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Idlib bajo las bombas: ¿De dónde vino el ataque con gas sarín?
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Global Research, junio 14, 2017

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Idlib es una pequeña provincia localizada al noreste de Siria, forma parte de las 14 divisiones político-administrativas que conforman la república árabe, y aunque militarmente carece de transcendencia, es importante por tres razones significativas: 1) tiene frontera con la República de Turquía, 2) durante la primera fase de las revueltas en Siria en este lugar se efectuaron protestas trascendentales y choques entre manifestantes y fuerzas del régimen de Al Assad,[1] y 3) fue escenario el pasado 4 abril de 2017 de uno de los peores ataques en la Guerra Civil Siria.

El bombardeo tuvo lugar en Maarat an-Numan, uno de los cinco distritos que componen la provincia de Idlib, según informes de inteligencia estadounidense el día 4 abril a las 6:37 hora local (3:37 GMT) despegó de la base aérea de Shayrat un cazabombardero Sukhoi Su-22 perteneciente a la Fuerza Aérea Siria, el cual sobrevoló el distrito de Maarat an-Numan, específicamente la región de Jan Sheijun (también conocida como Khan Shaykhun). Minutos más tarde, una nueva aeronave sobrevoló la zona por segunda ocasión a las 6:46 hora local, y poco después, cientos de personas comenzaron a experimentar síntomas de reacción a un agente nervioso.[2]

En el ataque murieron 100 personas y cerca de 400 resultaron heridas, el agente empleado se trató, presuntamente, de gas sarín, pues la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPCW por sus siglas en inglés, Organization for the Prohibition of Chemical Weapons) no pudo determinar a ciencia cierta la identidad del químico.[3]

Hasta la fecha no existe una investigación seria que, de forma contundente, concluya que el gobierno de Siria haya sido responsable de usar armas químicas. Pese a todo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó atacar una base militar siria de manera unilateral

Durante la madrugada del martes 4 de abril, cientos de habitantes comenzaron a presentar síntomas como: ojos rojos, espuma en la boca, pupilas dilatadas, cara y labios azulados, severa falta de aire y asfixia.[4] Entonces, miembros del cuerpo médico en Jan Sheijun comenzaron a compartir en Internet lo que estaba ocurriendo. De esta forma, fotografías y videos circularon en la web en donde se veía a personas tendidas en el suelo, recibiendo atención médica o siendo trasladadas, todas mostrando los efectos del agente nervioso.

Medios de comunicación y diversos gobiernos acusaron al régimen de Bashar Al Assad de haber empleado nuevamente arsenal químico en contra de la población civil (en 2013 Assad fue acusado de usar gas sarín en Khan al-Assal, Alepo).

Por su parte, el Comando Militar General Sirio publicó ese mismo martes, en el portal web de la agencia de noticias SANA, una declaración en dónde se deslindó de la autoría del ataque, así mismo señaló que el ejército sirio nunca ha utilizado ni utilizará armamento químico en contra de su población.[5]

Mientras que el principal aliado de Assad, Rusia, cuestionó la rapidez con la que el OPCW determinó la naturaleza del químico utilizado, así como la forma en la que se recolectaron las muestras estudiadas. Por añadidura, evidenció la rapidez con la que se actuó en esta ocasión en comparación al ataque ejecutado en 2013 en donde, según el gobierno ruso, grupos insurgentes usaron gas mostaza contra la población de Alepo.[6] Rusia también denunció el traslado de armas químicas de Iraq a Siria por parte de grupos insurgentes.[7]

Hasta el momento no se ha logrado identificar al responsable del ataque, los involucrados en el conflicto sirio se acusan unos a otros del empleo o “fabricación” de escenarios para inculpar a la contraparte.

Entretanto, el ataque derivó en el primer bombardeo deliberado por parte de Estados Unidos a Siria, pues sólo dos días después, el 6 de abril de 2017, a las 3:40 hora local (0:40 GMT) Washington ordenó atacar la base aérea Shayrat, en Homs, de donde supuestamente despegaron el martes 4 las aeronaves que ejecutaron el ataque contra Jan Sheijun.

La operación ejecutada bajo la administración Trump lanzó 59 misiles Tomahawk a Shayrat pues, según el portavoz del Pentágono Jeff Davis, la base aérea había albergado armas químicas hasta 2013 cuando Assad accedió a su destrucción y existía la posibilidad de que las armas no se hubieran destruido del todo. Adicionalmente, a partir de 2015, Shayrat comenzó a ser utilizada por el ejército ruso como base de operaciones de los helicópteros MI-24 y MI-35.[8]

Con esta acción, Donald Trump dio inicio a una participación de forma unilateral y mediante el uso de la fuerza en territorio sirio, por ello para Bashar Al Assad el ataque a Jan Sheijun se trató de una escena “fabricada” por Estados Unidos para justificar su intervención.[9]

Mientras que, según expertos, el ataque lanzado desde destructores de la marina estadounidense ubicados en el Mediterráneo, requirió determinado tiempo de estructuración, por lo que el plan de acción en contra de Siria estuvo contemplado por Washington desde mucho tiempo antes del ataque a Jan Sheijun.[10]

El presidente de Siria, Bashar Al Assad, acusado por las potencias occidentales de haber utilizado armas químicas en contra de la población civil

El bombardeo a Jan Sheijun es complejo, pues una serie de acontecimientos antes, durante y después del bombardeo enturbian el panorama, entre estos se encuentran:

  1. Que el domingo 2 de abril y el día del ataque los dos únicos hospitales cercanos a la zona fueron bombardeados.[11] En el caso del primer ataque el origen del misil es desconocido,[12] mientras que el daño al segundo hospital ocurrió después del bombardeo con gas junto a otro ataque al Centro de Defensa Civil donde trabajaban socorristas médicos. En este último caso las aeronaves identificadas pertenecen, presuntamente, a Rusia.[13] El gobierno ruso aceptó haber ejecutado ataques aéreos, pero señaló que se llevaron a cabo a las afueras de Jan Sheijun y que se realizaron entre las 11:30 y 12:30 hora local del 4 de abril.[14] En adición, Rusia, en su momento, también aceptó haber bombardeado depósitos llenos de armas químicas pertenecientes a grupos terroristas.[15]
  2. Un informe presentado por el Centre for Research on Globalization contrasta los datos proporcionados por la Inteligencia estadounidense (en un Reporte revelado el 11 de abril) con datos meteorológicos y geográficos del momento del presunto ataque. Los resultados sugieren lo siguiente: a) entre el lugar donde se ubica el cráter del impacto y el poblado afectado existe una distancia considerable, por lo que tomando en cuenta las condiciones meteorológicas de ese día, es difícil que la nube de gas sarín pudiera viajar toda esa distancia, b) el lugar donde se colocó a las personas afectadas no corresponde al área del poblado que pudo ser utilizada para dicho fin. Dado que este espacio no se encuentra en la aldea, y si se supone que se trasladaron a los heridos, es incomprensible porqué se dejaron a personas tendidas en el suelo como aparece en los videos, y c) las pruebas proporcionadas por el informe estadounidense muestran a personas cerca de cráter e incluso a individuos manipulando restos del sitio del impacto, sin embargo, debido a la presencia de gas sarín cualquier persona cerca del área hubiera sufrido las consecuencias del contacto con el gas, por lo tanto el cráter mostrado en el informe no puede ser el sitio donde se ejecutó el bombardeo con gas.[16]

Hasta el momento la identidad de las aeronaves, determinados detalles respecto a la secuencia de los hechos y los datos producidos por el informe del Centre for Research on Globalization, refutan la información presentada por el Reporte de Inteligencia de Estados Unidos. Es importante aclarar que no se intenta presentar el ataque a Idlib como una escena fabricada sino que la verdad sobre lo ocurrido el día 4 de abril de 2017 no ha salido a la luz, el Informe de Inteligencia presentado por Washington carece de validez, la forma en la que establece que sucedieron los hechos es errónea, no es posible que la localización del impacto sea la presentada en dicho informe, las fotografías en las que aparecen personas cerca de la zona del impacto sin protección sugiere que no pudo existir gas sarín en el lugar sin que esos individuos fueran afectados.

La Federación rusa, uno de los aliados clave de Siria en el frente de batalla

Efectivamente, ocurrió un ataque químico en el que civiles fueron asesinados. Sin embargo, las pruebas presentadas por el gobierno estadounidense carecían de fundamento y, no obstante, fueron empleadas para ejecutar el ataque aéreo a Shayrat, por lo que muchas interrogantes surgen del ataque irresuelto:

  1. ¿De dónde salieron las armas? Bien sea que pertenezcan al gobierno de Assad (en donde se señala a Rusia como proveedor), bien sea que pertenezcan a grupos insurgentes (donde se sugiere, provienen de Iraq).
  2. ¿Cómo es posible comprobar la responsabilidad? Hasta el momento las fuentes que culpan al régimen de Assad pertenecen sólo a la inteligencia estadounidense, que ha demostrado no ser tan confiable (como en el caso de la supuesta posesión de armas de destrucción masiva que justificó la invasión a Iraq). En adición, la inteligencia estadounidense logró identificar el origen y tipo de las aeronaves del día 4, pero no la identidad del avión que un día antes atacó uno de los hospitales en Jan Sheijun.
  3. ¿Quién está utilizando las armas? En ambos ataques (Alepo e Idlib) la población civil ha sido la principal afectada, el gobierno de Assad sostiene que se trata de una campaña para manipular la opinión internacional, Estados Unidos insiste en que Assad conserva arsenal químico, mientras que Rusia señala a los rebeldes, entre tanto ya son dos las ocasiones en las que este tipo de armas son empleadas impunemente contra población inocente.

Ante este escenario, es preciso establecer una comisión internacional que se encargue de la investigación de estos actos y aplicar las medidas, de acuerdo al Derecho Internacional, que garantice la sanción de quienes resulten responsables, al mismo tiempo es necesario ubicar a la fuente que proporciona dicho arsenal, pues la guerra en Siria se ha convertido en un tablero en donde se vierten las fricciones regionales, y en donde las armas y el financiamiento circulan sin un destino ni origen aparente.

Berenice Fernández Nieto

Berenice Fernández Nieto: Licenciada y maestrante en Relaciones Internacionales por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Notas:

[1] Mohamed El Hilali, Nouran. (Abril 12, 2017). “Idlib: Who controls what”. Al Jazeera.

[2] BBC. (Abril 26, 2017). “Syria chemical ‘attack’: What we know”.

[3] El País. (Abril 11, 2017). “Exámenes confirmaron que se utilizó gas sarín en el ataque químico”.

[4] BBC, Óp. Cit.

[5] MANAR. (Abril 4, 2017). “Army general Command categorically denies using chemical materials in Khan Shaikhoun”.

[6] RT. (Abril 20, 2017). “Russia questions watchdog’s swift identification of sarin in Syria chemical incident”.

[7] BBC, Óp. Cit.

[8] BBC Mundo. (Abril 10, 2017). “¿Por qué Estados Unidos decidió bombardear en particular la base aérea siria de Shayrat?”. BBC.

[9] BBC, Óp. Cit.

[10] Ídem

[11] Meuse, Alison. (Abril 5, 2017). “The View From Khan Shaykhun: A Syrian Describes The Attack’s Aftermath”. NPR.

[12] BBC, Óp. Cit.

[13] Meuse, Óp. Cit.

[14] BBC, Óp. Cit.

[15] BBC Mundo, Óp. Cit.

[16] Postol, Theodore. (Abril 18, 2017). “Khan Sheikhoun, Syria: The Nerve Agent Attack that Did Not Occur”. The Centre for Research on Globalization.

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