Al cumplirse 59 años del triunfo de la Revolución, ¿cree usted que habrá algo en particular este año para su celebración, dada las próximas elecciones y la inminente jubilación de Raúl Castro?
Teniendo en cuenta las publicaciones de la prensa cubana de los últimos días de diciembre y la celebración del 1º de enero, y hablando con colegas cubanos no se menciona en absoluto la elección de la nueva presidenta o nuevo presidente el día 19 de abril de 2018. ¿Cuáles son entonces los temas que marcan el paso de 2017 a 2018? Como en todas partes del mundo, los cubanos resaltan en primer lugar los eventos del año saliente.
Por ejemplo, el diario oficial Granma examinó los principales eventos o logros de 2017. A nivel nacional, el sector de la salud constituyó el principal éxito. A nivel internacional, entre otros, fue el continuo esfuerzo a favor de la integración y la cooperación de América Latina y El Caribe, como ALBA, la resistencia venezolana y la jugada de Trump para reconocer a Jerusalén. Mientras que el diario Juventud Rebelde de la juventud comunista aclamó a los 70.000 jóvenes que participaron en el trabajo voluntario y el Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes en Sochi, también abordó el 2018. Se comprometió a centrarse en el 90º aniversario del nacimiento del Che, el 14 de junio. La juventud revolucionaria, a través de su prestigiosa colaboradora habitual Graziella Pogolotti, escribió que uno de los puntos álgidos en 2018 será el 150 aniversario de la rebelión contra España, ocurrida el 10 de octubre de 1868, como precursora del triunfo de 1959. Esta sección fue reimpresa en CubaDebate.
El semanario Trabajadores destacó una contribución especial de primera plana del presidente del Instituto de Historia de Cuba, René González Barrientos. Él presenta una imagen desde todos los puntos focales de 1868, mientras sugiriere que el clímax en 2018 será la conmemoración del inicio de la rebelión encabezada por Manuel de Céspedes por la independencia y el fin eventual de la esclavitud. El historiador ofrece a sus lectores muchas de las memorables características de la Guerra de Independencia. En mis conversaciones telefónicas con algunos amigos cubanos, el 31 de diciembre y 1º de enero acerca de 2018, manifestaron su deseo de continuar la tradición revolucionaria.
De este modo, mirando el 2018 desde la perspectiva de la Revolución Cubana, mientras que la nueva legislatura del 19 de abril deberá elegir a la nueva presidenta o al nuevo presidente entre otras importantes responsabilidades, este año constituirá un evento más en esta larga historia que se remonta a 1868, y desde entonces hasta 1959. Al afirmar esto, ¿significa que estoy subestimando la importancia histórica del 19 de abril de 2018? No. Sin embargo, esta postura nos permite prepararnos para una nueva ofensiva política e ideológica contra la Revolución Cubana.
¿Cuál es el contenido de ésta? En diciembre del año anterior obtuvimos de ella un vistazo preliminar. En su habitual discurso de cierre del último período de sesiones de la actual legislatura, Raúl Castro notificó, en forma casi casual, que la convocatoria a la nueva legislatura y, por lo tanto, la elección del próximo presidente había sido aplazada hasta el 19 de abril, y que no aspiraba a un nuevo mandato. Sin embargo, abordó en detalle (extendiéndose según el tema), varios temas que normalmente abren el apetito de los principales medios de comunicación internacionales: los logros y desafíos de la recuperación después de Irma; los resultados de la participación electoral en las elecciones municipales; el pago de la deuda externa; la doble moneda; las relaciones de Estados Unidos con Cuba; los ataques “sónicos”; el sector no estatal o privado; las nuevas regulaciones del sector estatal; el bloqueo estadounidense; la cooperación e intercambios de Cuba y Estados Unidos; el apoyo total y elaborado a la Revolución Bolivariana; la posición a favor de Cristina y Lula en Argentina y Brazil, respectivamente; la CELAC, el cambio climático y Estados Unidos frente al acuerdo de París; el apoyo a Palestina y la oposición a Washington por el reconocimiento de Jerusalén.
Raúl Castro, tiempos de transición
No obstante, apenas Raúl bajó del podio, el conglomerado internacional de los medios de comunicación “informó” prácticamente en coro tan sólo acera de un tema: el 19 de abril. ¿Qué contenía este tema para llenar el vacío, reemplazando así todos o algunos de los controvertidos temas previamente dilucidados por Raúl y que alimentó los rumores y la fábrica de la desinformación internacional? Entre otros temas se encontraba el de Raúl tratando de “aferrarse al poder, etc.” Sin embargo, el denominador común giraba alrededor del fin de la “era Castro” el próximo 19 de abril. Así, según El Nuevo Herald (Miami), el nuevo presidente “enfrentará una creciente demanda de democratización y apertura en un contexto de aumento de la influencia de las redes sociales” en Cuba.
La narrativa riñe a menudo contra los “duros” invisibles en Cuba. ¿Quiénes son estos “duros?” Parece tratarse de una falsa pista como pretexto para crear divisiones y presionar a Cuba para “cambiar” según los deseos de Estados Unidos. De este modo, mi deseo de Año Nuevo para ellos sería nombrar quiénes podrían ser estos “duros”. No parece que este deseo pudiese cumplirse alguna vez, dado que la lista sería demasiado larga para elaborar.
Para algunos podría parecer que la exigencia de “democratización” estuviese compuesta de inocentes comentarios. Sin embargo, esta orientación política es similar a lo que los medios de comunicación maquinaron inmediatamente después del fallecimiento de Fidel Castro, el 25 de noviembre de 2016: Castro el “dictador” ha desaparecido y, en consecuencia, no hay ningún “pretexto” para mantener una supuesta economía socialista cerrada, un sistema de partido único y la plena independencia frente a las exigencias de Estados Unidos para la flexibilización de las relaciones de Cuba y Estados Unidos. Por supuesto, nada en el futuro podrá compararse con la guerra mediática relámpago anti-Fidel, que tuvo lugar en noviembre y diciembre de 2016. No obstante, el contenido es similar y propone el mismo objetivo imperialista estadounidense de caos y cambio de régimen.
Sin embargo, un año atrás, estas fuerzas dentro y fuera de Cuba subestimaban completamente la conciencia política de los dirigentes cubanos y de la gran mayoría de la gente de la base. La Revolución Cubana fue y está siendo fortalecida. Ganó esta batalla “sin disparar un tiro”. ¿Qué sucederá en los primeros meses de este año, a medida que la Revolución Cubana avance hacia abril? Después de todo, se trata de algo sin precedentes. Por primera vez desde la Revolución Cubana, alguien con un nombre diferente a “Castro” será la personalidad más visible del sistema político cubano.
Como usted sugiere, esto es lo particular de este año. Sin embargo, no es tan trascendental como los medios del monopolio internacional querrían hacernos creer. La sesión de abril de 2018 de la Asamblea Nacional del Poder Popular no está, como hemos visto anteriormente, en la agenda de los eventos más destacados de 2018. Por el contrario, la cima de 2018 será alcanzada el 10 de octubre, fecha del 150 aniversario de la revolución cubana. Ésta será capaz de hacer frente al inevitable cambio generacional, como uno más de los muchos desafíos que ha enfrentado durante décadas y décadas. De hecho, sus detractores son inmunes al hecho de que esto ha venido ocurriendo desde que Fidel Castro cedió su posición oficial a su hermano, hace más de una década, quien a su vez ha estado trabajando tanto con los otros “históricos” como con la nueva generación.
A tal efecto, esta transformación se presenta no sólo en el sistema político. En diciembre de 2017, por ejemplo, por primera vez una mujer joven (de 34 años de edad en aquel momento), Yailan Orta, fue nombrada editora de Granma. Algo único. Como la ex editora de Juventud Rebelde, quien también surgió entre 2016 y 2017 como líder de la juventud popular de resistencia frente a la CIA (US AID) que fomentaba el programa World Learning y contra el bloqueo. La nueva directora de Granma es además muy activa en los medios sociales de comunicación, una característica sin precedentes del liderazgo de la prensa impresa diaria, por razones técnicas y generacionales precedentes. Ella mantiene un contacto directo con cerca del 40 por ciento (creciente) de la población que tiene acceso a internet, muchos de ellos, por supuesto, son jóvenes.
El intento por parte de los medios de comunicación internacionales de crear divisiones y caos en Cuba a raíz del 19 de abril será derrotado sólidamente a corto y a largo plazo. Los adversarios de la Revolución Cubana, tanto los abiertos como los soterrados, no responden a las nuevas generaciones, representadas por los muchos jóvenes y menos jóvenes periodistas revolucionarios y de todos los sectores de la sociedad y de la próxima presidenta o próximo presidente.
Arnold August considera que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, terminará por ablandar su política en relación a la isla de Cuba
¿Qué espera usted de las relaciones Cuba-Estados Unidos para 2018?
Me aventuro a predecir que Trump suavizará su postura hacia Cuba.
Según la transcripción oficial de la Casa Blanca, esto fue lo que dijo Trump durante una improvisada reunión con reporteros, el 17 de diciembre de 2017. Uno de ellos le pidió su opinión acerca del tercer aniversario de las declaraciones conjuntas de Barack Obama y Raúl Castro, al anunciar el nuevo reconocimiento bilateral y la reapertura de las embajadas:
“Sí. Sí, es cierto. Es el aniversario y esperemos que todo se normalice con Cuba. Pero por ahora, no están haciendo lo correcto y mientras ellos no hagan lo correcto, nosotros no haremos lo correcto. Es todo lo que hay que hacer”.
Al tratar con el impredecible Trump, la audiencia de TeleSur podrá aventurarse a llegar a su propia conclusión. “Esperemos que todo se normalice con Cuba.” Pensemos en ello. ¿Qué quiere decir con esto?
Incluso si Trump hizo esta observación junto al helicóptero presidencial de la Fuerza Aérea, su declaración no cae del cielo. Desde su elección, en noviembre de 2016, hasta la fecha, las fuerzas pro-diálogo con en Estados Unidos han duplicado sus exigencias para abrir aún más el comercio y los viajes a Cuba. Esta ola de oposición a las restricciones abarca todo el espectro de las demandas sectoriales, de la exportación de productos agrícolas de los Estados del Medio Oeste y de Texas que apoyan a Trump, la industria turística, la de fabricación de maquinaria agrícola, las ciudades portuarias de Florida y Texas, próximas al puerto de La Habana y al puerto de contenedores de Mariel, hasta la junta bipartidista de los partidos Republicano y Demócrata a nivel nacional, estatal y municipal. Trump puede ser tanto, pero no hasta el punto de verlo pintado en la pared para el año 2020.
Por ello, si 2017 fue el año en cuanto a la imposición de restricciones a Cuba mientras mantenía relaciones diplomáticas, 2018 puede ser el año en que retroceda en cierta medida.
Del lado cubano, 2017 fue el año en que la Revolución Cubana valientemente se enfrentó a Trump como el tirano del imperialismo estadounidense, mientras mantuvo la cabeza fría para mantener la puerta abierta en la mesa de negociaciones. Cuba, como lo ha hecho desde 1959, no cede un ápice en los principios de defensa de su soberanía e independencia. Fue también el año en que, a pesar de la retórica, tuvo lugar el éxito de una serie de reuniones bilaterales en La Habana y Washington relacionadas con intereses comunes.
En 2018, las nuevas generaciones, más próximas al poder, podrán ser más, no menos, propensas a defender la soberanía y la dignidad de Cuba, y seguir desarrollando la Revolución Cubana contra todos los intentos de Estados Unidos y sus aliados (abiertos y encubiertos) de subvertirla.
Arnold August
Arnold August: Periodista y conferencista canadiense, es el autor de los libros Democracy in Cuba and the 1997–98 Elections (1999), Cuba y sus vecinos: Democracia en movimiento (2014) y Relaciones Cuba-EE.UU: ¿Que ha cambiado? (2018). Twitter: Arnold August FaceBook: Arnold August.
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