Antes de abandonar el poder, presidente Obama lanzó su famoso decreto de que Venezuela era una amenaza “inusual” para Estados Unidos; este decreto fue el caldo de cultivo para el sector más radical e intervencionista de Estados Unidos encabezado por los más ricos y poderosos de la supremacía blanca de ese país, lo cual han venido haciendo en una escalada sistemática contra la República Bolivariana de Venezuela. 

Desde los tiempos del expresidente republicano Ronald Reagan (1981-1989) y George Bush (2001-2009), no se había visto una ofensiva contra el pueblo venezolano buscando su quiebre espiritual. Tal como dice Von Clausewitz, en su libro sobre La guerra:

“En la guerra no cabe excluir las magnitudes espirituales. En cuanto a la guerra, su actividad nunca es dirigida únicamente contra la materia, sino siempre, al mismo tiempo, contra la fuerza espiritual que da vida a esa materia, y es imposible separar una de la otra”.

Y es ahí precisamente donde el enemigo externo e interno está atacando para que el pueblo pierda la esperanza en el proyecto bolivariano que se inició hace diez y ocho años y por donde lamentablemente han desfilado una pila de corruptos que se desgarraban las vestidura con su gordita roja rojita y hoy disfrutan sus fortunas mal habidas en Estados Unidos, Europa y otros en la Isla Caimán, sin descartar los corruptos que pudieran continuar encubiertos actualmente en el Estado.

La administración del presidente Trump, ha venido agudizando el bloqueo financiero, económico y alimenticio contra el pueblo venezolano. Ya, por los países del grupo de Lima han venido desfilando jefes estratégicos de Estados Unidos para aumentar la presión contra el gobierno Bolivariano. Rex Tillerson ex secretario de Estado, por breve tiempo, visitó varios países poniendo énfasis en la derrota de Maduro. Mike Pence, Vicepresidente, ofreció millones de dólares para los migrantes venezolanos y los puso en manos del presidente Santos quien no ha rendido cuenta de esos dineros, ni ha beneficiado a los migrantes venezolanos en la hermana república de Colombia.

Recientemente estuvo Nikkei Haley, más perdida que el cometa Haley en Colombia con una sonrisa hipócrita y lastimera hacia la comunidad venezolana en Colombia, y ahora el jefe de defensa, James Mattis, inicia su ofensiva en América Latina que culminará en Colombia. Todas esas giras de altos mandatarios estadounidenses pasan por Colombia, que formalizó su ingreso a la Organización terrorista militar (Organización del Tratado Atlántico Norte), OTAN. Unos de los planes estratégicos a concretar con el secretario de Defensa es ultramodernizar las bases militares colombianas y en el área de la inteligencia artificial militar dentro de los cuales se encuentran los famosos DRONES; no se deben dar el lujo de fallar de nuevo contra el presidente Nicolás Maduro en esa orientación del Secretario de Defensa a las ocho bases militares de USA en ese país.

Jesús Chucho García