Cuba enfrascada en potenciar su economía

Cuba trabaja de forma acelerada para potenciar su economía en medio de un escenario marcado por un incremento de la hostilidad de Estados Unidos.

Los medios de prensa nacionales reportan casi a diario encuentros del presidente Miguel Díaz-Canel con diversos actores de la sociedad para chequear la marcha de un sinnúmero de programas: turísticos, energéticos, industriales, de informatización, entre otros.

La economía cubana sufrió en los últimos meses por los efectos de la política punitiva del mandatario Donald Trump decidido a sepultar todo vestigio del los acuerdos firmados por su antecesor Barack Obama y las autoridades de la isla.

La limitación de las remesas, la prohibición de viajes de cruceros, la activación del Título III de la Ley Helms-Burton y la persecución de los petroleros que transportan crudo al país son apenas la punta del iceberg de esa estrategia punitiva.

Solo desde abril de 2018 hasta marzo de 2019, el bloqueo de Washington causó pérdidas a Cuba por valor de cuatro mil 343,6 millones de dólares, aunque a precios corrientes, la cifra se eleva a 138 mil 843,4 millones en casi seis décadas.

Sin embargo, La Habana trabaja no solo para sortear esas dificultades sino también para dinamizar su economía con el fin de mejorar las condiciones de vida de la población.

‘Hemos listado los problemas económicos principales que comienzan por el alto nivel de endeudamiento, los insuficientes ingresos por exportaciones, las deudas por cobrar y el predominio de una mentalidad importadora que acomoda y atenta contra la iniciativa y la creatividad (…) y también el pobre nivel de ahorro’, expresó recientemente Diaz-Canel al clausurar el VII congreso de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba.

Ante esa situación, el Gobierno tiene entre sus objetivos incrementar la producción nacional, la inversión extranjera y las exportaciones, sustituir importaciones, fomentar los encadenamientos productivos, dotar de mayor autonomía a las empresas estatales y avanzar en la soberanía alimentaria.

El desarrollo turístico, de fuentes de energía renovable y de proyectos locales, la construcción de viviendas y el control de precios son otros puntos clave en la estrategia.

En junio el Ejecutivo anunció un paquete de medidas de estímulo, que incluyó un sustancial incremento salarial para el sector presupuestado, que benefició a más de 2,5 millones de personas.

También se otorgó una mayor autonomía al comercio minorista, se aprobaron nuevas normativas para evitar trabas al encadenamiento productivo y una flexibilización de la planificación económica, aunque sin perder su carácter centralizado.

Para estimular el desarrollo de las empresas estatales se les autorizó a retener parcialmente sus ingresos por sobrecumplimento.

El ministro de Economía, Alejandro Gil, adelantó entonces que también se estudia el uso de la criptomoneda y el desarrollo de una institución para respaldar el financiamiento productivo.

A mediados de año, el funcionario resaltó que el país logró en el primer semestre detener su espiral de endeudamiento externo, sobrecumplir la balanza comercial de bienes y servicios, recuperar la producción de un grupo de renglones y concluir importantes inversiones.

El anuncio esta semana de la próxima apertura de más de 70 tiendas para vender productos en divisas forma parte de este plan y busca combatir la fuga de capitales, indispensables para el desarrollo nacional.

Además, se permitirá a personas naturales importar determinados productos a través de empresas estatales.

Miles de cubanos viajan cada año al exterior para adquirir productos que luego venden a sobreprecio en el mercado interno, un proceso favorecido por una mayor demanda con respecto a la oferta.

Gil negó que el proyecto sea una dolarización de la economía, sino que busca ‘crear incentivos hacia lo interno del sistema empresarial para ir transitando de mecanismos centralizados en la asignación administrativa a métodos financieros’.

Pese a la hostilidad de Estados Unidos, Cuba desarrolla su economía para satisfacer la demanda interna y mejorar las conquistas alcanzadas por la Revolución.

Roberto Castellanos Fernandez

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