Bolivia: Indigenismo purista y anomia feminista

El terrible año del Covid-19 no termina muy mal: histórica victoria electoral del Movimiento al Socialismo (MAS) en Bolivia. Contundente votación ciudadana para reformar la Constitución en Chile. Masivo respaldo popular a los gobiernos de México y Argentina. Previsible triunfo del chavismo-madurista en Venezuela. Y en la semana entrante, si Dios es grande (el de los gringos), Donald Trump será partido por un rayo celestial.

Aturdidos por la despiadada pandemia, los pueblos de nuestra América retoman el optimismo. Pero los miopes de arriba y a la izquierda sugieren guardar cautela. Tales fervores populares, advierten, serían meros espasmos progresistas. Con lo cual vamos viendo que el ingenioso Mister Magoo, quien nunca se daba por vencido, vive.

Mister Magoo era un miope y cándido personaje que en los años de 1950 usaba la General Electric en sus anuncios con el eslogan: “Ver es más fácil con lamparitas GE… las mejores”. Lamparitas de alto o bajo voltaje, tanto da, que aún sirven para insistir con el alicaído pensamiento único, o para debatir sobre las vías de la revolución… sin ver los trenes.

Metamos pala, entonces, en el barro de la política. Pues tal como decía aquel griego que sabía pensar, “…la política es la síntesis de todas las artes, así como las artes respiran por todos los poros de la sociedad viva”. Y qué bueno, si en ocasiones, la política se las arregla para luchar contra todas las formas de esclavismo, exclusión y oportunismo.

Viajemos a la esperanzada Bolivia de nuestros días, donde hace un año algunos indigenistas y feministas ningunearon el sangriento golpe de Estado que obligó a la renuncia del presidente Evo Morales.

¿Recuerdan cuando el indígena originario Felipe Quispe decía que Evo era un fascista disfrazado de indio? ¿Recuerdan a las bandas fascistas que hace un año, en el pueblo de Vinto (Cochabamba), le cortaron el cabello y embadurnaron con pintura roja a la alcaldesa del MAS Patricia Arce, y luego obligaron a caminar descalza siete kilómetros al grito de asesina?

Días en que los seguidores de la esperpéntica presidenta Jeannine Áñez y el bíblico matón de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, perseguían y violaban a las mujeres de pollera que apoyaban a Evo. Días en que la antropóloga argentina Rita Segato (ojo, con s) declaraba a Radio Deseo de Bolivia: “Evo cayó por su propio peso […]. Para mí no ha sido la víctima de un golpe sino la víctima del descrédito general…” (sic).

Doña Segato (ojo, con s) no se quedó ahí. Recomendó hacer las críticas al machismoautoritarismo y manera autocrática (sic) de hacer política de Evo. A más de echarle la culpa por los incendios forestales de julio y octubre de 2019 en el bosque Chiquitano, ante los que se comportó de manera ‘muy parecida” a lo que “…Bolsonaro hizo en Brasil con el incendio de la Amazonia” (sic). Lamentando que en Argentina, su figura se encuentra prácticamente canonizada (sic).

Quien sabe. Pero los gobiernos de México y Argentina (progresistas, ¡puáj!) le salvaron la vida al santo que en días pasados, por sus erroresexcesos y voluntad de poder, impuso en las urnas a su candidato Luis Arce, con más de 55 por ciento de los votos. ¡Pinche democracia!

Bien. Luis Arce y David Choquehuanca son los nuevos gobernantes de Bolivia. Sin embargo, a pesar de la sangre popular derramada, doña Segato (ojo, con s) nos ilumina con su lamparita: El MAS no ganó por Evo, sino a pesar de Evo. Según ella, Evo quería marginar al indio puro Choquehuanca. Y como bien apuntó jocosamente el periodista argentino Horacio Verbitsky, para las pautas bolivianas el mestizo Arce sería blanco, y tiene un posgrado en Londres… (Las dos morales de Rita Segato, en El Cohete a la luna, 25/10/20).

En un largo análisis, Verbitsky juega con la verdadera moral de doña Segato (ojo, con s): la de Gerardo Morales, gobernador feudal de Jujuy (limítrofe con Bolivia), y carcelero de la luchadora social Milagro Sala, líder de la organización Tupac Amaru. Milagro lleva cinco años presa, pero a los antisistémicos de abajo y a la izquierda les vale, por haber recibido ayuda del Estado durante el gobierno de los Kirchner.

En octubre de 2019, el gobernador Morales apoyó con logística a los fascistas de Santa Cruz. Pero, bueno, se trata de un político que puede dárselas de progresista, ya que su gobierno financia un proyecto de doña Segato (ojo, con s), para investigar los feminicidios en la provincia.

¡Jijos! Empecé con alegría, y ahora ando deprimido. Anoche soñé que doña Segato (ojo, con s) me perseguía por las calles agitando una demanda penal. No en favor de ella, claro, sino la interpuesta por una prima mía que acaba de cumplir 84 años, y ahora dice que, cuando ella tenía 20 y yo 12 años, le toqué una teta.

José Steinsleger

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