Tortura, muertes y arrestos masivos en Chile por Sebastián Piñera, el mismo escenario en el Ecuador de Lenin Moreno, asesinatos casi a diario en Colombia por Iván Duque… pero ¿adivina quién está atacando el Sr. Miguel Vivanco, jefe de la ONG Human Rights Watch?

Al presidente de Bolivia, Evo Morales, quien triunfó sobre el candidato de la derecha a las recientes elecciones presidenciales.

Vivanco solicitó a la OEA, presidida por su compañero de bocadillos, Luis Almagro, que convocara una reunión de cancilleres para aplicar la Carta Democrática a Evo Morales. “Todo indica que las elecciones fueron robadas”, escribió el inefable Vivanco, citando un “sorprendente cambio de tendencia” en los resultados a favor del presidente boliviano.

La victoria de Morales desencadenó acusaciones de “fraude” por parte de la oposición con el kit de violencia relacionado.

Un guion ya visto en la Venezuela bolivariana, donde la derecha acepta el resultado de la elección y las autoridades que lo validan, solo cuando gana. Un guion interpretado por los mismos actores internacionales, que utilizan la retórica de los derechos humanos como arma de guerra contra aquellos que no se arrodillan ante la voluntad de Washington. Máscaras grotescas que el nuevo viento que sopla en América Latina tiene toda la intención de eliminar.

Geraldina Colotti