Desde que asumió el cargo, Trump cedió ante los halcones de la Casa Blanca en temas de guerra y paz, favoreciendo a los primeros y despreciando los últimos.
Rompió sus promesas de campaña de retirar las fuerzas estadounidenses de Afganistán y Siria, en lugar de ello, intensificó la guerra, incluso en Irak a través de la destrucción de Mosul.
Vetó la legislación para poner fin a la participación de Estados Unidos en Yemen y aprobó el bombardeo terrorista de Somalia mientras libraba una guerra total contra Venezuela e Irán. Quería que gobiernos legítimos (y soberanos) fueran reemplazados por regímenes títeres para que Estados Unidos se hiciera del control de sus vastos recursos.
Como la mayoría de sus antecesores, promueve la paz mientras se despliega en múltiples teatros de guerra, amenazando más contra Irán, lo que el difunto Gore Vidal explicó en su libro titulado: «Guerra perpetua por la paz perpetua: Por qué (Estados Unidos) es tan odiado».
El Pentágono opera en escala mundial, utilizando cientos de bases militares en decenas de países en todos los continentes como plataformas para guerras interminables contra naciones que no amenazan a nadie.
El costo de esta aventura es asombroso, innumerables billones de dólares en un agujero negro de desperdicio, fraude y abuso a costa de la justicia social que se está erosionando rápidamente en Estados Unidos para beneficiar a Wall Street y al complejo militar, industrial, de seguridad y de medios de comunicación de la nación.
Irán está en el ojo de la tormenta, Trump, Bolton y Pompeo amenazan con una guerra en el país.
Trump no sabe nada de geopolítica. Ha demostrado una profunda ignorancia de las consecuencias de las guerras. El miércoles dijo a Fox News:
Si su régimen libra una guerra contra Irán, «no durará mucho» y no implicará invadir el país, y agregó:
«Estamos en una posición muy fuerte … (Nosotros) no vamos a enviar un millón de soldados. Solo digo que si algo sucediera, no duraría mucho».
También tuiteó:
“Cualquier ataque por parte de Irán a cualquier estadounidense será respondido con una fuerza contundente y abrumadora. En algunas áreas, abrumadora significará la destrucción”.
La República Islámica nunca atacó de manera preventiva a otro país: algo que Estados Unidos y sus socios imperiales sí han hecho de manera repetida. Irán puede ser el siguiente objetivo.
Sus autoridades gobernantes prometieron que, si son atacados por Estados Unidos, responderán con fuerza, incluso contra naciones aliadas de Estados Unidos.
Si las cosas se desarrollan de esta manera, es probable que se produzca una guerra a gran escala de forma prolongada con consecuencias devastadoras, algo potencialmente mucho más serio que otras guerras de agresión de Estados Unidos que siguieron al 11 de septiembre.
Trump no entiende de qué se tratan las guerras, el número de muertes y destrucción, cómo se perjudica a millones de personas que no participan en los combates, por qué la agresión es considerada un crimen supremo contra la paz.
Donald Trump ignora las leyes internacionales, constitucionales y de Estados Unidos. Ninguna nación puede atacar legalmente a otro país, excepto en defensa propia, nunca de forma preventiva, que es como se libran todas las guerras encabezadas por Estados Unidos.
Él es profundamente ignorante sobre la República Islámica, cuando tuitea:
«La solicitud de Irán por parte de Estados Unidos es muy simple: ¡Sin armas nucleares y sin patrocinar más el terrorismo!»
En sus evaluaciones anuales de los riesgos globales, la comunidad de inteligencia de Estados Unidos afirma que no hay pruebas de un programa de armas nucleares iraní o la intención de tener uno.
Estados Unidos, la OTAN, Israel y sus socios imperiales son los principales patrocinadores estatales del terrorismo, un flagelo que Irán aborrece y que está ayudando a Siria a combatirlo.
La mayoría de los estadounidenses no saben nada sobre los horrores que su país infligió a lo largo de la era posterior a la Segunda Guerra Mundial.
Son ignorantes sobre las guerras imperiales en curso encabezadas por Estados Unidos, la agresión desnuda contra múltiples países, las nuevas amenazas contra Irán y otras naciones, así como la posibilidad de una catastrófica guerra nuclear si las cosas llegan demasiado lejos.
Autorizar guerras sin declararlas es una política estadounidense de larga data. Lanzan grandes mentiras y las difunden.
Millones de personas fueron asesinadas durante la agresión de Harry Truman contra Corea del Norte, gran parte del país quedó reducido a escombros. Pilotos estadounidenses no tuvieron empacho en bombardear sus objetivos.
De 1965 a 1973, se lanzaron ocho millones de toneladas de bombas, tres toneladas durante la Segunda Guerra Mundial, alrededor de 300 toneladas por cada hombre, mujer y niño vietnamita. Millones de personas murieron, a causa de armas de terror prohibidas, en Camboya y Laos.
Las guerras de agresión de Estados Unidos posteriores al 11 de septiembre se llevaron consigo millones de vidas a causa de atentados terroristas, ataques en tierra, enfermedades no tratadas, degradación ambiental, inanición y privaciones en general.
Si el régimen de Trump ataca a Irán, probablemente seguiría algo similar a lo anterior, cuando la madre de todas las guerras posteriores al 11 de septiembre se convirtió en la madre de todos los delitos graves durante este período.
El horrible pasado de Estados Unidos parece destinado a repetirse, un presidente que no sabe nada de geopolítica, está a punto de volver a comprobarlo.
Stephen Lendman
Stephen Lendman: Investigador asociado del Centro de Investigación sobre la Globalización (Global Research), es también corresponsal en Chicago.
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Artículo original en inglés:
US War of Words on Iran Heads Toward Turning Hot, publicado el 27 de junio de 2019.
Traducido por Ariel Noyola Rodríguez para el Centro de Investigación sobre la Globalización (Global Research).
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