Bolivia y la (contra)revolución de colores en vísperas de elecciones

A dos semanas de las elecciones generales en las que compite como favorito según todas las encuestas el presidente de Bolivia, Evo Morales, el país amaneció hoy amenazado con una ‘revolución de colores’.

‘¿Estamos dispuestos que este 4 de octubre sea el punto de partida para empezar a trabajar por nuestro sueño federalista bajo la equidad, la unidad y el amor por Santa Cruz y Bolivia?’, exclamó el jefe del Comité Pro Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, en la protesta antigubernamental masiva realizada la víspera bajo la denominación de cabildo.

Con mucha similitud a los denominados intentos de golpes blandos o de terciopelo registrados con anterioridad en Ucrania, Venezuela y Nicaragua, por solo mencionar tres ejemplos, Camacho instó claramente a la ‘rebeldía y desobediencia, ante un posible fraude’ electoral.

En referencia a estos hechos, el diario gubernamental Cambio recuerda este sábado que el 23 de agosto de 2008 el expresidente del Comité Cívico de Santa Cruz Bronco Marinkovic (prófugo de la justicia por sedición y separatismo), planteó que la autonomía ya era insuficiente y había que pasar al federalismo.

Añade la publicación que ‘cinco días después se reunieron los prefectos de Tarija, Pando, Santa Cruz y Beni con los presidentes de sus comités cívicos y decidieron acciones de fuerza de manera escalonada (en algunos casos de carácter terrorista y delincuencial) en los cuatro departamentos en contra del Estado boliviano, del gobierno y las instituciones’.

Por su parte, en su edición del 22 al 28 de septiembre, el semanario de análisis político La Época advirtió sobre la campaña desarrollada a lo largo del año en curso a través de diversos medios de franca tendencia opositora para generar desconfianza hacia el Tribunal Supremo Electoral (TSE).

Según el dominical, ‘varios son los objetivos de esa arremetida contra el TSE: poner en duda la independencia de sus miembros, quitarle credibilidad al resultado electoral y colocar en la vitrina internacional la idea de que Evo Morales, si resulta victorioso en las elecciones, será un presidente ilegal e ilegítimo’.

La época agrega que estos objetivos explican las protestas de los partidos de oposición, de las llamadas plataformas ciudadanas y de activistas de distinta naturaleza para exigir la renuncia de los miembros del TSE.

A los pies del Cristo Rey de Santa Cruz, ante miles de personas movilizadas por la manipulación mediática, Camacho expuso el viernes último otras exigencias, como la declaratoria ciudadana de desastre nacional por los incendios en la Chiquitania.

El activista opositor omitió que este tipo de siniestros tienen origen en el cambio climático, e igualmente solapó la inversión cercana a los 25 millones de dólares, la movilización de más de cinco mil militares, policías, voluntarios y colaboradores de unos 15 países, que permitió a Bolivia reducir a 26 los focos de calor, de unos ocho mil 461 que se registraron el 17 de agosto.

Otra Amenaza expresada públicamente durante la protesta antigubernamental de aproximadamente dos horas y media, fue el ultimátum hasta el mediodía del 7 de octubre para que sean desalojados los campesinos a quienes el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) otorgó tierras en zonas rurales de Santa Cruz.

Cambio reportó el apoyo a esta manifestación de representantes de la extrema derecha boliviana como Carlos Sánchez Berzaín (prófugo en Estados Unidos tras la matanza de octubre de 2003) y Leopoldo Fernández, exprefecto de Pando condenado el 10 de marzo de 2017 a 15 años de cárcel por la denominada Masacre de Porvenir, que el 11 de septiembre de 2008 costó la vida a 13 personas, en su mayoría campesinos.

Según la publicación, entre los reunidos a los pies del Cristo Rey de Santa Cruz se encontraban el postulante a presidente por Bolivia Dice No, Oscar Ortiz, y el aspirante a vicemandatario por Comunidad Ciudadana, Gustavo Pedraza.

Desde el punto de vista de la injerencia extranjera, La Época alertó recientemente sobre la presencia en el departamento cruceño de un equipo de expertos civiles y militares encabezados por George Eli Birnbaun, consultor político norteamericano, con trabajos realizados en el Senado de Washington.

En su expediente, añade el semanario, constan misiones cumplidas con éxito en más de 15 oportunidades en los cinco continentes, por lo cual llegó a ser jefe de gabinete del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, además de trabajar con Arthur Finkestein, diseñador de estrategias para los republicanos en Estados Unidos.

Birnbaun también dirigió el equipo de campaña política de Martha Lucía Ramírez, vicepresidenta de Colombia, a favor de quien aplicó la estrategia de las falsas noticias, concluye La Época.

Jorge Petinaud

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