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La farsa y la agenda diabólica detrás del “confinamiento mundial”
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Global Research, junio 10, 2020

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Nota del Editor: Este artículo fue publicado por primera vez el 1 de mayo de 2020.

Primero viene la farsa, un gobierno (casi) universal miente a lo largo y ancho del mundo sobre un virus mortal, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) denominó COVID-19.

La decisión de un confinamiento mundial (que provocó el colapso de la economía), se tomó durante el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) de Davos, realizado del 21 al 24 de enero de 2020.

El 30 de enero, la OMS declaró al COVID-19 como una “emergencia de salud pública de preocupación internacional” (PHEIC, por sus siglas en inglés). En ese momento, solamente había 150 casos conocidos de COVID-19 fuera de China. Por lo cual, no había para declarar una pandemia. El 11 de marzo, el Dr. Tedros, director general de la OMS, convirtió la declaración de emergencia en una pandemia. Esto dio luz verde para comenzar a implementar “el Plan”.

La pandemia era necesaria como un pretexto para detener y colapsar la economía mundial junto con su tejido social.

No es coincidencia. Hubo una serie de eventos preparatorios, todos apuntaban en dirección de un desastre histórico monumental en escala global. Comenzó por lo menos desde hace 10 años, probablemente mucho antes, con el infame Informe Rockefeller 2010, que describió la primera fase de un monstruoso Plan, llamado escenario “Lock Step”. Entre los últimos eventos preparatorios para la “pandemia” estaba el Evento 201, celebrado en Nueva York el 18 de octubre de 2019.

El evento fue patrocinado por el Centro Johns Hopkins para la Salud Pública, la Fundación Bill y Melinda Gates y el Foro Económico Mundial, el club de los ricos y poderosos que se reúne cada mes de enero en Davos, Suiza. También participaron diversos grupos farmacéuticos (involucrados en vacunas), así como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos y China.

Uno de los objetivos del “Evento 201” era la simulación por computadora de una pandemia de coronavirus. El virus simulado se llamó SARS-2-nCoV, después conocido como 2019-nCoV. Los resultados de la simulación fueron desastrosos, mataron a 65 millones de personas en 18 meses y hundieron al mercado bursátil en más de un 30%, lo que provocó desempleo y quiebras incalculables. El escenario que ahora estamos viviendo es el comienzo.

El escenario “Lock Step” contempla una serie de eventos espantosos e inquietantes del “Plan” que implementará la llamada Agenda ID2020, una creación de Bill Gates, completamente integrada a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas 2030 (también llamada Agenda 2030, la agenda oculta desconocida para la mayoría de los miembros de la ONU), la misma fecha objetivo para completar la Agenda ID2020.

Aquí, solamente algunos puntos clave de lo que el mundo está viviendo ahora y lo que está por venir si no lo detenemos -que demuestran cómo se ha planeado esta farsa criminal. Los puntos clave de este escenario son:

  • Un programa masivo de vacunación, probablemente de carácter obligatorio: El sueño de Bill Gates es crearlo y vacunar a 7,000 millones de personas.
  • Reducción masiva de la población, un plan eugenésico, en parte a través de la vacunación y otros medios (Ref. Bill Gates, “si estamos haciendo un buen trabajo de vacunación, podemos reducir la población mundial entre un 10 y un 15%”. Véase “Innovando hacia ¡Cero!”, discurso en la conferencia anual TED2010, Long Beach, California, 18 de febrero de 2010).
  • Bill Gates ha estado defendiendo durante años la idea reducir la población en escala masiva, de hecho, a partir de los más de 20 años de programas de vacunación de la Fundación Bill y Melinda Gates en África, India y otros lugares del mundo, se esterilizó a mujeres de entre 14 y 49 años de forma involuntaria. Véase el artículo “En 2014 y 2015, Kenia llevó a cabo un programa masivo de vacunación contra el tétanos, patrocinado por la OMS y UNICEF” (inglés).
  • Una identificación electrónica para cada persona, en forma de nano chip, posiblemente inyectada junto con la vacuna obligatoria. Este nano chip podría portarse de forma remota con todos los datos personales.
  • Dinero digitalizado, ya no más dinero en efectivo.
  • Lanzamiento mundial de un sistema 5G, más tarde 6G.

Estamos frente al control absoluto de cada individuo en el planeta. Se vende al público como “Internet de las cosas” (TIT, por sus siglas en inglés), lo que significa autos sin conductor, equipos de cocina robotizados, inteligencia artificial (IA) para la producción y entrega de todo tipo de mercancía. Lo que no se dice es cómo los humanos serían marginados y esclavizados.

Para llevar adelante este plan maestro, se necesitan ondas electromagnéticas de alta frecuencia. Para ello, el despliegue de un sistema 5G es imprescindible, sin importar el impacto en la salud de los seres humanos, la fauna y la flora, sin importar su influencia en las infecciones virales como el COVID-19.

La OMS permanece en silencio, aunque admite que no se ha realizado ningún estudio oficial independiente sobre los peligros del 5G y los campos electromagnéticos en general. ¿Esto significa que la OMS ha sido cooptada por grandes y poderosos intereses? – Cabe destacar que, a diferencia de otras agencias de la ONU, la Fundación Rockefeller (RF) creó a la OMS en 1948 – véase The Lancet. También vale la pena destacar que aproximadamente la mitad del presupuesto de la OMS proviene de fuentes privadas, principalmente de la industria farmacéutica, pero también de otras, como los gigantes de las telecomunicaciones.

Es el antecedente para comprender cómo se están planeando las cosas. Que puede ayudar a atar los cabos para lo que viene.

También puede ayudarnos a entender lo que está pasando en este momento, en la primera fase del escenario “Lock Step”. Es la naturaleza criminal del “Estado Profundo” (‘Deep State’) al desnudo.

No importa el colapso del mercado de valores. Es el síndrome de un especulador, los riesgos de las personas ricas, ya que el mercado de valores es un invento occidental para jugar con el capital y las ganancias de capital en detrimento de los trabajadores, cuyas vidas dependen de trabajar ese capital. Son los primeros en irse, cuando el “gran dinero” (‘Big Money’) pide una fusión, o una bancarrota.

Ahora, la cuarentena casi universal y justificada por NADA, el cierre total de todos los negocios, pequeños o grandes -restaurantes, construcción, turismo, ferreterías pequeñas y grandes, panaderías, líneas aéreas, transporte- cadenas de suministro interrumpidas -fábricas, procesamiento de alimentos- sigue y sigue.

En el Norte global, hasta un 90% de las transacciones comerciales provienen de pequeñas y medianas empresas (pymes). Casi todos están cerrados ahora. Dos tercios o más de ellos puede que nunca más vuelvan a abrirse. Los empleados y trabajadores son despedidos, o reducen su trabajo a tiempo parcial, lo que implica un pago a tiempo parcial, con la necesidad de mantener a sus familias. Se instalan la pobreza y la desesperación y se vuelven desenfrenadas. No hay futuro a la vista. Las tasas de suicidio aumentarán, basta con ver Grecia durante la crisis de 2008/2009, y hasta diez años después, familias rotas, ejecuciones hipotecarias, familias expulsadas de sus departamentos porque ya no podían pagar las rentas. La miseria callejera se normaliza, solo que ahora nadie puede dar limosna.

Compras de pánico en plena pandemia de la COVID-19

En Europa, se espera que al menos un tercio o quizás un 50% o más de la fuerza laboral, dependiendo del país y de la estructura del mercado de trabajo, esté desempleada o reduzca sus labores a tiempo parcial. Y es solo el comienzo. En Estados Unidos, las cifras oficiales de desempleo superan los 23 millones al momento de redactar este artículo, y se espera que la tasa de desempleo alcance entre un 32 y un 40% el próximo trimestre, según las proyecciones del Sistema de la Reserva Federal (‘Federal Reserve System’), Goldman Sachs, y Bloomberg. Las bancarrotas pueden salirse de control.

Para 2020 el FMI prevé una contracción económica mundial de apenas un 3%, y una débil tasa de crecimiento en la última parte de 2021. ¡Qué ridiculez! – ¿En qué planeta viven estas personas? ¿A quién intentan engañar y por qué? ¿Quizás para alentar a los países a pedir prestado grandes cantidades de divisas a las instituciones depredadoras de Bretton Woods (el FMI y el Banco Mundial), bajo la idea de que las proyecciones del FMI son acertadas? – ¿Más esclavitud por engaño?

Este es el Norte global, que tiene algún tipo de red de seguridad social, independientemente de lo débiles que son, existe una pequeña esperanza de alivio. Otra señal de esperanza son los principios que la Humanidad establecerá, trabajando de forma ingeniosa, inventando, avanzando, fluyendo como un río hacia nuevos horizontes, creando nuevas dinámicas, nuevos trabajos… sí, es lo que la humanidad puede hacer, pero en nuestra comodidad nosotros hemos dejado de lado esta virtud, una virtud esencial para nuestra supervivencia, nuestra supervivencia frente al coronavirus.

El Sur global -o los “países en desarrollo”- es de una historia más sombría. En circunstancias normales, entre un tercio y la mitad de la economía es informal, esto es, no forma parte de ninguna norma de organización formal o legal. Son trabajadores a corto plazo, trabajadores que trabajan por día, por hora, que viven al día, sin ahorros, sin redes de seguridad y, en la mayoría de los casos, sin cobertura de salud. Están sujetos a los caprichos del “mercado”, literalmente. Ahora el mercado se derrumbó.

No queda nada. Sin trabajo, sin ingresos, sin dinero para pagar la comida, la renta, las medicina, el gobierno les ordena a los que se hunden en la pobreza que se queden “en casa”, “confinados” en cuarentena, para protegerse de un virus, un virus que nadie ve, pero el gobierno y los medios de comunicación aseguran de que usted tome conciencia, ASUSTADO, de sus peligros, aunque nunca sepa si es verdadero o falso.

¿Reclusión en “casa”? – ¿De qué hogar estamos hablando? El hogar no existe. No hay dinero para pagar la renta. Mantenga “distancia social”, no se reúnan. Si no se mantiene recluido, la infección podría extenderse. La esencia es el miedo.

Tomemos una ciudad como Lima, Perú. La población total de Perú es de unos 30 millones. Lima, alrededor de once millones, de los cuales unos 3 a 4 millones viven en la marginalidad, en barrios pobres. Empleados que trabajan por día o por hora. En muchos casos, viven a horas de su lugar de trabajo. Pero ahora ya no hay “lugar de trabajo”. No tienen dinero para pagar la comida, el transporte o la renta: Los propietarios los echan a las calles, los expulsan de sus propiedades. ¿Cómo pueden permanecer confinados? ¿Cómo pueden cuidarse a sí mismos en medio de la cuarentena si no tienen refugio ni comida, y tienen que buscar ganar dinero suficiente para sobrevivir un día más y compartir con sus familias? No pueden.

Protegerse bajo el confinamiento (sic) es una opción solo para ricos. Los pobres se mueren de hambre con niños y familias de por medio, posiblemente con la enfermedad COVID-19. Viven dentro de los cinturones de pobreza y miseria, donde no hay nada que perder. Nadie tiene nada, ni siquiera solidaridad. Simplemente no hay nada. Privación absoluta, provocada por el estancamiento económico.

De estos 3 a 4 o 5 millones de personas, todos han venido de algún punto de las provincias rurales, el gobierno no ha hecho nada, o no lo suficiente como para mantenerlos en sus lugares de origen. Entonces, en busca de una vida mejor, abandonan sus pequeñas parcelas de tierra y se mudan a la Gran Ciudad, al paraíso, donde son relegados a enfrentar más miseria que cuando estaban en sus provincias. Aguantan, siempre manteniendo esperanza. Pero esto, la crisis del coronavirus provocada por el hombre ha empeorado la situación para todos ellos. O no existen, o están lejos de recibir dádivas gubernamentales, o llegan demasiado tarde o se extravían en medio de la corrupción.

Se agrupan en solidaridad. Necesitan volver a sus orígenes, a sus pequeñas parcelas de tierra, con sus familias, donde obtendrán refugio y comida, donde nuevamente podrán sentirse “en casa”, amados o por lo menos bienvenidos.

Un gobierno de estilo militar dictatorial les impide irse, por razones de seguridad, por supuesto, pueden infectar a otras personas, continúa la farsa. Y nadie dice pío. Nadie se atreve, por miedo a ser encarcelado. Brutalidad policial, represión, sin comida. Hasta que el todopoderoso gobierno central se decida a “organizar” la repatriación, en autobuses, pero no hay suficiente capacidad, ni organización -emerge el caos-, todo empeora, ¿Cuánto puede empeorar? El hambre volverá a la carga, los hará cada vez más débiles, más propensos a enfermedades y a morir, no por la COVID-19, sino por hambre. Pero a medida que las estadísticas van y vienen, DEBEN, por órdenes de los Maestros, atribuirse a la pandemia del coronavirus. Naturalmente. Se hace en otras partes, en el Norte global. ¿Por qué no en el Sur global?

Lima es solo un ejemplo, pero representa bien a la mayor parte de América Latina, excepto Venezuela, Nicaragua y Cuba, donde, en medio de la miseria, todavía hay un sentido de solidaridad que une al pueblo, donde el gobierno está en contacto con el pueblo, sin embargo, las personas sufren más debido a las sanciones impuestas por Occidente, muchas personas están siendo asesinadas por sanciones, principalmente las de Estados Unidos. Una nación genocida.

The New York Times (22 de abril de 2020) informa: ‘En lugar del coronavirus, el hambre nos matará. ‘Se avecina una crisis alimentaria mundial. Los expertos dicen que el mundo nunca ha enfrentado una emergencia de hambre como ésta. Podría duplicar el número de personas que enfrentan hambre aguda a 265 millones para fines de este año.

Además, según NYT:

“En Kibera, el barrio marginal más grande de Nairobi, Kenia, los residentes viven ya en la extrema pobreza. Desesperados por comer, estalló una estampida durante una entrega de harina y aceite de cocina, dejando a muchos heridos y dos personas muertas”.

“En India, miles de trabajadores hacen fila dos veces al día para conseguir pan y vegetales fritos y mantener hambre a raya”.

“Y en todo Colombia, los hogares pobres cuelgan ropa de color rojo y banderas en sus ventanas y balcones en señal de que tienen hambre”.

Esto nos recuerda la cita infame de (Henry) Kissinger de la década de 1970 sobre el hambre,

“Quien controla el abasto de alimentos controla a las personas: La cita continúa…

“Quien controla la energía puede controlar continentes enteros; quien controla el dinero puede controlar el mundo”.

Henry Kissinger

Kissinger, como los Gates, los Rockefeller son “bien intencionados”: Nunca han ocultado su deseo de reducir la población mundial mediante una estrategia que nos recuerda a la eugenesia. “Erradicar la pobreza”, por ejemplo, se logra a través de la vacunación. Comenzando en África.

Gates sugirió recientemente que probaría su nueva vacuna contra el coronavirus en África, frente a lo cual incluso su amigo, el Dr. Tedros, director general de la OMS, salió a protestar.

La pandemia del coronavirus ha hundido en la pobreza y el hambre a millones de personas en todo el mundo. Y no hay un final a la vista.

Por el contrario, parece que casi todos los gobiernos han sido cooptados, o abiertamente obligados a adherirse a las “directrices”.

Es parte de una agenda diabólica, que escapa a nuestra comprensión. ¿Por qué? Las “élites globales” realmente creen que están contribuyendo al futuro y al bienestar de la Humanidad. Sin embargo, sus acciones han resultado en miseria abyecta, desempleo y desesperación.

Sin esas medidas coercitivas, difícilmente podría explicarse por qué casi todos los gobiernos se han sometido a esta horrenda agenda social y económica. Y mienten, mienten, mienten a su gente de forma abyecta. A las personas que se supone que deben proteger contra el desempleo, el hambre y la desesperación.

En circunstancias “normales”, de la desigualdad depredadora de nuestro mundo, unos 9 millones de personas mueren de hambre y enfermedades relacionadas con el hambre cada año. Esta cifra ahora podrá dispararse de forma exponencial. Quizás en decenas de millones, o más.

El hambre y la muerte por hambre podrían verse más afectadas ante la escasez de alimentos provocada artificialmente, o por sequías o inundaciones resultado del cambio climático generado por el hombre, no a través del aumento de temperatura provocado por las emisiones de CO2 como ridículamente se publicita, sino por el sistema HAARP de la Fuerza Aérea de Estados Unidos (HAARP = Programa de Investigación de Aurora Activa de Alta Frecuencia).

Durante la guerra de Vietnam, se utilizaron técnicas de ‘siembra de nubes’, que comenzaron en 1967 bajo el ‘Proyecto Popeye’, cuyo objetivo era prolongar la temporada del monzón y bloquear las rutas de suministro enemigas a lo largo de la Ruta Ho Chi Minh”. Hoy el sistema HAARP ha sido perfeccionado y reconvertido en arma. De acuerdo con el informe de la Fuerza Aérea de Estados Unidos (‘AF Final Reporte 2025’), la modificación del clima (para uso militar):

Ofrece al guerrero una amplia gama de posibles opciones para derrotar o coaccionar a un adversario…

‘La modificación del clima se convertirá en parte de la seguridad nacional e internacional y podría hacerse unilateralmente…Podría tener aplicaciones ofensivas y defensivas e incluso ser utilizada con fines de disuasión. La capacidad de generar lluvias, niebla y tormentas en la Tierra o modificar el clima espacial…y la producción de clima artificial son parte de un conjunto integrado de tecnologías [militares]”.

Según el programa vacunación forzada por la Fundación Gates, quienes rechacen ser vacunados, pueden ser impedidos para viajar.

La miseria abyecta que se impone a la Humanidad de forma deliberada se hace cada vez más visible. Además de eliminar los bienes de las personas y las empresas, es la pobreza y el hambre…

Hoy no existe un Tribunal tipo Nuremberg, honesto, ético y lo suficientemente poderoso como para responsabilizar a las élites globales y llevarlas ante la justicia.

Nosotros, la gente, tenemos que empoderarnos de este cambio de paradigma en curso.

Nosotros, la gente, tenemos que salir de este confinamiento atroz.

No a través de la confrontación, sino con sabiduría y comprensión. Dejar que las fuerzas del enemigo fortalezcan nuestras debilidades para entonces poder triunfar.

A un buen general no le gusta la agresión

Un buen guerrero no sabe odiar

Si quieres vencer a tu enemigo, no lo confrontes.

Colócate debajo de él

Esto se llama el poder de no pelear

Esto es usar la habilidad de los hombres

Esto es desde la Antigüedad, estar en armonía con el cielo,

Y es el mayor poder que existe (Tao 68)

Peter Koenig

Peter Koenig: Economista y analista geopolítico. También es especialista en recursos hídricos y medioambientales. Trabajó durante más de 30 años con el Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud en todo el mundo, incluso en Palestina, en los ámbitos del medio ambiente y el agua. Da conferencias en universidades de los Estados Unidos, Europa y América del Sur. Escribe regularmente para Global Research; ICH; RT; Sputnik; PressTV; El siglo 21; Greanville Post; Defiende Democracy Press, TeleSUR; The Saker Blog, New Eastern Outlook (NEO); y otros sitios de internet. Es autor de Implosion, un thriller económico sobre guerra, destrucción medioambiental y avaricia corporativa, ficción basada en hechos y en 30 años de experiencia del Banco Mundial en todo el mundo. ¡También es coautor de The World Order and Revolution! – Ensayos de la resistencia. Es investigador asociado del Centro de Investigación sobre Globalización.

Artículo original en inglés:

The Farce and Diabolical Agenda of A “Universal Lockdown”, publicado el 1 de mayo de 2020.

Traducido por Ariel Noyola Rodríguez para el Centro de Investigación sobre la Globalización (Global Research).

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