificada contra las elites corporativas de Wall Street y la farsa de la guerra contra el terrorismo bajo los auspicios de Estados Unidos” que, se ha utilizado para justificar las “intervenciones humanitarias de Estados Unidos y la OTAN (Afganistán, Siria, Iraq, Yemen, Libia, Ucrania, etc.) para proteger a la población civil (R2P, ‘Responsibility to Protect’).

Lo que al final de cuentas prevalece es un ritual de disidencia que no amenaza el Nuevo Orden Mundial. Aquellas personas de a pie que asisten al FSM de manera frecuente, son engañadas por sus líderes. Los activistas que no comparten el consenso del FSM son excluidos al final del día:

“Al otorgar el financiamiento y el marco de referencia de las políticas a muchas de las personas preocupadas y dedicadas al trabajo en organizaciones sin fines de lucro, la clase dominante puede cooptar el liderazgo de los movimientos de base (…) y es capaz de hacer que los fondos de financiamiento, la contabilidad y la evaluación de los componentes del trabajo sean tan lentos y onerosos que las labores de justicia social se vuelven prácticamente imposibles [de realizar] bajo estas condiciones “(Paul Kivel, You Call this Democracy, Who Benefits, Who Pays and Who Really Decides, 2004, p.122)

“Otro mundo es posible” es, a pesar de todo, una consigna de gran relevancia que sirve de inspiración en la lucha de los movimientos populares en contra del capitalismo global, así como el compromiso de miles de activistas comprometidos que participan actualmente en el FSM de Montreal 2016.

El activismo está siendo manipulado: la consigna “Otro mundo es posible” no podrá convertirse en realidad bajo los auspicios del FSM, que desde el principio fue financiado por el capitalismo global y organizado en estrecha colaboración con las donaciones de las élites corporativas y gubernamentales.

Junta Directiva de EDGE (2018)

La Junta Directiva de EDGE incluye representantes de las principales fundaciones y organizaciones filantrópicas corporativas, incluidas la Fundación Charles Leopold Mayer, la Fundación Ford, el Servicio Mundial Judío Estadounidense, la Fundación Open Society, et al. (Véase abajo)

Captura de pantalla, marzo de 2018

Michel Chossudovsky

Michel Chossudovsky: Profesor emérito de Economía de la Universidad de Ottawa, es fundador y director del Centro de Investigación sobre la Globalización (Global Research). Sus escritos se han publicado en más de 20 idiomas, es un activista antiglobalización y antibélico. Ha actuado como profesor visitante en organizaciones académicas en Europa del Este, América Latina y el Sudeste asiático, además de asesor de gobiernos en países en desarrollo y consultor de organizaciones internacionales como el programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Ha sido galardonado con la Medalla de Oro de la República de Serbia por sus escritos sobre la guerra de agresión de la OTAN contra Yugoslavia (2014).

Artículo original en inglés:

Social Activism Funded by Global Capitalism, Serves the Neoliberal World Order. The 2018 World Social Forum (WSF) in Salvador, Brazil, publicado el 28 de marzo de 2018.

Traducido por Ariel Noyola Rodríguez para el Centro de Investigación sobre la Globalización (Global Research).

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