Cambios en las coaliciones militares: ¿Salida de Turquía de la OTAN y alianza con Rusia, China e Irán?
Con reminiscencias de la Primera Guerra Mundial, las transformaciones en las alianzas y la estructura de las coaliciones militares han sido factores clave a lo largo de la Historia.
Actualmente, las alianzas militares, incluidas las «coaliciones transfronterizas» entre «grandes potencias» son tremendamente peligrosas, muy diferentes entre sí y mucho más complejas que las que habían en la Primera Guerra Mundial (es decir, el enfrentamiento entre «La Triple Entente» y «La Triple Alianza»).
La época actual apunta hacia un cambio histórico en la estructura de las alianzas militares que podría contribuir a debilitar la hegemonía de Estados Unidos en el Medio Oriente y, de esta forma, generar las condiciones que conduzcan a la desarticulación de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
La OTAN constituye una fuerza militar sin precedentes compuesta por 29 Estados que, en buena medida, se encuentran bajo control del Pentágono. Es una coalición militar y un instrumento de la guerra moderna. Es una seria amenaza para la seguridad y la paz mundiales.
Pienso que las divisiones al interior de la Alianza Atlántica podrían desembocar en que uno o más Estados se animen a «salir de la OTAN». De forma inevitable, la salida de un país de la OTAN socavaría dramáticamente el consenso impuesto sobre los Gobiernos en la actualidad: amagar a la Federación rusa con el lanzamiento de una guerra preventiva.
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En este artículo abordaremos un caso específico: la intención de un Estado de abandonar finalmente la Alianza Atlántica construida alrededor de la OTAN. Analizaremos el impacto de la «salida de [Turquía de] la OTAN» y su mayor acercamiento a países como Rusia, Irán y China.
Turquía está contemplando su «salida de la OTAN», cuyas implicaciones tendrían un gran impacto. Nos encontramos ante una redefinición de las alianzas militares.
En simultáneo, Turquía está luchando en el Norte de Siria en contra de las fuerzas kurdas de Estados Unidos, es decir, un país miembro de la OTAN está luchando contra otro integrante de la OTAN.
La postura de Rusia sobre las acciones militares de Turquía en el Norte de Siria es ambigua. Rusia es un país aliado de Siria, cuyo territorio ha sido invadido por Turquía, un aliado de Rusia.
Desde un punto de vista militar de mayor amplitud, Turquía está cooperando activamente con Rusia, que recientemente se ha comprometido a garantizar la seguridad de Ankara. «Moscú enfatiza que Turquía puede retirarse tranquilamente de la OTAN y, después de hacerlo, tendrá garantías de no enfrentar ninguna amenaza [de la OTAN] para poder garantizar su propia seguridad», de acuerdo con el comunicado del general mayor de la Fuerza Aérea de Turquía, Beyazit Karatas.
Además, Ankara comprará a Rusia el sistema de defensa antiaérea S-400 de última generación en 2020, con lo cual, terminará desechando el sistema integrado de defensa aérea proporcionado por Estados Unidos, la OTAN e Israel. Se dice que el acuerdo sobre el S-400 causó «preocupación» porque Turquía es miembro de la OTAN y el sistema [S-400] no puede integrarse en la arquitectura militar de la OTAN».
El S-400 Triumf de Rusia (nombre de la OTAN: SA-21 Growler) es el último sistema de misiles antiaéreos de largo alcance que entró en servicio en 2007. Está diseñado para destruir aviones, misiles de crucero y misiles balísticos, incluidos los misiles de alcance intermedio así como objetivos localizados en superficie. El S-400 puede atacar objetivos a una distancia de 400 kilómetros y a una altitud de hasta 30 kilómetros. (TASS, 29 de diciembre de 2017)
¿Qué significa esto?
¿Turquía, el «peso pesado» de la OTAN (en términos de sus capacidades militares convencionales), escogió abandonar la Alianza Atlántica? ¿O está involucrada en una alianza de conveniencia con Rusia mientras mantiene sus vínculos con la OTAN y el Pentágono?
La Alianza Atlántica se encuentra gravemente fracturada, ¿Conducirá esto a que otros países salgan de la OTAN?
La intención de Moscú, mediante los canales diplomáticos, es generar un ambiente constructivo a través de sus relaciones bilaterales con varios de los integrantes de la Unión Europea y la OTAN. El objetivo es contribuir a aliviar la «escalada militar» de la OTAN en la frontera occidental con Rusia.
Además de Turquía, varios países de la Unión Europea, incluidos Alemania, Italia, Grecia (que ha establecido vínculos Rusia en el área de la defensa) y Bulgaria podrían estar analizando su salida de la OTAN.
El «acercamiento» de Turquía con Rusia es de carácter estratégico. Mientras desempeña un papel clave en el Medio Oriente, Turquía controla el acceso naval al Mar Negro a través de los estrechos Dardanelos y Bósforo. (Véase imagen de la derecha)
En otras palabras, la retirada de Turquía de la OTAN tendría un impacto inmediato en los despliegues navales y terrestres de la OTAN en la cuenca del Mar Negro, lo que a su vez afectaría sus capacidades militares en las puertas de Rusia, Europa Oriental, los Estados Bálticos y los Balcanes.
Hay que señalar que la alianza Moscú-Ankara facilita además los movimientos de las fuerzas navales rusas y chinas hacia y desde el Mar Negro hasta el Mediterráneo a través del Bósforo.
El realineamiento de Turquía no se limita solamente a Rusia, sino que incluye tanto a Irán como a Pakistán, que está en el proceso de cortar sus vínculos militares con Washington, mientras que amplía sus relaciones comerciales y de inversión con el gigante asiático (China). Hay que recordar que Pakistán e India son miembros de pleno derecho de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS).
Es necesario abordar, adicionalmente, la estructura ampliada de las alianzas militares y comerciales y de inversión, que incluyen tanto las rutas marítimas como los oleoductos.
Influencia y hegemonía de Estados Unidos en el Medio Oriente ampliado
Estos cambios geopolíticos han servido para debilitar la influencia de Estados Unidos en Medio Oriente, Asia Central y el Sur de Asia.
Turquía tiene una alianza de conveniencia con Irán. E Irán, a su vez, ahora tiene el apoyo de la poderosa mancuerna sino-rusa, que incluye la cooperación militar, gasoductos estratégicos y grandes acuerdos comerciales y de inversión.
A su vez, la unidad entre Arabia Saudita y los países del Golfo está en peligro, con Qatar, Omán y Kuwait construyendo una alianza con Irán (y también con Turquía), en detrimento de Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos.
El bloqueo económico que Arabia Saudita impuso en contra de Qatar ha generado fisuras en las alianzas geopolíticas y, a la postre, terminó socavando la influencia de Estados Unidos en el Golfo Pérsico.
El Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) se encuentra profundamente dividido, con los Emiratos Árabes Unidos y Bahréin del lado de Arabia Saudita en contra de Qatar. Por su parte, Qatar cuenta con el apoyo de Omán y Kuwait. Hay que apuntar que el CCG, que hasta hace poco era uno de los aliados más firmes de Estados Unidos contra Irán, ahora está sumergido en el caos.
Base militar del Comando Central de Estados Unidos en Qatar
Mientras Turquía desplegaba sus tropas en Qatar, estableció la base militar de Táriq ibn Ziyad en Qatar (en cooperación con el Ministerio de Defensa de Qatar) en virtud de un acuerdo firmado en 2014.
La base militar de Al Udeid en Qatar instalada por Estados Unidos es la más grande en todo el Medio Oriente. Bajo el Comando Central de Estados Unidos, alberga la estructura de comando de todas las operaciones militares de Estados Unidos en la región del Medio Oriente y Asia Central.
Al Udeid, que alberga a unos 10,000 militares estadounidenses, ha desempeñado un papel estratégico en la conducción de las operaciones aéreas de Estados Unidos contra Afganistán, Irak y Siria.
Sin embargo, existe una contradicción fundamental: la base militar más grande de Estados Unidos en Medio Oriente que alberga al Comando Central se encuentra actualmente en un país que está firmemente alineado con Irán (es decir, un enemigo de la Unión Americana). Además, los principales socios de Qatar en la industria del petróleo y el gas, incluidos los ductos, son Irán y Turquía. Rusia y China, a su vez, participan activamente en la industria de petróleo y gas de Qatar.
En respuesta al acercamiento de Qatar con Irán, el Pentágono ya ha planeado trasladar su cuartel general del Comando Central a la base de la Fuerza Aérea Al Udeid (Véase imagen de la izquierda) a la base de la Fuerza Aérea del Príncipe Sultán en el centro de Arabia Saudita, a 80 kilómetros al Sur de Riyadh.
La estructura de las alianzas militares alrededor Qatar es, en este sentido, estratégica.
¿Por qué? Pues porque Qatar es un “punto caliente” geopolítico (‘Geopolitical Hot Spot’), en gran medida por sus extensas reservas de gas natural localizadas en el mar que comparte con Irán.
Irán y Qatar cooperan activamente en la extracción de gas natural en el mar bajo un esquema de propiedad compartida. Estos campos de gas localizados en el mar son estratégicos, constituyen las reservas de gas más grandes del planeta localizadas en el Golfo Pérsico. (Para más detalles, veáse Michel Chossudovsky, Middle East and Asia Geopolitical Alliances, Global Research, 17 de septiembre de 2017)
En marzo de 2018, Washington exigió que la agencia Al Jazeera News de Qatar se registrara en Estados Unidos en calidad de «agente extranjero», aludiendo que Doha mantenía una «alianza» con los enemigos de Estados Unidos, incluidos Irán y Rusia.
¿No es acaso esto un preludio del llamado “Qatargate» bajo el mando del «gabinete de guerra» recién instalado por Trump (con Pompeo reemplazando a Tillerson en el Departamento de Estado)?
En noviembre de 2017, el ministro de Relaciones Exteriores de Qatar, Sheikh Mohammed bin Abdulrahman Al Thani, insinuó durante una visita a Washington que «Qatar no descarta la posibilidad de una operación militar dirigida por Arabia Saudita en contra suya». Si bien esta opción parece improbable, un «cambio de régimen» en Doha patrocinado por Estados Unidos y su aliado saudita es una clara posibilidad.
La base aérea de Incirlik en el Sur de Turquía
Mientras tanto, el Pentágono prevé mover la base aérea de Incirlik en el Sur de Turquía, tanto las instalaciones como el personal de la Fuerza Aérea de Estados Unidos.
A principios de marzo, Johnny Michael, vocero del Comando Europeo de Estados Unidos (EUCOM, por sus siglas en inglés), negó los informes que «especularon» que el ejército estadounidense había disminuido sus operaciones en la base aérea de Incirlik. Apuntó que todas las actividades militares habían continuado con normalidad.
Un día antes de las declaraciones de Michael, un informe del diario The Wall Street Journal había sugerido que Estados Unidos «había disminuido drásticamente» las operaciones de combate en la base aérea y que estaba considerando recortes permanentes. (Al Jazeera, 26 de marzo de 2018)
Comentarios finales: Con la OTAN hecha añicos, los «halcones de la guerra» de Estados Unidos perdieron una base de apoyo clave
La alianza entre Washington y Ankara está sumida en crisis. La OTAN está en caos. Al mismo tiempo, una eventual salida de Turquía de la OTAN podría generar una mayor desestabilización de la Organización.
Nos encontramos en una peligrosa encrucijada. La agenda militar de Estados Unidos y la OTAN amenaza el futuro de la Humanidad.
¿Cómo revertir la marea de guerra? ¿Qué acciones concretas deberían tomarse?
La «salida de la OTAN» podría convertirse en un llamado a la unidad, en un movimiento social que bien podría extenderse a todo el Continente europeo.
Los movimientos pacifistas en Europa y América del Norte deberían concentrar sus esfuerzos en una campaña que promueva la «salida de la OTAN» de sus países, con vistas a quebrantar la estructura de alianzas con la que Washington sostiene su agenda militar.
No es una tarea sencilla. No será resultado de la acción gubernamental. La mayoría de los jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros de la OTAN han sido cooptados.
Además, muchas de las organizaciones de la sociedad civil y Organizaciones No Gubernamentales (ONG) de Occidente (que operan muchas de ellas gracias al financiamiento de las grandes corporaciones) apoyan abiertamente las denominadas «guerras humanitarias» promovidas por Estados Unidos y la OTAN.
No hay otra alternativa posible que no sea reconstruir un gran movimiento social en contra de la guerra.
Michel Chossudovsky
Michel Chossudovsky: Profesor emérito de Economía de la Universidad de Ottawa, es fundador y director del Centro de Investigación sobre la Globalización (Global Research). Sus escritos se han publicado en más de 20 idiomas, es un activista antiglobalización y antibélico. Ha actuado como profesor visitante en organizaciones académicas en Europa del Este, América Latina y el Sudeste asiático, además de asesor de gobiernos en países en desarrollo y consultor de organizaciones internacionales como el programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Ha sido galardonado con la Medalla de Oro de la República de Serbia por sus escritos sobre la guerra de agresión de la OTAN contra Yugoslavia (2014).
Artículo original en inglés:
Towards “NATO-Exit”? Shift in the Structure of Military Coalitions. Turkey’s Alliance with Russia, China and Iran?, publicado el 31 de marzo de 2018.
Traducido por Ariel Noyola Rodríguez para el Centro de Investigación sobre la Globalización (Global Research).
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