2. EL GOBIERNO DE LULA 3 vivió al principio tensiones internas sobre el rumbo a seguir. Por un lado, el Ministerio de Hacienda presenta un proyecto de ajuste fiscal para complacer al mercado, que funcionará como un freno al crecimiento, a pesar de que sus partidarios afirman que tiene características anticíclicas. Por otro lado, están las promesas de desarrollo, industrialización, empleo e ingresos hechas por el presidente desde la campaña. Los dos caminos se excluyen mutuamente y fatalmente uno de los discursos terminaría imponiéndose. Esto es lo que está ocurriendo. Primero, veamos los síntomas.
3. UN PRECOZ DESÁNIMO apareció en el sondeo de opinión Genial Qaest, publicado el pasado 15 de abril. Como señala Felipe Nunes, “la evaluación positiva del Gobierno Lula cayó 4 puntos porcentuales desde febrero, del 40% al 36%. La evaluación negativa aumentó del 20% al 29%. La aprobación entre los jóvenes también cayó significativamente. Esto es preocupante para un gobierno que todavía se encuentra en la fase tradicional de flirteo con la opinión pública durante los primeros 100 días. Es el periodo en el que las esperanzas y expectativas de las encuestas aún no se han disuelto en las decepciones naturales de cualquier gobierno. Aunque el nivel de excelente y bueno es alto, a lo que habría que apuntar es a la tendencia de la encuesta y a la intensidad de la caída de los indicadores.
4. La MARCA DE LOS 100 DÍAS no es aleatoria. Fue establecido por Franklin Roosevelt al tomar posesión de su cargo en marzo de 1933, todavía bajo los efectos de la crisis de 1929. El Presidente comprendió, en una situación de descrédito y desesperanza, que debía aprovechar el inicio de su mandato para decir a qué había venido. De golpe, presentó 87 proyectos de inversión estatal, desde infraestructuras a servicios diversos, pasando por frentes de trabajo y programas alimentarios para los pobres. El gobierno tomó rápidamente la agenda nacional en sus manos y desató un programa de desarrollo liderado por el único actor capaz de gastar a manos llenas en tiempos de crisis: el Estado. Perder el bono de los 100 días -o del inicio del gobierno- es un grave error. El gobierno Lula parece haberlo perdido, presionado por la agenda neoliberal.
5. NO VALE LA PENA culpar al frente electoral para explicar la caída. El gobierno fue elegido para derrotar al fascismo. Lo hizo en las urnas y ahora se enfrenta a una guerra real. De nada sirve decir que el otro bando utiliza tácticas turbias. Es bien sabido que nos enfrentamos a un enemigo articulado y agresivo que no duda en provocar un nuevo golpe de Estado. Fueron ellos los que derrocaron a Dilma, encarcelaron a Lula y apoyaron la mayor regresión política y social desde el fin de la dictadura. Por lo tanto, Lula 3 no puede ser un gobierno de tiempos normales. La situación exige sentido de urgencia y voluntad para enfrentarla.
6. LULA TUVO UNA VICTORIA ÉPICA en octubre. Con el telón de fondo del ciclo ultraconservador que se apodera de Europa, aquí la centroizquierda derrotó, a duras penas, a una gigantesca máquina de dinero, mentiras y chantaje, impulsada por la rabia de la barbarie y la antipolítica. La diferencia del 1,8% no disminuye el logro, sino todo lo contrario. El resultado electoral ha colocado como tarea primordial la eliminación del bolsonarismo y las políticas ultraliberales del horizonte político.
7. El PARTIDO DE LOS TRABAJADORES y el frente que nucleó no presentaron un proyecto claro para el país más allá de la reimplantación de los programas sociales, la defensa de la democracia, el crecimiento, la reindustrialización y la consigna del retorno de la picanha (uno de los cortes de carne más populares: ndt) y la cerveza a la mesa de los brasileños. Son puntos muy importantes, pero genéricos y fragmentados. No forman un proyecto que muestre cómo cada tema se articula con formulaciones amplias para reactivar la economía.
8. POCO DESPUÉS DE LA VICTORIA, Lula comenzó a presentar su equipo ministerial. Además de la idea de que éste sería el gobierno de una amplia coalición, el Presidente nombró a personas de su estricta confianza y comunión política para los cargos clave. Así, el 9 de noviembre, puso en escena a sus primeros elegidos: Fernando Haddad en Hacienda, Flávio Dino en Justicia, Rui Costa en la Casa Civil, José Múcio en Defensa y Mauro Vieira en Itamaraty (sede del Ministerio de Relaciones Exteriores en Brasilia: ndt). Ninguno de los nombramientos fue resultado de presiones de partidos ni de nadie.
9. SIN DEJAR CLARAS LAS IDEAS para la economía, Lula dio carta blanca a Haddad para elaborar sus planes. La historia es bien conocida. En casi cuatro meses, el ministro de Hacienda no concedió ni una entrevista para hablar de reindustrialización, empleo, crecimiento o desarrollo. Pero ha presentado un plan, el nuevo marco fiscal (NAF, por sus sigla en portugués: ndt)), que es la antítesis de todo lo que antes se blandía como objetivos del Gobierno.
10. SEGUIENDO LA RUTA DE CUALQUIER titular de un gobierno conservador, Haddad recorrió entidades e instituciones del mercado financiero, concedió entrevistas a los grandes medios de comunicación y se apresuró a “calmar el mercado”. En una conversación en GloboNews el 2 de abril, el ministro dijo que “las inversiones privadas, a un nivel superior al del año pasado, serán el camino para que la economía vuelva a crecer”. La frase no tiene sustento en la literatura económica, ni en la historia. En cualquier tiempo y lugar, el motor del desarrollo es la inversión estatal, que crea demanda y anima al capital privado a seguirla generando nuevos negocios. El mantra neoliberal no podría expresarse más claramente.
11. LA PRINCIPAL BATALLA política que el gobierno ha patrocinado desde el principio, con competencia y estridencia, se ha centrado en la caída del tipo de interés básico del Banco Central, el más alto del mundo. Y en este enfrentamiento con algo mucho más grande que un snob bolsonarista colocado al frente de la institución, Lula invirtió personalmente contra la piedra de toque de las altas finanzas, el mercado, Faria Lima (centro financiero de San Pablo: ndt) y los inversores internacionales.
12. EL PRESIDENTE CONSIGUIÓ FORMAR una coalición contra la asfixia de nuestra economía. Durante más de un mes, desde principios de febrero, el ex obrero metalúrgico ocupó todos los espacios posibles en una valiente cruzada. Mostró las perjuicios sufridos por la industria, el comercio y el empleo. Unió a su base social, consiguió el apoyo de sectores y direcciones organizadas del movimiento popular e incluso de facciones de la burguesía. Dos días antes de la segunda reunión del Copom de este año, el 22 de marzo, algunos economistas de peso internacional, especialmente Joseph Stiglitz, se unieron al coro de Lula. Pero la táctica no surtió efecto.
13. ES POSIBLE DEFINIR LA FECHA en la que la administración federal perdió la iniciativa política y en la que sus tensiones internas la desarmaron -por ahora- para la confrontación en curso. La fecha es el mencionado 22 de marzo, cuando el Banco Central anunció el mantenimiento del tipo Selic en el 13,75% anual. El Comité de Política Monetaria (Copom) fue más allá y, con arrogancia, decidió pontificar sobre cómo debía comportarse la administración federal en otros ámbitos de la economía. Fue una especie de 8 de enero de los buitres. En ese momento, el vandalismo mercantil se dio cuenta de que la embestida gubernamental contra el alza de las tasas de interés y la actuación de la autoridad monetaria no era real, sino sólo un entretenimiento para el público. Vamos a recapitular
14. INVERSIÓN CONTRA LOS TIPOS DE INTERÉS no fue unánime y el objetivo pretendido ni siquiera estaba claro. ¿Qué se buscaba: una bajada de los tipos de interés, la dimisión del presidente del Banco Central o el fin de la independencia del Banco Central? El galimatías entre los miembros del consejo era confuso en este sentido. Sin embargo, ocurrió algo más grave.
15. EN UN JUEGO POSIBLEMENTE COMBINADO con el presidente, el ministro de Hacienda, Fernando Haddad, intentó acercarse a Roberto Campos Neto, presidente del Banco Central, para discutir las reglas fiscales que el ministerio estaba elaborando, según él mismo reveló en entrevistas. Esto, mientras la verborrea presidencial se desbocaba. Haddad parece haber tenido la intención de llevar al jefe de la política monetaria a la conversación, prometiéndole un fuerte ajuste fiscal por parte del Ejecutivo, lo que podría resultar en la reducción de la Selic, aunque la teoría económica es rara en establecer vínculos entre una cosa y otra.
16. UNA DE LAS ARMAS EFECTIVAS en manos del gobierno fue la posibilidad de elevar las metas de inflación en la reunión del Consejo Monetario Nacional (CMN) del 17 de febrero. Como sabemos, en la lógica neoliberal, elevar las metas justificaría una política monetaria menos agresiva, ya que el Banco Central parece considerar que todo el reciente repunte inflacionario es resultado de la presión de la demanda. Para sorpresa general, el Ministro de Finanzas declaró previamente que esa no sería la agenda del CMN, sin dar más explicaciones sobre la decisión.
17. La reunión duró apenas 28 minutos y de ella no salió nada significativo. El Gobierno tiene dos votos en el CMN y el Banco Central, uno. El cambio sería líquido y seguro, pero la línea oficial era dar marcha atrás. Al mismo tiempo, el titular de Hacienda garantizó que las dos vacantes existentes en el directorio del Banco Central serían cubiertas por personal “técnico”. En portugués, por nombres del mercado, que no serían un contrapeso a las presiones de las altas finanzas.
18. HADDAD DEJÓ PATENTE allí que las inflamadas palabras de Lula eran sólo palabras al viento. Faria Lima entendió y trompeteó la decisión de mantener los tipos de interés en la estratosfera. El gobierno sintió la trompeta y perdió el discurso el 22 de marzo. Como dijo el economista Paulo Nogueira Batista Jr, el balance de aquella semana fue: Lula ladra, pero no muerde; Campos Neto ladra y muerde y Haddad ni ladra ni muerde.
19. ALLÏ NO SOLO SE SANTIGUÓ una derrota puntual, en una batalla en la que el gobierno, en teoría, habría hecho todo lo posible. Roberto Campos Neto humilló y desenmascaró una táctica habitual del lulismo: presentar dos discursos en situaciones tensas. El gobierno acusó al golpismo y perdió los argumentos. Lula externalizó la responsabilidad y declaró que el responsable de resolver el asunto era el Senado, “que puso allí a Roberto Campos Neto”. El ministro de Hacienda, a su vez, salió con un prosaico “es preocupante…”. Las quejas posteriores sobre la actuación del Banco Central, a partir de ese momento, no pasaron de ser quejas.
20. La AMBIGÜEDAD OFICIAL se repitió durante el viaje presidencial a Pekín. Lula afrentó a Estados Unidos al hablar de rechazo al dólar en las transacciones internacionales, exaltó posibles inversiones chinas en Brasil y atacó al FMI. Pero, en el mismo viaje, el gobierno decidió no adherirse a la Nueva Ruta de la Seda, formada por 147 países, lo que vincularía lo dicho a través de los micrófonos con el mundo real. ¿Por qué?
21. DÍAS DESPUÉS, ANTE las críticas de Washington, de los líderes de la Unión Europea y de los medios brasileños a Lula por haber denunciado correctamente que tanto Kiev como Moscú son responsables de la guerra en Ucrania, tanto el presidente como la diplomacia brasileña dieron varios pasos atrás. En Portugal, Lula se apresuró a exteriorizar que nunca habló de responsabilidades equivalentes y dio instrucciones a Celso Amorim -canciller de facto- para que visite Kiev en las próximas semanas, repitiendo la gira realizada por éste a la capital rusa el 29 de marzo.
22. EL DISCURSO DUAL funcionó bien en tiempos de vacas gordas, entre 2006-10, durante el boom de las materias primas. Esta situación posibilitó un breve juego win-win con el sector financiero y la cúspide de la pirámide social, en el que los de abajo mejoraron sus vidas sin que los de arriba perdieran privilegios. El juego ha caducado ahora.
23. EL GOLPE DE 2016, las contrarreformas Laboral, Previsional y de la Enseñanza Media y la independencia del Banco Central forman el Tratado de Versalles que los ricos brasileños impusieron a la sociedad. El tratado original, firmado en 1919 al final de la Primera Guerra Mundial, como es bien sabido, selló la paz punitiva de los vencedores (Gran Bretaña y Francia) sobre los vencidos (Alemania), comprometiendo su desarrollo y bienestar por más de una década. Los privilegiados establecieron la regla del “yo gano-tú pierdes”, nada de palabrería. La historia del poli bueno y el poli malo no funciona en periodos en los que la clase adinerada no quiere tratos.
24. EN ESTE ENTORNO PESADO, la orientación del equipo económico acabó por hacerse dominante, creando un escenario de inestabilidad, pérdida de iniciativa política y desgaste para el gobierno. Como es bien sabido, el marco fiscal impone restricciones a la inversión pública, limitando su crecimiento al 70% del aumento de los ingresos corrientes netos en los últimos 12 meses. En caso de incumplimiento de los objetivos fiscales, la proporción bajará al 50%. Una segunda norma estipula que el gasto público puede crecer en una horquilla del 0,6% al 2,5% anual. Los bancos públicos están incluidos en la misma restricción y un miembro del equipo de Haddad ya especula con que el nuevo PEC acabará con los suelos de inversión vinculantes para Salud y Educación, parámetros establecidos por la Constitución de 1988. Por último, el objetivo de reducir a cero el déficit primario de la Unión en 2024 sólo se obtendrá con un mayor endurecimiento de las cuentas o un improbable aumento de los ingresos. Un golpe al desarrollo, la industria, el empleo y la demanda. Cabe preguntarse: ¿por qué se definieron límites tan estrictos?
25. NO HAY EXPLICACIÓN PLAUSIBLE, salvo la voluntad del equipo económico. La Enmienda Constitucional 32/2022, resultante del PEC de Transición presentado al final del año, estableció apenas lo siguiente: “Art.6 El Presidente de la República remitirá al Congreso Nacional, hasta el 31 de agosto de 2023, un proyecto de ley complementaria con el objetivo de instituir un régimen fiscal sostenible para garantizar la estabilidad macroeconómica del País y crear las condiciones adecuadas para el crecimiento socioeconómico”.
26. O SEA, existía una obligación general pata del gobierno de producir una nueva regla fiscal que sustituyera el techo de gastos. Nada indicaba su intensidad, grado de restricción a la inversión o dinámica de funcionamiento. Podría ser algo mucho más suave y más factible a una política expansionista que el texto presentado. Como el proyecto complementario del NAF no fue discutido en las instancias del PT ni por los economistas del partido, es evidente que la propuesta surgió dentro de la administración, en articulaciones con el llamado mercado, como ya dejó claro Fernando Haddad.
27. INCLUSO ANTES de que se presentara la nueva norma, Hacienda intervino para evitar cualquier contratiempo expansivo. Así, se mitigaron o postergaron promesas de campaña, como el aumento real del salario mínimo, la exención del impuesto a la renta para ganancias mensuales de hasta R$ 5 mil y el proyecto de renegociación de deudas para personas de bajos ingresos. Además, el gobierno recortó parte del subsidio a la gasolina y a los derivados del petróleo, antes de que se cumpliera otra promesa, la de poner fin a la paridad internacional de precios de Petrobras (PPI). Los precios en las gasolineras subieron inmediatamente. Y, por último, tuvimos los desacuerdos sobre la tributación de las compras por Internet superiores a 50 dólares realizadas en el extranjero. Todas estas medidas golpearon más a los pobres.
28. ES CIERTO QUE LA NUEVA GESTIÓN ha impulsado decenas de acciones de impacto y se han producido cambios significativos en el país en estos casi cuatro meses. Además de la ya mencionada denuncia del genocidio yanomami, el gobierno ha promovido el retorno de programas sociales como Bolsa Familia y Mi Casa Mi Vida, concedió reajustes a los funcionarios públicos, adoptó medidas para combatir todo tipo de prejuicios, amplió las campañas de vacunación, entre muchas otras. También ha tomado la iniciativa política en viajes internacionales (Argentina/Uruguay, Estados Unidos y China), ha firmado numerosos acuerdos comerciales y de inversión, y ha desactivado el clima fascista que se había apoderado del país en los últimos cuatro años.
29. LA ACTUACIÓN CONTRA LA TRAMA golpista del 8 de enero -aunque incompleta- fue rápida al evitar la trampa de decretar una GLO (Garantía de Ley y Orden). Valientemente, el gobierno intervino en la Secretaría de Seguridad del Distrito Federal y, una semana después, destituyó al comandante del Ejército, involucrado hasta la tapa en la sedición. El STF (Supremo Tribunal Federal) también se mostró rápido para intervenir en el gobierno del DF (Distrito Federal, Brasilia: ndt) y abrir – junto con la Policía Federal – procesos y decretar el encarcelamiento de los golpistas. Hubo serias vacilaciones, que generaron el actual embrollo en el GSI, gestos que merecen una mejor explicación y análisis.
30. ES IMPORTANTE TENER EN CUENTA un vector fundamental para la nueva gestión: Lula fue elegido con una inmensa expectativa popular de cambio en la vida de millones de brasileños. Algunos ministros llegaron a declarar que la población debería estar tranquila, porque estamos apenas en el comienzo y todavía tenemos cuatro años por delante. Es un argumento superficial: más que nunca hay una disonancia entre el tiempo político y el tiempo cronológico. No se puede pedir paciencia a quienes están en la cola de los huesos, con hambre y desesperación. Hay proyectos con una larga fase de maduración. Pero el salario mínimo, la renegociación de la deuda y el mantenimiento de subsidios a sectores sensibles pueden ser implantados inmediatamente.
31. EL ATRASO EN DAR MUESTRAS CLARAS de cambio en la economía se traduce en la ya mencionada pérdida de capacidad para orientar la situación económica, la toma de decisiones ambiguas, la adhesión a directrices antidesarrollistas y los ataques a la economía popular. A esto se añade la ausencia total de una política de comunicación, la escasa articulación política, las fricciones con las bases electorales (en las áreas de educación y movimientos populares), una política exterior reactiva y una sensación de burocratización y administrativismo que se percibe en varios ministerios.
32. LA ORIENTACIÖN NEOLIBERAL en la economía está bañada de preocupaciones sociales, formando un híbrido de difícil definición, que algunos clasifican como social-liberalismo y otros – como la socióloga Nancy Fraser – como neoliberalismo progresista. Esta orientación, que pretende aplacar la voracidad del mercado financiero, corre el riesgo de perder el apoyo popular.
33. UN INTERESANTE LIBRO titulado “El orden del capital: cómo los economistas inventaron las políticas de austeridad y allanaron el camino al fascismo”, fue lanzado en Estados Unidos al final del año. Su autora es la economista italoamericana Clara Mattei. A través de una amplia investigación histórica, demuestra que la austeridad no es una decisión episódica de gestión pública, sino una forma de dirigir la economía capitalista, con pérdidas permanentes para los de abajo y una concentración constante de la renta. Fueron políticas como ésta las que generaron un enorme descontento y empobrecimiento en los años 1920-30 y prepararon el camino para el abismo de la extrema derecha.
34. EN UNA SITUACIÓN DE CONFLICTO constante, minoría en el Congreso, asedio mediático y violencia de todo tipo por parte de la ultraderecha, la ambigüedad lulista combinada con el deterioro de la calidad de vida impulsado por el marco fiscal podría resultar en una enorme frustración, erosión de las bases sociales del gobierno y consecuencias trágicas para el país.
35. ¿ES REVERSIBLE LA SITUACIÓN? Sí, pero exigirá cambios incisivos en la orientación del equipo económico y comunicación y sentido de urgencia entre los ministerios. El gobierno no puede seguir creando fricciones con los movimientos organizados en el área de Educación – véase el caso de la reforma de la enseñanza media – y con el MST (Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra), en particular. Y tendrá que cumplir mínimamente las promesas de campaña, teniendo en cuenta el viejo dicho popular: “lo acordado no es caro”.
36. UN CAMBIO de este tipo sólo llegará con lo que Lula recomendó a los cerca de 600 líderes sindicales que estuvieron en el Palacio de Planalto (sede del Poder Ejecutivo en Brasilia: ndt) el 18 de enero, para definir las reglas del aumento del salario mínimo y los cambios en la tabla del impuesto sobre el ingreso. “Precisamente porque Lula es presidente hay que presionar, yo estoy aquí para que construyamos juntos. Soy un sindicalista que llegó a la presidencia de la República”. Presión desde abajo es el otro nombre de la movilización social. Mencionado aquí, por último, este es el ingrediente esencial para impulsar cualquier gobierno de cambio.
Gilberto Maringoni