‎En el Día de la Unidad Nacional y de las ‎fuerzas armadas de Italia, ver Nápoles ‎y morir‎

La economía de Nápoles va transformándose y concentrándose alrededor de la base ‎de la OTAN instalada en esa ciudad italiana. Los jóvenes reclutas italianos no vienen ‎tanto de esa región sino más bien del sur de Italia, donde el desempleo es 3,5 veces ‎superior al promedio del resto de la Unión Europea. Pero los millones destinados al ‎desarrollo de esas instalaciones militares no sólo son un gasto innecesario. Son ‎los millones que tanto necesita la economía del sur de Italia. ‎

No fue Roma sino Nápoles la ciudad donde se concentró la celebración del Día de las Fuerzas ‎Armadas [1]. En honor a esa ‎conmemoración, 5 batallones desfilaron en la Vía Caracciolo, la avenida que bordea el mar en la ‎ciudad de Nápoles. ‎

Pero el plato fuerte de la conmemoración fue la exposición de las diferentes armas de las fuerzas ‎armadas montada en la Piazza del Plebiscito donde, durante 5 días, gran número de jóvenes y ‎niños pudieron abordar un cazabombardero, pilotear un helicóptero en un simulador de vuelo, ‎“admirar” un drone Predator, meterse en un tanque de asalto, entrenarse con instructores militares o ‎visitar un barco de asalto anfibio y 2 fragatas multipropósito FREMM fondeados en el puerto de ‎Nápoles. Fue una gran “feria de la guerra” montada con un objetivo muy específico: estimular el ‎reclutamiento. ‎

El 70% de los jóvenes interesados que se enrolan en las fuerzas armadas son originarios del ‎Mezzogiorno, o sea del sur de Italia, principalmente de las regiones de Campania y Sicilia, donde ‎el desempleo entre la juventud se eleva al 53,6%, mientras que el promedio en los demás países ‎en la Unión Europea es del 15,2%. En Italia, lo único que garantiza a los jóvenes un ‎empleo “seguro” es el ejército. ‎

Después de la selección, la cantidad de reclutados se reduce a menos de lo que sería necesario. ‎Las fuerzas armadas italianas necesitan más personal porque están participando en 35 operaciones en 22 países, desde el este de Europa hasta los Balcanes, desde África hasta el ‎Medio Oriente y Asia. Se trata de las misiones de “mantenimiento de la paz” que se realizan ‎principalmente allí donde la OTAN, bajo las órdenes de Estados Unidos, inició, con la ‎participación activa de Italia, las guerras que han destruido Estados y desestabilizados regiones ‎enteras. ‎

Para mantener unas fuerzas armadas y el armamento adecuados –como los F-35 italianos ‎desplegados por la OTAN en Islandia, aparatos que la Rai mostró a los italianos este 4 de ‎noviembre– Italia desembolsa anualmente alrededor de 25 000 millones de euros de los fondos ‎públicos. En 2018, Italia se situó entre los lugares 13º y 11º en gastos militares a nivel mundial, ‎sin embargo Estados Unidos y la OTAN siguen exigiendo un nuevo aumento, en función de la ‎escalada contra Rusia. ‎

En junio de 2019, el primer gobierno del primer ministro Conte asignó 7 200 millones de euros ‎adicionales a los gastos militares. En octubre, durante el encuentro del primer ministro Conte con ‎el secretario general de la OTAN, el segundo gobierno de Conte aseguró que Italia ‎se compromete a reforzar sus gastos militares en alrededor de 7 000 millones de euros a partir ‎del 2020, según lo que publicó el diario La Stampa, el 11 de octubre de 2019. Así que estamos ‎pasando de un gasto militar de alrededor de 70 millones de euros diarios a unos 87 millones ‎de euros diarios. Esos fondos públicos se desvían de inversiones productivas fundamentales, ‎sobre todo para regiones como Campania, inversiones necesarias para reducir el desempleo, comenzando ‎por el desempleo entre los jóvenes. ‎

Pero las “inversiones” que se hacen en Nápoles son muy diferentes. Esa ciudad ha visto crecer su ‎importancia como sede de algunos de los mandos más importante de Estados Unidos y de ‎la OTAN. ‎

En Nápoles-Capodichino, está la sede del Mando de las Fuerzas Navales de Estados Unidos ‎en Europa, bajo las órdenes de un almirante estadounidense que dirige también las Fuerzas ‎Navales de Estados Unidos en África y la Fuerza Conjunta de la OTAN (JFC Naples), cuyo ‎cuartel general está en Lago Patria (Nápoles). Cada 2 años, el JFC-Naples toma el mando de la ‎Fuerza de Respuesta de la OTAN, una fuerza conjunta para operaciones militares en la «zona de ‎responsabilidad» del Comandante Supremo de la OTAN en Europa –cargo que siempre ejerce un ‎general estadounidense– y «más allá de esa zona». ‎

En el cuartel general de Lago Patria funciona desde 2017 el nodo de dirección estratégica de ‎la OTAN para el sur, en otras palabras, un centro de inteligencia –o sea, de espionaje– cuya ‎actividad se concentra en las regiones Medio Oriente y África. ‎

Bajo las órdenes del Mando de Nápoles está la Sexta Flota estadounidense, basada en el puerto ‎italiano de Gaeta, cuya zona de operaciones se extiende, según la vicealmirante estadounidense ‎Lisa Franchetti, «desde el Polo Norte hasta el Polo Sur». ‎

Ese es el papel de la ciudad italiana de Nápoles en el marco de la OTAN, bloque militar que ‎el presidente italiano Mattarella define en su mensaje del 4 de noviembre como «una alianza con ‎la que hemos escogido libremente contribuir, para la protección de la paz en el contexto ‎internacional, salvaguardando una vez más a los débiles, los oprimidos y los derechos humanos». ‎

Manlio Dinucci

Manlio Dinucci: Geógrafo y politólogo. Últimas obras publicadas: Laboratorio di geografia, Zanichelli 2014 ; Diario di viaggio, Zanichelli 2017 ; L’arte della guerra / Annali della strategia Usa/Nato 1990-2016, Zambon 2016.

Artículo original en italiano:

4 Novembre, vedi Napoli e poi muori, publicado el 5 de noviembre de 2019.

Traducido al español por la Red Voltaire a partir de la versión al francés de Marie-Ange Patrizio.

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Sobre el Autor

Manlio Dinucci est géographe et journaliste. Il a une chronique hebdomadaire “L’art de la guerre” au quotidien italien il manifesto. Parmi ses derniers livres: Geocommunity (en trois tomes) Ed. Zanichelli 2013; Geolaboratorio, Ed. Zanichelli 2014;Se dici guerra…, Ed. Kappa Vu 2014.

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