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Washington inicia contactos con independentistas puertorriqueños
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Global Research, diciembre 08, 2020
alainet.org 4 December, 2020
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Luego de que los comicios generales resultaron en un rompecabezas que todavía no se ha podido armar, funcionarios de Washington iniciaron contactos discretos con la jefatura del Partido Independentista Puertorriqueño para explorar posibles cambios en la relación colonial de Estados Unidos con Puerto Rico.

La información la confirmó el secretario general y candidato a la gobernación del PIP, Juan Dalmau, quien mostró un cierto optimismo cauteloso sobre los acercamientos diplomáticos.

La confirmación sobre los contactos se produjo después de que, en días recientes, Dalmau hizo una invitación pública a los presidentes y candidatos a la gobernación de los otros cuatro partidos para buscar un “diálogo político” sobre los problemas urgentes del país, que incluya el tema de la descolonización. Hasta ahora, la reacción de Pedro Pierluisi, presidente del oficialista Partido Nuevo Progresista y quien actúa como gobernador electo -aunque no ha sido certificado- ha sido pedirle a Dalmau que “baje el tono”, mientras los otros partidos guardan silencio.

“Sí, hemos recibido Comunicaciones de figuras claves sobre el tema de Puerto Rico en Washington”, contestó Dalmau cuando se le preguntó sobre los acercamientos y agregó que ahora el PIP está “estableciendo una estrategia para aumentar los esfuerzos diplomáticos en Washington que conduzcan a que se atienda el tema del status de Puerto Rico”.

Para lograr que fructifique hacia la descolonización un proceso en Washington hay que sortear las dificultades políticas internas en Puerto Rico. Pero, más importante, el Gobierno de EEUU tendría que lograr un acuerdo con Wall Street sobre la inmensa deuda de esta pequeña nación isleña y colonia estadounidense.

Transcurrido un mes desde que se celebraron las elecciones, todavía la Comisión Estatal de Elecciones no ha podido difundir resultados certeros, mientras el oficialista PNP reclama el triunfo de Pierluisi con un 32,93 por ciento de los sufragios, sobre el candidato del Partido Popular Democrático, Charlie Delgado, que aparece con el 31,56 por ciento. Alexandra Lúgaro, ahora del nuevo Movimiento Victoria Ciudadana (MVC), se estancó en cerca de 175.000 votos -lo mismo que obtuvo en 2016- mientras, bajo el liderato de Dalmau, el PIP creció de manera vertiginosa y ambos están en un empate virtual con el 14 por ciento de respaldo cada uno.

El complejo panorama se completa con el nuevo Partido Proyecto Dignidad, que superó el siete por ciento del voto y el candidato independiente Eliezer Molina, con menos del uno por ciento.

En la Legislatura, el PPD aparece con posibilidad de lograr el control de cada cámara por el margen de un solo voto, en tanto que los seis candidatos a la gobernación cuentan con sus respectivas representaciones.

Todo ese cuadro, sin embargo, está compuesto por piezas inconexas y aproximadas, pues los informes sobre denuncias, errores y negligencia -o fraude- en las cuentas ha llevado a un lento y escabroso proceso de escrutinio, que no ha estado exento de encontronazos verbales y, en algún caso, funcionarios se han ido a las manos. El epicentro de esa tormenta en ciernes es el precinto tres de la capital, donde Eva Prados, del MVC, ha logrado denunciar con eficiencia diversas estratagemas para negarle su apretada ventaja sobre el candidato oficialista, lo que terminó encontrando eco poderoso en el candidato a alcalde de San Juan Manuel Natal, también del MVC, quien denuncia irregularidades graves en la supuesta ventaja reclamada por su contrincante del PNP, Miguel Romero.

Hay presiones para que se dejen a un lado los reclamos y para que se reconozcan la victoria de Pierluisi, quien ya está nombrando los miembros de su gabinete, y la de Romero.

En ese ambiente tan incierto, el PNP ha anunciado que la Legislatura, controlada por el PNP, aprobará un nuevo plebiscito para el año próximo y dejará en manos discrecionales de Pierluisi cuándo se llevará a cabo y que dirán las papeletas, así como decidir desde ahora que el año próximo se elegirán por voto popular los miembros de la comisión que cabildea por la estadidad en Washington. Ante esas acciones, Dalmau las tildó de “canalladas” y de un intento por darle al gobernador poderes de dictador colonial, para insistir, por su parte, en que las jefaturas de todos los partidos inicien el referido “diálogo político”.

Según Dalmau, todavía es prematuro para saber si Puerto Rico está entrando en un “período de transición”, pero afirmó que las “transformaciones políticas” van camino de obligar a los poderes de EEUU a “dar una mirada rigurosa a sus relaciones coloniales con Puerto Rico y que eso iniciaría un proceso para el cambio de esas relaciones que, naturalmente, tendrá que ser un cambio no colonial”.

Además del incremento que se organiza para las maniobras diplomáticas del PIP en Washington, Dalmau también estará activo en la esfera internacional y presentará un informe sobre la situación de Puerto Rico el 12 del corriente mes, en la conferencia convocada por la sección de América Latina y el Caribe de la Internacional Socialista.

Detrás de todo el tema, como si estuviese subyacente, se desarrolla el diferendo entre Washington y Wall Street sobre qué hacer con la deuda, hasta ahora impagable, de Puerto Rico con los fondos de capital de inversión de EEUU. Hasta ahora también, la junta de control impuesta por el Gobierno estadounidense no ha logrado un acuerdo práctico con los grandes bonistas, aunque ya se ha planteado la posibilidad de que sea el propio EEUU el que, en el ejercicio de su responsabilidad soberana, se haga cargo de al menos parte de la deuda de su colonia.

Es igualmente prematuro saber si Dalmau terminará siendo el interlocutor por parte de Puerto Rico que no ha conseguido Washington. Lo que sí es claro es que la Casa Blanca tiene ante sí los hechos de que el plebiscito parece que lo ganó la petición de convertir a Puerto Rico en estado de la Unión, pero por un margen demasiado estrecho, que el país está profundamente dividido y que el independentismo está creciendo.

Jesús Dávila

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