A la pregunta: “En su opinión ¿se han cumplido las expectativas que tenía de AMLO? ¿Aprueba o desaprueba el desempeño del presidente en lo que va de la actual administración? Formuladas por Opinión Pública, Marketing e Imagen (encabezada por Desiderio Morales, crítico de Obrador), y la consultora Social Research Solutions para el portal SDP Noticias, arroja como conclusión principal que “se mantiene la aprobación” al titular del Ejecutivo, en mayo por el 71.5% de los encuestados frente a 72.3% en marzo, y 28.5% respondió negativamente frente al 27.7 de hace dos meses.

Lo anterior con todo y que la crítica en el oligopolio mediático y en la comentocracia estaba en un punto muy elevado a partir de la decisión de que la Secretaría de Energía y Petróleos Mexicanos se harán cargo de la construcción de la refinería de Dos Bocas, en Paraíso, Tabasco, lo que rompe con las reglas dominantes en la aldea global en materia energética y respecto al papel de las empresas paraestatales en el mundo actual.

Hasta la hora de redactar estas líneas, el espaldarazo financiero al proyecto de López Obrador por parte de los bancos HSBC, JP Morgan y Mizuho Securities, para fortalecer las finanzas de Pemex hasta por 8 mil millones de dólares, justo el costo que tendrá la refinería, no acababa de alterar la conducta mediática, lo cual podría explicarse en la vocación opositora de los consorcios, donde convergen en sus consejos de administración los dueños de México, defensores intransigentes del Cambio de rumbo, inaugurado por Miguel de la Madrid a partir de diciembre de 1982.

La ideologización del tema por los expertos y analistas está a la orden del día. “Igual al segundo piso”, fue la conclusión de Gonzalo Monroy, de la consultoría GMEC, sin reparar que el gobierno del estado de México hizo lo propio, pero de paga y concesionado a empresarios. Y la conductora Guadalupe Juárez (Radio Centro), como antes Azucena Uresti (Radio Fórmula) estimaron “unánime” la crítica a la construcción de Dos Bocas por el Estado. Ya salió una calificadora a descalificar los plazos y montos para construirla. ¡Las grandes obras son para las trasnacionales!

Hablamos de encuestas y de cómo explicar el altísimo apoyo ciudadano al presidente Andrés Manuel. Son varios factores, pero la fuerza de la esperanza en la ciudadanía tiene un peso considerable, junto al rumbo emprendido el 1 de diciembre y aún mejor desde el primer día de septiembre en el Congreso e incluso a partir del martes 3 de julio. Los analistas no registran el valor de los estados de ánimo social y su papel en los cambios políticos.

Cierto es que la política social ocupa un primer plano, y preveo que allí radicará la mayor transformación de la cuarta, pero los retrasos son de tal magnitud que la tercera parte de los programado aún no llega a los bolsillos de los destinatarios, a los adultos mayores que viven de la pensión. Cuenta, por supuesto, la baja tasa de bancarización de México porque los consorcios atienden donde hacen negocio, lo demás no existe para ellos.

AMLO llamó la atención a los delegados estatales en reunión con el gabinete ampliado en Palacio Nacional, tras visitar la tierra del Nayar (huicholes, coras y tepehuanes) y corroborar los retrasos en el censo de los programas sociales. Cuentan que les exigió “mayor compromiso social y dejar a un lado intereses personales y políticos”. Carlos Lomelí, delegado en Jalisco, aseguró que el presidente “Nos pidió que vayamos a ras de tierra, nos metamos abajo”.

Supongo que quien no cumpla verá truncada su carrera política. Por ello fue un exceso oponerse a los delegados bajo el argumento de que “serán los candidatos a gobernador por Morena”. Ni Delfina Gómez tiene asegurada la candidatura mexiquense, para acabar pronto.

Eduardo Ibarra Aguirre