Cabalgan sobre América Latina los jinetes del Plan Cóndor
Desde sus mocedades castrenses, el brasileño Jair Bolsonaro simpatizó con los militarotes que en 1964 dieron golpe de Estado contra el gobierno democrático de Joäo Goulart.
La dictadura militar, pasando por mascaradas electorales, se prolongó en Brasil hasta 1985. Con ese expediente, Bolsonaro no necesita estar frente al espejo para verse en la la imagen de Donald Trump. Son siameses con el ADN de Adolfo Hitler.
El coronavirus le ha tumbado la careta a especímenes como Trump y Bolsonaro, que exhiben hoy su naturaleza de primates. Los acompaña en Latinoamérica, por equidad de género, la golpista boliviana.
Trump pone las finanzas por encima de la Salud Pública
El inquilino de la Casa Blanca y el huésped de palacio en Brasilia, se han montado sobre la bestia apocalíptica de la pandemia para hostilizar a adversarios políticos de la oposición y específicamente contra gobernadores que han acatado y aplicado las estrategias de la Organización Mundial de la Salud para atajar la propagación del virus.
Desde hace al menos tres semanas, el demente anaranjado ha pretendido asumir poderes absolutos e incitado a la población a salir a las calles y asistir a sus actividades laborales y profesionales, poniendo las finanzas por encima de la Salud Púbica: Lo crematístico, antes que lo humano.
Desde esa perspectiva, ha acusado de amotinamiento a las autoridades estatales que exhortan a sus gobernados a acatar los protocolos cautelares contra la pandemia, de lo que seguiría la imposición del control público con la mano de gato de la Guardia Nacional.
¡Fuera Bolsonaro! El dictador amenaza con disolver el Congreso
En las pasadas 48 horas, en el estado de Sao Paulo ciudadanos de a pie se han manifestado, coreando dos palabras lapidarias: Fuera Bolsonaro.
El neofascista encaró esa movilización popular tomándola como coartada para amenazar con la disolución del Congreso legislativo, lo que le permitiría actuar dictando bandos militares en suplencia de la Constitución aún vigente.
El gorila uniformado pretende abrir un surco ya trillado: En agosto de 2016, un golpe legislativo derrocó a la presidenta civil Dilma Roussef, producto de un proceso electoral legal y legítimo, para dar su lugar al vicepresidente traidor Michel Temer.
En Brasil se tienen ya computadas más de 40 mil personas infectadas por coronavirus, que ha provocado dos mil 500 muertes.
El síndrome de la locura americana se expande hacia el sur
Es la línea de Washington, la acatada por Bolsonaro: Sobre la tensión imperante en América Latina, el Departamento de Estado maniobra para, desde Colombia, ocupar militarmente Venezuela, no obstante la resistencia del Comando Sur, cuyo jefe se inclina por la opción de las sanciones económicas y las presiones políticas de la oposición, para poner fin al régimen bolivariano encabezado por Nicolás Maduro.
Se respiran, pues, en el subcontinente latinoamericano, fétidos tufos del Plan Cóndor, cuyas víctimas no se terminan de cuantificar y, desde luego, son superiores en número a cualquier suma de las muertes provocadas por cualquier pandemia en la región. Es el síndrome de la locura americana, inmune a la vacuna democrática, Grave asunto.
Mouris Salloum George
Mouris Salloum George: Director General del Club de Periodistas de México, A.C.
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