Aunque varios miembros recharazon debatir sobre Venezuela en el Consejo de Seguridad de la ONU, Estados Unidos impuso su agenda al asumir la presidencia del organismo y hoy dedicará una sesión a ese tema.

Varios de las representaciones del órgano de 15 miembros apuntaron que la situación en Venezuela no constituye una amenaza a la paz y la seguridad internacionales, pero la embajadora norteamericana, Nikki Haley, aprobó sin consenso el programa de trabajo.

La semana anterior se desarrolló una reunión sobre Nicaragua, que tampoco contaba con la aprobación de todos en el Consejo y en la cual la delegación de Rusia denunció la injerencia de Washington en asuntos internos de Managua.

En esa oportunidad, el representante permanente alterno de Venezuela ante la ONU, Henry Suárez, recordó la historia de intervencionismo de Estados Unidos en América Latina y cómo ha financiado dictaduras y golpes militares.

Asimismo, rechazó el carácter arbitrario de la presidencia norteamericana en el Consejo de Seguridad al imponer temas que no resultan un peligro para la paz y la seguridad internacionales.

Los asuntos internos tanto de Nicaragua como de Venezuela están fuera del mandato del órgano de 15 miembros, subrayó.

El diplomático venezolano también criticó la actitud de la Organización de los Estados Americanos (OEA), que apoya las políticas injerencistas y de cambio de régimen en el continente impulsadas por la Casa Blanca.

La embajada estadounidense en Caracas alienta a la oposición violenta, el mandatario, Donald Trump, ha amenazado en varias ocasiones a mi país con una intervención militar, y hasta el secretario de Estado noteamericano, Mike Pompeo, dijo que trabajaban con la CIA para una transición en Venezuela, detalló.

En medio de este escenario, Estados Unidos amenaza a los países de la OEA para que voten en contra de Venezuela y den la espalda al Gobierno del presidente Nicolás Maduro.

Pero esas políticas de cambio de régimen solo alimentan las crisis y la inestabilidad de la región, y dañan en gran medida al pueblo, resaltó el diplomático venezolano.

Recientemente, varias agencias de la ONU divulgaron informes sobre el desplazamiento de venezolanos hacia países como Colombia y Ecuador, lo cual tuvo una amplia repercusión en medios de prensa occidentales.

De acuerdo con la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), más de 1,6 millones de personas emigraron de Venezuela en los últimos tres años, y el 90 por ciento de ellas están en países de América del Sur.

Por su parte, las autoridades venezolanas denuncian que hay una campaña mediática dirigida a emplear la migración como arma política contra el país, que además ha sido históricamente receptor de migrantes colombianos.

Según cifras de la propia Acnur, Colombia está entre los cinco primeros Estados con mayor número de desplazados del mundo y es la única nación latinoamericana entre esos puestos.

Fuentes gubernamentales de Caracas aseguran que alrededor de seis millones 500 mil inmigrantes -solo entre colombianos, peruanos y ecuatorianos- radican en territorio venezolano y se benefician con los actuales programas sociales.

Además, el ejecutivo de ese país impulsa ahora un programa de repatrición para garantizar el retorno de venezolanos en condiciones de vulnerabilidad en América del Sur.

Desde la reciente activación de ese plan, unos 695 mil venezolanos volvieron a su patria procedentes de Brasil, Perú, Ecuador y otros, indican cifras oficiales.Llamados a demandar a farmacéuticas, apelaciones al Senado y acciones legales contra doctores y distribuidores son algunas de las medidas del Gobierno estadounidense para frenar la crisis de opioides existente hoy en el país.

Ibis Frade Brito