No soy fan de Donald Trump. Pero esta acción concertada en nombre de los medios corporativos para evitar que el presidente hable sobre los resultados de las elecciones equivale a una “revolución de color” de facto.
Trump no es un “teórico de la conspiración” sujeto a la censura de los medios de comunicación. Es el presidente en funciones de Estados Unidos.
Sin embargo, hay que entender que esta elección no es entre Trump y Biden.
Biden es un político preparado, un representante de confianza que sirve a los intereses del “establishment” financiero.
La “pistola humeante” es la COVID-19. Biden apuesta por el cierre de la economía estadounidense, así como de la economía global, como una acción dirigida a “combatir el virus asesino”.
El cierre de la economía mundial es un “crimen de lesa humanidad”.
Biden es el candidato presidencial de las altas esferas del “establishment” financiero.
Trump, en cambio, no ha respaldado la narrativa predominante alrededor del coronavirus. Favorece la reapertura de la economía estadounidense. Y es por eso que ahora está siendo “dejado de lado” por el “Estado Profundo” (‘Deep State’). Esta acción se remonta a noviembre de 2016. (No se limita a la postura de Trump sobre la COVID-19).
Según The Atlantic en un oportuno artículo publicado el 2 de noviembre de 2020:
“El presidente Donald Trump ha mentido repetidamente sobre la pandemia de coronavirus y la preparación del país para esta crisis única en una generación”.
Aquí, una colección de las mentiras más grandes que ha dicho mientras la Nación sufre una calamidad económica y de salud pública.}
A continuación, se muestran los comentarios puntuales de tres autores destacados, que presentan un punto de vista independiente: Max Parry, Vanessa Bealey y Catte Black
(Ninguno de ello es partidario de Donald Trump)
Vea también la conferencia de prensa completa.
Michel Chossudovsky, Centro de Investigación Sobre Globalización (Global Research), 8 de noviembre de 2020
Comentarios de:
Max Parry
Voy a ser crucificado por muchos de mis compañeros “izquierdistas” por decir esto, pero algo huele increíblemente sospechoso en estos resultados electorales. ¿Cómo diablos pueden los demócratas perder varios escaños en la Cámara, no ganar terreno en el Senado, pero ganar la presidencia?
¿Cómo ganó Trump otra vez Ohio (que Obama había ganado dos veces) por 8 puntos como lo hizo en 2016, pero perdió todos estos otros estados clave en la undécima hora? ¿De verdad se supone que debo creer que un candidato tan pobre como Biden obtuvo más votos que Obama en su victoria aplastante de 2008?
Las encuestas de proyección estaban otra vez muy lejos y Trump estaba superando por mucho las expectativas obteniendo varios millones de votos más que la última vez, pero ¿Termina perdiendo? ¿Los medios de comunicación cortaron los discursos de Bush cuando se estaba robando las elecciones del año 2000?
Nada de tiene sentido y traes las anteojeras partidistas puestas si no puedes verlo.
Por no decir que el Partido Republicano no participa en la eliminación de votantes, pero no hay forma de que en un millón de años me convenzas de que no se trata de un golpe de Estado.
Vanessa Beeley
“El mundo realmente se ha vuelto loco. Trump sigue siendo presidente de Estados Unidos. Y acaba de verificar los hechos en vivo”.
No soy pro Trump, pero si no puede ver la locura frente nosotros, intenta informarte más allá de un argumento binario de Trump vs Biden.
Ambos son en gran parte irrelevantes en comparación con la tormenta de lanzada por una clase depredadora que se avecina en el horizonte.
Ambos son parte del mismo teatro que está diseñado para sumergir a la Humanidad en el caos en el futuro previsible mientras los poderes detrás del trono despliegan la hoja de ruta del “Gran Reinicio” (‘Great Reset’).
#Covid_19 es una puerta de entrada al infierno”.
Catte Negro
Pensé que estaba a prueba de golpes, pero esto realmente me sorprendió, y debería sorprender a cualquiera que tenga alguna idea de lo que significa realmente.
Me guste o lo odie, este hombre es el presidente electo y juramentado de los Estados Unidos, y los empleados pagados y no electos de un medio de propaganda de propiedad privada lo están silenciando ante nuestros ojos.
Traducido por Ariel Noyola Rodríguez para el Centro de Investigación Sobre Globalización (Global Research).
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