Globalización

De acuerdo con no pocos analistas, quien controlará el – metafóricamente hablando – continente “Asia-Pacifico” dominará las relaciones internacionales a nivel mundial. Pero, este nuevo orden mundial pasa, por cierto, por el control militar y marítimo de el océano Pacífico.

Dentro de poco, en el 2020, la flotilla de el Ejercito Popular de Liberación, la marina militar china, podría volverse la primera superpotencia naval del Pacifico, superando por numero la US Navy. Según el informe anual de la US-China Economic and Security Review Commission, en los próximos 6 años Pekín podría llegar a comprar 351 nuevas unidades navales. El Pentagono por su parte no quiere quedarse atrás y pese a la grave crisis económica en Estados Unidos, presiona para la construcción de nuevas unidades navales.

China y Estados Unidos, rivalidad entre grandes potencias

En Washington hay quien duda que los recursos y los financiamientos puesto a disposición de la US Navy sean suficientes para contrarrestar la nueva emergencia, los Estados Unidos siempre viven sobre “nuevas emergencias”, en este caso “el peligro chino” – demasiados los recursos eliminados en la Defensa y en particular a la Marina militar estadounidense – y quien hace hincapié que Estados Unidos operan en el Pacifico con 11 portaaviones, cuando China tiene solo una.

La “spending review” no cabe de gustar tampoco a los altos mandos militares estadunidenses y en particular a los almirantes de la marina militar. Sin embargo, serán los nuevos sistemas de armamentos el elemento que decidirá las relaciones de fuerzas, dentro de estos, cabe destacar la importancia de los misiles, y estos aun más de los barcos, al hacer su diferencia en el dominio marítimo del Pacifico.

Para sus detalles técnicos y militares, de acuerdo con la revista italiana Analisi Difesa, el coronel Eugenio Roscini Vitali, nos informa que “Los misiles tierra-tierra DF-21D puede lograr alcanzar un objetivo distante 900 millas náuticas y por ende, amenazar una gran parte de las unidades de superficie que operan en la region y que, el numero de submarinos que entre 5 y 8 años podrían llegar a construirse, en un numero de 82 unidades, más del doble de lo que ya están dislocados en el Pacifico por parte de Estados Unidos, podría ser suficiente a poner en serias dificultades hasta los sistemas más sofisticados”. La ventajas por parte de China son, por supuesto, más dinero por su dominio económico a nivel mundial y un mejor sistema espionaje informático.

Para el “Cyber espionage”, Defense Science Board habla de numerosos ataques informáticos por parte de los hackers chinos en los sistemas informáticos de programas militares estadunidenses. El Patriot Advanced Capability-3, los programas F-35 y F/A-18, el UAV Global Hawk, el helicóptero Black Hawk, el sistema anti-misil balístico Aegis, el programa naval Litoral Combat Ship, estudios sobre aplicaciones satelitales, comunicaciones, envíos de datos, guerra electrónica y nuevos sensores en drones.

Tensiones en el Mar del Sur de China

Divididas en tres flotas, Norte, Centro y Sur, la Marina china dispone de unas 470 unidades, aun inferiores para alcanzar a la marina militar estadounidense, pero las fábricas chinas están trabajando sin tregua para el desarrollo de nuevas unidades basadas en tecnología de última generación. Las inversiones van hacia todos los sectores militares y de armamento, entre estos submarinos nucleares con misiles balísticos intercontinentales que pueden ser armados con armas atómicas.

¿Cuál será la respuesta de la águila fascista del norte en su guerra sin limites por el dominio y control del planeta? Nuevas regiones del planeta entran con fuerza dentro del ajedrez geopolítico internacional, un escenario que no se puede no considerar.

Alessandro Pagani

Alessandro Pagani: Historiador y escritor; maestro en historia contemporanea; diplomado en “historia de México” por la Universidad Autónoma de México y en “Geopolítica y defensa latinoamericana” por la Universidad de Buenos Aires. Es analista en temas de geopolítica y política internacional del Centro de Investigación sobre la Globalización (Global Research), actualmente esta cursando un doctorado en Teoría Critica en 17, Instituto de Estudios Crítico.