América Latina y Europa: Entre acuerdos y también disensos

Los 60 países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión Europea (UE) cerraron este martes en Bruselas su primera cumbre en ocho años, en la que se firmaron acuerdos por materias primas y energía renovable, se debatió la situación en Venezuela, se mostró preocupación por la guerra en Ucrania, no se avanzó en el tratado de libre comercio entre la  UE y el Mercosur.

La reunión cumbre de dos días en Bruselas terminó con una declaración final de 41 puntos, entre ellos dos que tocan la cuestión sobre la soberanía de Malvinas, incluida por primera vez en un encuentro de este tipo, un pedido para poner fin al embargo contra Cuba, así como un apoyo a «un diálogo constructivo» en Venezuela.

«Fue una cumbre excelente. Se sintió como un nuevo comienzo para viejos amigos. Nos necesitamos mutuamente. Son tiempos de grandes cambios geopolíticos. Y los amigos con ideas afines como nosotros debemos permanecer unidos», señaló la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, en su intento de seducción para recuperar terreno ante la influencia de China en Latinoamérica.

“No todos han obtenido el lenguaje que querían. Fue difícil obtener la declaración final pero lo logramos”, señaló el presidente de turno de la Celac, Ralph Gonsalves, primer ministro de San Vicente y las Granadinas. La declaración reconoce además todas las “posiciones nacionales” y termina diciendo que “es esencial sostener el derecho internacional y el sistema multilateral de protección de la paz y la estabilidad.

En la declaración hay “cuestiones sobre el cambio climático, la reforma del sistema financiero internacional, la protección del desarrollo inclusivo”, dijo. Y agregó que también expresa “una profunda preocupación por la guerra en curso en Ucrania” y apoya “todos los esfuerzos diplomáticos por una paz sostenible” en línea con la Carta de las Naciones Unidas.

Desequilibrios

En el cónclave prevalecieron las diferencias y los desequilibrios entre las dos regiones.La recuperación económica posterior a la covid, la crisis ambiental y la guerra entre Rusia y la OTAN marcaron los principales puntos en la agenda europea de un encuentro de alta repercusión política.

Las diferencias internas dentro de la cumbre no pudieron tampoco ser ocultadas ni refrenadas en la elaboración de la declaración final, principalmente, respecto a la crisis por la guerra en Ucrania, la que fue contextualizada ante otros escenarios conflictivos, sin ir más lejos, en  Haití.

Al respecto, Ralph Goncalves, primer ministro de San Vicente y las Granadinas y actual titular de la Celac, resaltó la pertinencia de incluir en la declaración final una referencia explícita a la responsabilidad europea en el genocidio nativo y en la trata de esclavos. Un principio de justicia reparadora y un primer paso en la necesaria compensación económica en una etapa en la historia latinoamericana en la que ya no alcanzan ni las disculpas tardías ni las reivindicaciones forzadas por parte de monarcas y gobernantes.

Ya semanas atrás las diferencias quedaron en evidencia a través del fallido cabildeo realizado semanas atrás por Volodimir Zelenski. La presencia en la cumbre del presidente ucraniano fue rechazada por un conjunto de gobiernos latinoamericanos que optó por no involucrarse en el conflicto, más allá de las presiones ejercidas desde Washington y las principales capitales europeas.

El principal punto de interés para los europeos estuvo centrado en detener la actual expansión e influencia económica de China en Latinoamérica y el Caribe. La operación de seducción europea apuntó no solo a resquebrajar la influencia china en América Latina, sino a asegurar una mayor autonomía frente a Rusia, que antes de las últimas sanciones económicas, era la principal proveedora de recursos energéticos y operaba como un aliado estratégico para el motor económico europeo.

Ya no somos colonia

Los líderes de ambas regiones se comprometieron a celebrar cumbres cada dos años y acordaron que la próxima será en Colombia, que en 2025 ostentará la presidencia pro témpore de la Celac, después de la de Honduras en 2024.

“Vivimos hoy profundos cambios a nivel global, de grandes riesgos y desafíos, pero también de oportunidades. Creo firmemente que podemos y debemos construir mejores relaciones: más justas, equilibradas, solidarias y cooperativas para mejorar la vida de nuestros pueblos”, afirmó en la sesión plenaria el presidente colombiano Gustavo Petro.

“América Latina y el Caribe —dijo— ya no son el traspatio de Estados Unidos. Tampoco somos antiguas colonias que requieren consejo, ni aceptaremos que se nos trate como simples suministradores de materias primas.

El mandatario recordó que “la expoliación colonial y el saqueo capitalista convirtieron a Europa en acreedora, y a América Latina y el Caribe en deudores”. Y en la misma línea de pensamiento reflexionó que las políticas financieras de la Unión Europea “siguen imponiendo barreras al desarrollo de nuestra región”, por lo cual se requiere “una reforma integral de la arquitectura financiera heredada de la Guerra Fría y de Bretton Woods, y buscar soluciones al grave problema de la deuda externa, que hemos pagado varias veces”.

Seducción

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen,anunció que la UE aumentaría los fondos disponibles para América Latina y el Caribe en el plan Global Gateway para financiar el desarrollo sostenible y la “transición verde” de la región, cuyo eje no está situado en el factor ambiental sino en la transformación digital en torno a los ejes de la conectividad, la ciberdefensa y los derechos digitales personales.

La seducción comenzó con el anuncio de 45 mil millones de euros anunciados servirían sólo para lograr una conectividad total para más de un tercio de la población latinoamericana que todavía no cuenta con acceso a internet de banda ancha.

Para Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, el principal punto de discusión fue la ratificación del acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea en momentos en que la UE decidió imponer sanciones a aquellos socios que violen las disposiciones sobre derechos humanos y cambio climático incluidas en los acuerdos comerciales bilaterales, como la suspensión de concesiones comerciales o la eliminación de las preferencias arancelarias.

Desde el inicio de su nuevo gobierno el presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva calificó como “inaceptable” la amenaza de sanciones de la Unión Europea y reiteró que “No podemos estar de acuerdo con estas sanciones. Tenemos una asociación estratégica con la UE, no puede haber imposiciones ni castigos, sino negociación”. Y reafirmó que “la premisa que debe existir entre los socios estratégicos es la confianza mutua, no la desconfianza ni las sanciones”.

Las demandas europeas para la “transición verde” dejan de lado el hecho de que, dentro del conjunto de las principales exportaciones desde el Sudamérica a Europa, se encuentran el petróleo, hidrocarburos y recursos energéticos que pueden ir desde el carbón procedente de Colombia al litio en Chile.

La preservación del medio ambiente se convirtió así en uno de los ejes centrales de la cumbre, tal como también quedó reflejado en la llamada “Iniciativa Bridgerton”, presentada por Mia Mottley, primera ministra de Barbados, con apoyo de los países del bloque caribeño del Caricom, para evitar que los países en desarrollo caigan en una espiral crítica cuando su endeudamiento aumente debido a desastres naturales como inundaciones, sequías y tormentas.

La iniciativa solicita además recursos adicionales, especialmente, para enfrentar la reconstrucción posterior a las catástrofes, sin gravámenes e intereses adicionales.

La guerra en Ucrania y los nuevos lineamientos ambientales, que apuntan a la transición energética, llevaron a que la UE buscara socios en América Latina, donde se ubica además el llamado Triángulo del litio (en Argentina, Bolivia y Chile) y que cuenta con casi el 65% de las reservas mundiales.El litio es clave para el uso de automóviles eléctricos, cuyas baterías son fabricadas a partir de este metal.

Von der Leyen, firmó un  memorándum de entendimiento con Argentina sobre cooperación en materia de energías renovables, después del cerrado el mes pasado durante su visita a Buenos Aires sobre materias primas, que contempla una asociación vinculada a estos insumos clave para la transición hacia energías más limpias, como el litio o el hidrógeno verde.

También se firmó un acuerdo con Chile sobre litio y cobre, con eje en  la cooperación en materia de investigación e innovación a lo largo de la cadena de valor de las materias primas y la minimización de la huella medioambiental y climática. Y otro con Uruguay, donde se citan como prioridades las energías renovables, la eficiencia energética y el uso de hidrógeno verde.

Venezuela

Al margen de la cumbre UE-Celac,  se hizo otra reunión de presidentes sobre la crisis en Venezuela. Duró más de dos horas y se trató de definir un camino democrático hacia las elecciones de 2024. Participaron entre otros el presidente argentino Alberto Fernández, el brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, el francés Emmanuel Macron y el colombiano Gustavo Petro . Lula subrayó que el proceso electoral debe se reconocido por todos pero “sólo los venezolanos pueden resolver el problema”.

El Alto Representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell, dijo que la UE está dispuesta a levantar las sanciones contra Venezuela si el presidente venezolano Nicolás Maduro garantiza «elecciones democráticas e inclusivas» en 2024. Las primeras sanciones de la UE contra Venezuela surgieron en 2018 contra personajes que Europa consideraba autores del deterioro de la democracia. Las sanciones han continuado hasta ahora. Los sancionados son ya 55 personas.

La guerra

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, dijo que hay una «determinación» compartida de defender «un orden mundial basado en reglas y el multilateralismo», consideró un ´»éxito» el acuerdo de compromiso alcanzado para el texto final entre todas las naciones participantes.

Previamente, el presidente francés, Emmanuel Macron, había dado a conocer que Nicaragua era el único país de la Celac que no quería incluir la referencia a Ucrania en el texto.

«Manifestamos nuestra profunda preocupación por la guerra en curso contra Ucrania, que sigue causando un inmenso sufrimiento humano y está exacerbando las fragilidades existentes en la economía mundial, limitando el crecimiento, aumentando la inflación, perturbando las cadenas de suministro, aumentando la inseguridad energética y alimentaria y elevando los riesgos para la estabilidad financiera», señaló la declaración.

Isabella Arria

Isabella Arria: Periodista chilena residenciada en Europa, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)

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