Intereses de política interna peruana tras medida contra Venezuela
IMAGEN: El actual presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski.
Los esfuerzos del presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, de evitar que el parlamento lo destituya por posible corrupción, emergieron hoy tras su afán de excluir al presidente Nicolás Maduro de la Cumbre de las Américas.
La relación entre la criticada medida, que aplauden políticos y medios de prensa derechistas, y la búsqueda de una salida a la precaria situación política del mandatario peruano fue cuestionada por el analista Sinesio López y el diario La República, ajenos a simpatía alguna por el gobierno de Venezuela.
López comentó la inusitada decisión de invitar a Maduro a la Cumbre de Abril, defender la invitación como parte de los deberes diplomáticos del país anfitrión de la cita y ‘desinvitar’ al mandatario venezolano durante una reunión del Grupo de Lima, sin que haya mediado ningún cambio de fondo de la situación venezolana.
Señaló que todo indica que el gobierno peruano -que recibió palmas del secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, en su visita a Lima- tomó la medida para contentar a lo que llamó ‘bloque de la derecha’ en el parlamento para librarse de la muy posible vacancia presidencial.
Ese sector político antagónico del gobierno bolivariano, junto a medios de prensa afines, presionaba por dejar fuera de la Cumbre a Maduro, a lo que el gobierno respondía con el argumento de que como país sede invita a todos los estados participantes y no decide quien asiste y quien no.
El cambio de posición, que invoca un tema de política interna venezolana, la convocatoria de las elecciones generales, fue criticado editorialmente también por el diario La República, pese a que comulga con la causa antibolivariana.
‘La tradición de nuestra diplomacia no puede permitirse los traspiés dados por la cancillería en los últimos días o el uso de la legítima causa de la democracia venezolana para propósitos políticos internos’, señala el periódico.
Agrega que la primera obligación de la cancillería es garantizar el éxito de la Cumbre y, por tanto, ‘evitar tensiones y entredichos entre los estados’.
Señala que Bolivia, país limítrofe con Perú, ‘se ha expresado en desacuerdo con la cadena impropia de invitación, posterior declaratoria de no bienvenido y luego el retiro de la invitación a Maduro’.
Sobre los motivos de la decisión gubernamental, anota que la canciller, Cayetana Aljovín, los hizo evidentes al reunirse tras el anuncio contra Maduro, con el presidente derechista del parlamento, Luis Galarreta, que con la mayoría congresal afín demandaba marginar al mandatario venezolano.
Por tanto, ‘esta decisión tiene la apariencia de una entrega de las relaciones internacionales a un cogobierno con el Congreso, contrariando los mandatos constitucionales’.
Para el diario, en tal sentido debe entenderse que la líder de Fuerza Popular, partido de Galarreta, haya roto su usual mutismo para celebrar el anuncio de la canciller. Proviniendo de la titular de Torre Tagle, esta declaración es un retroceso respecto al compromiso del Gobierno de respetar esta resolución, como lo señaló el ministro de Justicia.
Se pregunta además sobre la afectación que sufrirá la política exterior peruana por lo que el parlamentario progresista Marco Arana llamó ‘embrollo diplomático’ generado por la provocación de la cancillería, a cargo de Aljovín, cuya reciente designación fue motivo de críticas por su impericia en asuntos diplomáticos.
La República anota que el Grupo de Lima -pese a agrupar a una minoría de gobiernos participantes de la Cumbre de las Américas- ‘no ha respaldado específicamente la ‘desinvitación peruana’ y solo señaló en su declaración que la respeta.
Manuel Robles Sosa
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