El presidente estadounidense, Donald Trump, mantiene hoy las presiones y críticas contra la Reserva Federal (Fed), pese al posible paso de la entidad de rebajar las tasas de interés.

Hace cinco días, el titular del Banco Central, Jerome Powell, manifestó que la decisión de reducir los costos de los préstamos respondería a la incertidumbre sobre las tensiones comerciales y las preocupaciones acerca de la fortaleza de la economía mundial.

Tales factores, indicó ante el Comité de servicios financieros de la Cámara de Representantes, continúan afectando el panorama económico de Estados Unidos, lo cual se une a que la inflación descendió aún más por debajo del nivel objetivo anual de la Fed del dos por ciento.

Powell precisó que la inversión empresarial en el país se ha desacelerado notablemente, y eso, agregó, puede deberse a las tensiones comerciales de la administración de Trump con diferentes países.

Según medios locales de prensa y analistas, los comentarios de Powell constituyen la señal más clara hasta la fecha de que en su reunión de los próximos 30 y 31 de julio, el organismo rebajará los tipos de interés, los cuales se ubican en el rango de 2,25 a 2,5 por ciento desde diciembre pasado.

En 2008, la Fed redujo tales indicadores casi a cero ante la debilidad de la economía, afectada por una severa crisis financiera, y la medida tuvo el propósito de proporcionar liquidez adicional en medio de la incertidumbre de los mercados.

A partir de la recuperación económica, comenzó entonces a incrementar las tasas en diciembre de 2015 y continuó con los aumentos los años siguientes, como muestra de la confianza en el crecimiento.

Como uno más de sus recurrentes ataques verbales, Trump escribió anoche en su cuenta personal de la red social Twitter que ‘lo estamos haciendo bien económicamente como país, número uno, a pesar de la anticuada política de la Fed sobre tasas y ajustes’.

Varias veces, el mandatario republicano ha expuesto que el Banco Central no sabe lo que está haciendo, y los resultados serían mejores de actuar de manera diferente.

Casi una semana atrás, Larry Kudlow, asesor económico de la Casa Blanca, afirmó que la Fed tiene margen para reducir este mes las tasas de interés y revertir su alza.

Durante un evento de la televisora CNBC, el consejero opinó que la entidad debe orientarse a buscar la estabilidad de precios y no enfocarse en datos del mercado laboral como las cifras de ocupación.

El índice de desempleo en Estados Unidos subió a 3,7 por ciento en junio último después de registrar una décima menos el mes anterior, comunicó el 5 de julio el Departamento de Trabajo.

De acuerdo con el informe oficial, se crearon 224 mil nuevos puestos laborales no agrícolas, cantidad superior a la precedente de 72 mil, que fue revisada a la baja.

Sin embargo, el número total de desempleados se situó en 5,98 millones de personas en junio, un incremento de 87 mil con respecto a mayo.

A inicios del presente mes, la Fed subrayó que tomaría las medidas apropiadas a favor del crecimiento económico, y reconoció que la mayoría de sus funcionarios redujeron las expectativas para la futura evolución de las tasas de interés.

Esos parámetros se mantuvieron intactos el pasado 19 de junio, como sucedió tres veces antes este año, por decisión del Comité Federal de Mercado Abierto.

Sin embargo, aquel día, por primera vez desde la asunción de Powell como presidente de la Fed en febrero de 2018, una votación sobre el tema no ocurrió de manera unánime, pues se registraron nueve votos a favor y uno en contra (James Bullard, de San Luis, Misuri).

Para expertos, la determinación de realizar incrementos de un cuarto de punto porcentual a las tasas tiene como objetivo evitar que la economía se sobrecaliente y empuje la inflación a un nivel demasiado alto.

Al mismo tiempo, opinan otros especialistas, las tasas más elevadas hacen que los préstamos sean más costosos para los consumidores y las empresas, y pueden reducir los precios de las acciones.

Diony Sanabia Abadia