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Venezuela – Estados Unidos padece lo mismo que ha generado en otros países con sus políticas de agresión
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Global Research, enero 11, 2021

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Dos eventos resaltan en las noticias internacionales recientemente que no parecen tener alguna relación, pero pueden tener mas de lo que uno cree, por lo menos simbólicamente: Venezuela instala una nueva Asamblea Nacional como resultado de elecciones democráticas, y EEUU es testigo de un golpe de estado para subvertir elecciones presidenciales.

La reacción en el caso de Venezuela ha sido típica de rechazo por parte de algunos gobiernos extranjeros que consideran las elecciones fraudulentas con el afán de apoyar su protegido. En el caso de EEUU es el presidente saliente que declara haber perdido por fraude electoral y llama a sus seguidores a apoyarlo.

Veamos los detalles y la posible relación desde un punto de vista internacional.

El gobierno de Canadá se pone al lado de la irracionalidad y, peor aun, al lado de la ilegalidad, al desconocer la nueva Asamblea Nacional (AN) de Venezuela elegida democráticamente el pasado 6 de diciembre y, peor aun, al mantener el reconocimiento de la AN del 2015 ya inexistente.

Al mismo tiempo que se instaló la AN el 5 de enero para el período 2021-2026, el ministro de relaciones exteriores de Canadá, François-Philippe Champagne, publicó en Twitter, “Como las elecciones del 6 de diciembre no fueron libres ni justas, Canadá continuará reconociendo a la Asamblea Nacional, elegida democráticamente en 2015, como la legislatura legítima de Venezuela y su presidente como Presidente interino de Venezuela.”

El Canciller de Venezuela, Jorge Arreaza, acertadamente respondió, “Como el gobierno de Canadá no respeta, ni la Carta de la ONU, ni la soberanía de Venezuela, anuncia que seguirá subordinado a las políticas y sanciones de EEUU para violar los derechos humanos de los venezolanos. Qué triste papel han jugado. ¡Una vergüenza!”

Así efectivamente también opinan muchísimos canadienses. Un comentario dirigido al Sr. Champagne en Facebook dice, “François-Philippe Champagne, Canadá no tiene derecho a interferir en Venezuela en ningún caso, ¡mucho menos a abogar por una ruptura constitucional! Su decisión es indignante, ilegal e incita a grupos violentos a cometer delitos que pueden resultar en muertes. Su política exterior pro-USA tiene sangre en las manos.”

El gobierno de Canadá en su rol de portavoz auto-declarado del llamado Grupo de Lima publicó una declaración oficial con solamente 12 de las 33 naciones de las Americas (Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Paraguay, Perú) desconociendo a la nueva AN de Venezuela. Al hacer eso, el gobierno de Canadá acepta irresponsablemente la supuesta extensión de la vencida y difunta AN de Juan Guaidó. Canadá, junto con su protegido, pretende re-escribir la constitución de la República Bolivariana de Venezuela ya que la figura “extensión” de la AN no existe en la constitución vigente.

La declaración del gobierno de Canadá invoca “el derecho a la democracia del pueblo venezolano consagrado en el artículo 1 de la Carta Democrática Interamericana”, pero no hace mención de algo mas importante para que eso se cumpla, y es lo establecido en el articulo 19, Capitulo IV de la Carta de la OEA: “Ningún Estado o grupo de Estados tiene derecho a intervenir, directa o indirectamente, por cualquier motivo, en los asuntos internos o externos de cualquier otro Estado. El principio anterior prohíbe no solo la fuerza armada, sino también cualquier otra forma de injerencia o intento de amenaza contra la personalidad del Estado o contra sus elementos políticos, económicos y culturales.”

En contraposición a la posición de Canadá, hasta la Unión Europea parece tener una actitud mas racional hacia Venezuela. Por lo menos, enviados europeos dijeron que la declaración de los 27 gobiernos de la UE se produjo después del acuerdo en Bruselas que el papel autoproclamado de Guaidó como presidente interino no tenía una posición institucional ahora que Maduro había tomado el control de la AN. Parece que la EU finalmente está entrando en razón. Pero le falta mucho ya que necesita reconocer plenamente el gobierno legítimo de Nicolás Maduro y poner fin a todas las sanciones contra Venezuela.

Al hacer este análisis acerca del continuo intento de golpe contra el legítimo gobierno de Venezuela no podemos ignorar los recientes eventos que están ocurriendo en EEUU en relación a las elecciones presidenciales en ese país.

El pasado 6 de enero un numeroso grupo de personas irrumpió violentamente en el Capitolio de Estados Unidos en Washington, DC, sobreponiéndose a la protección policial y llegando a ocupar y vandalizar el salón y las oficinas del Senado. Hasta el momento se han reportado cuatro muertes y mas de 60 detenidos.

Por las fotos y videos publicados en varios medios de comunicación se ha podido observar que el grupo de manifestantes estaba conformado por personas blancas llevando carteles en apoyo a Donald Trump, gritando “queremos a Trump”, con gorras marcadas con “Make America Great”, y desplegando banderas de EEUU. Pero muchos también llevaban la bandera confederada que ha simbolizado durante mucho tiempo la supremacía de la raza blanca y la exclusión social y política de las personas no blancas, es decir, el racismo.

El grupo respondió al llamado del presidente saliente Donald Trump quien se ha negado en reconocer la victoria electoral de Joe Biden con declaraciones de fraude electoral que ha enardecido los ánimos de sus seguidores.

Este nivel de manifestación solo se ha visto en EEUU de parte de grupos protestando brutalidad y represión policial como Black Lives Matter, o protestando reuniones internacionales de representantes de gobiernos neoliberales. Pero esas manifestaciones fueron reprimidas y controladas con extrema protección policial y con gran cantidad de manifestantes presos. En el caso reciente de Washington, los manifestantes penetraron el Capitolio sin mayor protección por los mismos senadores que se encontraban presentes para el conteo final de los votos que debía de ratificar a Joe Biden como presidente electo para tomar posesión el próximo 20 de enero.

El tópico de si la falta de protección policial fue accidental o decisión premeditada, como algunos se preguntan, corresponde a las autoridades competentes de los EEUU investigar. Lo que podemos decir como observadores internacionales es que para todos los efectos prácticos este fue un intento de golpe para mantener la presidencia de Donald Trump quien ha sido el mayor instigador.

El fracaso o la decisión solo explicará lo que se puede llamar un golpe para mantener a Trump como presidente. La razón más profunda es que Trump ha tenido cuatro años para revivir los viejos sentimientos (latentes) de la guerra civil confederada del siglo XIX en Estados Unidos.

Conclusión

Una primera comparación entre los dos eventos mencionados es que en ambos casos se usa el fraude electoral para desencadenar sucesos que alteran un proceso social. Pero esa solo es una apreciación superficial que encubre un doble estándar de parte de naciones poderosas.

Fuerzas poderosas extranjeras han interferido repetidamente para prevenir el proceso bolivariano en Venezuela durante casi dos décadas. El mismo EEUU ha sido el principal promotor de subversiones con crueles medidas coercitivas para forzar la caída del legítimo gobierno de Nicolás Maduro y la instalación de la AN. Una llamada “Operación Boicot”, un plan de la extrema derecha venezolana organizado desde Colombia, para evitar la instalación de la nueva AN se acaba de desmantelar con éxito.

Frente a la situación en Venezuela no se han notado reacciones internacionales de ningún tipo excepto las negativas ya referidas. En cambio la reacción internacional frente a los sucesos “horrorosos” de Washington ha sido amplia con expresiones de preocupación, de apoyo y de condena por los manifestantes. El Primer Ministro de Canadá declaró que “observa de cerca los acontecimientos”. Pero Justin Trudeau prefiere intervenir cuando se trata de Venezuela.

La OEA hace un llamado a la calma y a dejar que el “proceso electoral proceda hasta el final”. Se le olvida a la OEA que Luis Almagro no esperó a que terminara el proceso electoral en Bolivia ocasionando el golpe militar contra Evo Morales en noviembre del 2019.

Hasta los estadounidenses en su visión miope en general están alarmados y “sorprendidos” por estos eventos, sin embargo ni ellos ni los observadores internacionales deberían de estarlo ya que el gobierno de EEUU organiza golpes de estado regularmente en otros países.

El comunicado del gobierno de la República Bolivariana de Venezuela así lo declara. Además de “expresar su preocupación por hechos de violencia en Washington”, añade, “Con este lamentable episodio Estados Unidos padece lo mismo que ha generado en otros países con sus políticas de agresión.”

Nino Pagliccia

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