IMAGEN: María Elena Álvarez-Buylla Roces, actual directora del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT).

La directora general del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, María Elena Álvarez-Buylla, denunció que durante el sexenio de Enrique Peña Nieto se “transfirieron” 50 mil millones de pesos para destinarlos a distintas empresas, en particular a trasnacionales (La Jornada, 17-I-19).

Siempre de acuerdo con lo dicho por la doctora Álvarez-Buylla Roces –nieta del gran Wenceslao Roces, el traductor de Das Kapitalal español para su edición por el Fondo de Cultura Económica–, “no es aceptable en un país en el que ni siquiera hemos llegado, según mis números, a invertir 0.4 por ciento del producto interno bruto en el aporte nacional a ciencia y tecnología”. Sus estimaciones indican que sólo se invirtió 0.33 por ciento del PIB.

Ocuparse del asunto debe ser un desperdicio de tiempo para los severísimos críticos de lo que denominan “populismo” (todo lo que favorezca vía subsidios, apoyos y créditos a las mayorías), pero justifican puntualmente todo lo que sean “rescates” y “apoyos” al gran capital. Últimamente, si acaso, critican al mexicanísimo capitalismo de compadres, conocido en otras latitudes como de cuates.

Para la especialista en ecología evolutiva “Si se junta toda la batería de fondos y becas, de catedráticos, etcétera, estamos rondando los 50 mil millones de pesos; aún estamos recabando los datos, porque la información está dispersa, pero tenemos un rango de confiabilidad de más o menos 15 mil millones de pesos”.

Es decir, que las muy modestas pero alegres cuentas todavía no están claras, a pesar de que las realizadas en el sexenio de “Mover a México” (2012-18) y que desde la víspera del final del segundo año de Peña éste cayó en desgracia en términos de apoyo ciudadano con la Casa blanca que resultó ser sólo la punta del iceberg de una monumental corrupción y, más tarde, la masacre en Tlatlaya, estado de México, y enseguida la matanza de Iguala, Guerrero, y la desaparición de los 43 normalistas rurales.

No es una novedad el desvío de recursos para favorecer a trasnacionales, mientras los becarios del Conacyt no pueden multiplicarse como le urge no a los estudiantes sino al desarrollo de México –dije desarrollo, no sólo crecimiento que también se requiere–, para caminar en ciencia y tecnología, pese al subempleo en que se debaten en México y la persistente fuga de cerebros a Estados Unidos.

Está documentado por la periodista Carmen García Bermejo en el número 368 de Forum en Línea (VII-18: http://www.forumenlinea.com/index.php/archivos1) que mientras a muchos colectivos culturales y agrupaciones de creadores artísticos se les retiraron los apoyos de la Secretaría de Cultura federal y de los gobiernos de las entidades federativas, las orquestas juveniles que administra Fundación Azteca, misma que presidía el actual secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán, recibió 1,300 millones de pesos. Y todo para que Ricardo Salinas Pliego se vista de gran filántropo, pero con recursos públicos, y Televisión Azteca le rinda culto como lo que el señor no es. En la televisora de enfrente no cantan mal las rancheras con su Teletón y las partidas mensuales que entregan los gobiernos estatales por “acuerdo” de sus congresos. Durante 2018 Ciro Gómez Leyva presionó públicamente a los gobernadores para que cubrieran las cuotas asignadas.

De tal suerte que la transferencia de recursos públicos para las grandes empresas es práctica ordinaria, como si no fueran suficientes “los usos y costumbres” de no cubrir las obligaciones fiscales o hacerlo en una cuantía menor a la obligatoria. Y todavía demandan al SAT la devolución de impuestos, en lo cual son expertos los despachos de prominentes figuras del Partido Acción Nacional.

Eduardo Ibarra Aguirre