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¿Hacia un nuevo orden mundial?: Crisis global de la deuda y privatización del Estado
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Global Research, abril 17, 2020

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Enfrentamos una grave crisis de salud que debe resolverse como es debido. Es una prioridad.

Pero hay otra dimensión importante que debe tratarse.

Millones de personas han perdido sus empleos y sus ahorros de toda la vida. En los países en desarrollo, prevalecen la pobreza y la desesperación.

Si bien el encierro se presenta ante la opinión pública como el único medio para resolver una crisis mundial de salud pública, casualmente, sus devastadores impactos económicos y sociales son ignorados.

La verdad impronunciable es que el nuevo coronavirus constituye un pretexto para poderosos intereses financieros y políticos corruptos, para llevar al mundo entero a una espiral de desempleo, bancarrota, pobreza extrema y desesperación.

Esto es lo que está pasando en realidad. La pobreza es mundial. Mientras estallan las hambrunas en los países del Tercer Mundo, más cerca de casa, en el país más rico de la Tierra,

“Millones de estadounidenses desesperados aguardan largas filas para recibir limosnas”

“La semana pasada se formaron filas de miles (de personas) en bancos de alimentos y oficinas de desempleo en Estados Unidos”

En India:

“La comida está desapareciendo … en barrios marginales, demasiado asustados para salir, caminar a casa o atrapados en medio de represiones callejeras,

En la India ha habido 106 muertes por coronavirus hasta el momento, para poner las cosas en perspectiva 3,000 niños indios mueren de hambre diariamente”

De Mumbai hasta la ciudad de Nueva York. Es la “globalización de la pobreza”.

La producción está detenida.

Hay hambre en Asia y África. Hambruna en Estados Unidos

Todos los países ahora forman parte del Tercer Mundo. Es la “tercermundización” de los llamados “países desarrollados” de altos ingresos.

¿Qué está pasando en Italia?

La gente se está quedando sin comida. Las noticias confirman que la mafia, en vez del gobierno, “está obteniendo apoyo local mediante la distribución de alimentos gratuitos a las familias pobres en cuarentena que se han quedado sin (dinero) efectivo”. (The Guardian)

Esta crisis combina miedo y pánico sobre el COVID-19 junto con un sofisticado proceso de manipulación económica.

Examinemos primero los impactos sobre los países en desarrollo.

Países en desarrollo. La “medicina económica” del FMI y la globalización de la pobreza

¿La crisis del coronavirus forma parte de una agenda macroeconómica más amplia?

Primero, revisemos algunos antecedentes históricos.

Pasé más de diez años realizando investigaciones de campo sobre los impactos de las reformas económicas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial en África, Asia, América Latina, Europa del Este y los Balcanes.

Desde principios de la década de 1980, se suministró una “potente medicina económica” a los países en desarrollo endeudados bajo lo que se llamó “programa de ajuste estructural”.

De 1992 a 1995, realicé una investigación de campo en India, Bangladesh y Vietnam y regresé a América Latina para completar mi estudio sobre Brasil. En todos los países que visité, incluidos Kenia, Nigeria, Egipto, Marruecos y Filipinas, observé el mismo patrón de manipulación económica e injerencia política por parte de las instituciones con sede en Washington. En la India, como resultado de las reformas del FMI, millones de personas fueron conducidas al hambre. En Vietnam, que constituye una de las economías productoras de arroz más robustas del mundo, las hambrunas a nivel local estallaron como resultado del levantamiento de los controles de precios y la desregulación del mercado de granos. (Prefacio a la segunda edición de la Globalización de la pobreza, 2003)

La hegemonía del dólar fue impuesta. Con el aumento de la deuda denominada en dólares, la mayoría de los países en desarrollo todo el sistema monetario nacional se “dolarizó” de facto.

Las medidas de austeridad masivas provocaron el deterioro de los salarios reales. Se impusieron programas de privatización. Estas reformas económicas mortales, aplicadas en nombre de los acreedores, provocaron siempre colapso económico, pobreza y desempleo masivo.

En Nigeria, a partir de la década de 1980, se desmanteló todo el sistema de salud pública. Los hospitales públicos fueron llevados a la bancarrota. Los médicos con quienes hablé describieron el infame programa de ajuste estructural con un humor:

“Hemos sido destruidos por el programa de ajuste estructural”, dijeron, nuestros hospitales han sido destruidos, literalmente, por cortesía del FMI-Banco Mundial.

Del ajuste estructural al ajuste global

Hoy, el mecanismo para provocar pobreza y colapso económico es radicalmente diferente y cada vez más sofisticado.

En la crisis económica de 2020 (que está vinculada a la lógica de la pandemia COVID-19), ya no es necesario que el FMI-Banco Mundial negocie un préstamo de ajuste estructural con los gobiernos nacionales.

Lo que ocurrió bajo la crisis de COVID-19 es un “ajuste global” en la estructura de la economía mundial. De un solo golpe, este “ajuste global” desencadena un proceso mundial de bancarrota, desempleo, pobreza y desesperación absoluta.

¿Cómo se pone en marcha? El encierro se presenta a los gobiernos nacionales como la única solución para resolver la pandemia COVID-19. De esta manera, se convierte en un consenso político, independientemente de sus devastadoras consecuencias económicas y sociales.

No es necesario reflexionar o analizar las consecuencias. Los gobiernos corruptos son presionados para ejecutar la medida.

El cierre parcial o completo de una economía se lleva a cabo a través de las llamadas “directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS)” sobre el encierro, así como sobre las restricciones al comercio, la inmigración y el transporte, etc.

Poderosas instituciones financieras y grupos de presión como Wall Street, Big Pharma, el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) y la Fundación Bill y Melinda Gates participaron en la articulación de las acciones recomendadas por la OMS relacionadas con la pandemia COVID-19.

El encierro junto con la disminución del comercio y los viajes aéreos habían preparado este escenario. Este cierre de las economías nacionales se llevó a cabo en todo el mundo a partir del mes de marzo, afectando simultáneamente a un gran número de países en las principales regiones del mundo. Un acontecimiento sin precedentes en la historia mundial.

¿Por qué los líderes de alto rango permitieron algo así? Las consecuencias eran obvias.

Esta operación de encierro afecta las líneas de producción y suministro de bienes y servicios, actividades de inversión, exportaciones e importaciones, comercio mayorista y minorista, gastos de consumo, actividades de escuelas, colegios y universidades, institutos de investigación, etc.

Al mismo tiempo, provoca de manera casi inmediata al desempleo masivo, quiebras de pequeñas y medianas empresas, colapso del poder adquisitivo, pobreza generalizada y hambruna.

¿Cuál es el objetivo detrás de esta reestructuración de la economía global? ¿Cuáles son las consecuencias? ¿Quiénes ganan?

  • Concentración de la riqueza,
  • La desestabilización de las pequeñas y medianas empresas en las principales áreas principales de la actividad económica, incluida la economía de servicios, la agricultura y la manufactura.
  • Eliminar los derechos de los trabajadores. Desestabilización de los mercados laborales.
  • Contracción de los salarios (y los costos laborales) en los llamados “países desarrollados” de altos ingresos, así como en los países en desarrollo.

No hace falta decir que esta operación de “ajuste global” es mucho más perjudicial que los programas de ajuste estructural del FMI-BM aplicados a nivel de país.

Neoliberalismo a la enésima potencia.

De un solo golpe (en los últimos meses) la crisis por el COVID-19 ha contribuido a empobrecer a un gran sector de la población mundial.

Fondo Monetario Internacional (FMI), listo para “operaciones de rescate”

Y adivinen quiénes vienen al rescate. Claro, el FMI y el Banco Mundial:

Casualmente, la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, ha reconocido que la economía mundial se ha estancado, sin abordar las causas del colapso económico.

“La OMS está allí para proteger la salud de las personas, el FMI está allí para proteger la salud de la economía mundial”, sostiene Georgieva.

¿Cómo pretende “proteger la economía mundial”?

¿A expensas de la economía nacional?

¿Cuál es su “solución mágica”?

“Dependemos de la capacidad de préstamo (del FMI) de 1 billón de dólares”. (directora gerente del FMI, Conferencia de prensa a principios de marzo)

A primera vista, esto podría parecer un acto “generoso”, que es mucho dinero. Pero en realidad es lo que podríamos denominar “dinero ficticio”, lo que significa es:

“Le prestaremos el dinero y con el dinero que le prestamos, luego nos lo devolverá” (parafraseando).

El objetivo último es hacer que la deuda externa (denominada en dólares) aumente bastante.

El FMI es claro. Uno de sus instrumentos de préstamo, el Fideicomiso de Contención y Alivio de Catástrofes, que se aplica a las pandemias, generosamente “proporciona subsidios para el alivio de la deuda a nuestros miembros más pobres y vulnerables”.

Una declaración sin sentido, está ahí para volver a llenar las arcas de los acreedores, el dinero se dirige hacia el pago por el servicio de la deuda.

“Para los países de bajos ingresos y para los países emergentes de medianos ingresos tenemos … hasta 50 mil millones de dólares que no requieren un programa completo del FMI”.

No hay condiciones para gastar el dinero. Pero este dinero aumenta el saldo de la deuda y exige un reembolso. Los países están atrapados en una camisa de fuerza. Cuanto más presta (el FMI), más exprime a los países en desarrollo para que cumplan con sus políticas.

Esa es la solución neoliberal aplicada en escala mundial: no hay recuperación económica real, sino más pobreza y desempleo en todos lados. La “solución” se convierte en la “causa”. Se genera un nuevo proceso de endeudamiento. Contribuye a una escalada de la deuda.

Cuanto más presta (el FMI), más exprime a los países en desarrollo para que cumplan con sus políticas. Y, en última instancia, ese es el objetivo del Imperio estadounidense hoy en bancarrota.

La verdad impronunciable es que este billón de dólares de las instituciones de Bretton Woods busca incrementar aún más la deuda externa.

Recientemente, se dice que los ministros de Finanzas del Grupo de los 20 (G-20) decidieron “suspender” el pago de las obligaciones por el servicio de la deuda a los países más pobres del mundo.

La cancelación de la deuda no se ha contemplado. Todo lo contrario. La estrategia consiste en acumular más deuda.

Es importante que los gobiernos de los países en desarrollo adopten una postura firme en contra de la “operaciones de rescate” del FMI y el Banco Mundial.

La crisis global de la deuda en los países desarrollados

Se está desarrollando una crisis fiscal sin precedentes en todos los niveles de gobierno. Con altos niveles de desempleo, los ingresos tributarios en los países desarrollados están prácticamente paralizados. En el transcurso de los últimos dos meses, los gobiernos nacionales se han endeudado cada vez más.

A su vez, los gobiernos occidentales, así como los partidos políticos, están cada vez más bajo el control de los acreedores, quienes finalmente toman las decisiones.

Todos los niveles de gobiernos están atrapados por la deuda. La deuda no se puede pagar. En Estados Unidos, el déficit federal “ha aumentado en un 26%, a 984,000 millones de dólares para el año fiscal 2019, el más alto en siete años”. Y es sólo el principio.

En los países occidentales, se ha producido in incremento colosal de la deuda pública. Se está utilizando para financiar los “rescates”, las “limosnas” para las corporaciones, así como “las redes de seguridad social” para los desempleados.

La lógica de los rescates es, en algunos aspectos, similar a la de la crisis económica de 2008, pero a una escala mucho mayor. Irónicamente, en 2008, los bancos estadounidenses fueron tanto los acreedores del gobierno federal norteamericano como los beneficiarios afortunados: la operación de rescate fue financiada por los bancos con el objetivo de “rescatar a los bancos”. ¿De veras suena contradictorio?

La privatización del Estado

Eventualmente, esta crisis precipitará la privatización del Estado. Cada vez más, los gobiernos nacionales estarán dominados por el Gran Dinero (‘Big Money’).

Paralizado ante el aumento de las deudas, lo que está en juego es la eventual privatización de toda la estructura estatal, en diferentes países, en todos los niveles de gobierno, bajo la vigilancia de poderosos intereses financieros. No obstante, se mantendrá la ficción de que los “gobiernos soberanos” están al servicio de los intereses de los electores.

El primer nivel de la privatización del gobierno serán los municipios (muchos de los cuales ya están parcial o totalmente privatizados, por ejemplo, Detroit en 2013). Los multimillonarios de Estados Unidos se sentirán atraídos a comprar ciudades enteras.

Varias ciudades importantes están al borde de la bancarrota. (Esto no es nada nuevo).

¿La ciudad de Vancouver está en proceso de privatización?: “el alcalde de Vancouver ya dijo que temía la bancarrota de la ciudad”. (Le Devoir, 15 de abril de 2020)

En las ciudades más grandes de Estados Unidos, las personas simplemente no pueden pagar sus impuestos: la deuda de la ciudad de Nueva York para el año fiscal 2019 aumentó a 91,560 millones de dólares, (año fiscal 2019), un 132% desde el año fiscal 2000. Las deudas personales en Estados Unidos también han aumentado.

“Los hogares estadounidenses tienen en conjunto alrededor de 1 billón de dólares en deuda de tarjetas de crédito”. Y no se están tomando medidas para reducir las tasas de interés de la deuda de tarjetas de crédito.

¿Nuevo orden Mundial?

El encierro empobrece tanto a los países desarrollados como a los países en desarrollo y destruye a las economías nacionales.

Desestabiliza todo el panorama económico. Socava a las instituciones sociales, incluidas las escuelas y las universidades. Lleva a las pequeñas y medianas empresas a la bancarrota.

¿Qué mundo nos espera?

¿Hay un diabólico “Nuevo Orden Mundial” en proceso como lo sugiere Henry Kissinger? (Opinión en WSJ, 3 de abril de 2020):

“La pandemia de coronavirus alterará el orden mundial para siempre”

Recordemos la histórica declaración de Kissinger de 1974: “La despoblación debería ser la máxima prioridad de la política exterior de Estados Unidos hacia el Tercer Mundo”. (Memorándum del Consejo de Seguridad Nacional de 1974)

Las implicaciones políticas son de largo aliento.

¿Qué tipo de gobierno tendremos a partir de la crisis?

Observaciones finales

Hay muchos malentendidos sobre la naturaleza de esta crisis.

Varios intelectuales progresistas dicen que esta crisis representa una derrota del neoliberalismo. “Abre una nueva etapa”.

Algunas personas lo ven como un “punto de inflexión potencial”, que abre una oportunidad para “construir el socialismo” o “restaurar la socialdemocracia” a partir del encierro.

Pero hasta el momento no existe evidencia para afirmar que el neoliberalismo ha sido derrotado. Todo lo contrario.

El capitalismo global se ha consolidado. El miedo y el pánico prevalecen. El Estado está siendo privatizado. Nos dirigimos hacia formas más autoritarias de gobierno.

Estas son las problemáticas que debemos abordar.

La oportunidad histórica de confrontar las estructuras de poder del capitalismo global, incluido el aparato militar de Estados Unidos y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), es lo que hay que aprovechar a partir de este encierro.

Michel Chossudovsky

Michel Chossudovsky: Profesor emérito de Economía de la Universidad de Ottawa, es fundador y director del Centro de Investigación sobre la Globalización (Global Research). Sus escritos se han publicado en más de 20 idiomas, es un activista antiglobalización y antibélico. Ha actuado como profesor visitante en organizaciones académicas en Europa occidental, América Latina y el Sudeste asiático, además de asesor de gobiernos en países en desarrollo y consultor de organizaciones internacionales como el programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Ha sido galardonado con la Medalla de Oro de la República de Serbia por sus escritos sobre la guerra de agresión de la OTAN contra Yugoslavia (2014).

Artículo original en inglés:

Towards A New World Order? The Global Debt Crisis and the Privatization of the State, publicado el 17 de abril de 2020.

Traducido por Ariel Noyola Rodríguez para el Centro de Investigación sobre la Globalización (Global Research).

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