Cuba – Mi constitución

Una vez más hablaremos de frente. Si me pongo a recordar, yo, que tengo el privilegio de haber nacido con mi Revolución y vivido todas sus etapas, he perdido la cuenta de las veces que he tenido la oportunidad de exponer todos mis criterios en público y que esas opiniones, en muchos casos, se hayan convertido en leyes y regulaciones.

No todos en este maltratado mundo tienen esa posibilidad. Lo que se llama libertad de expresión, derecho que está propuesto que forme parte de la nueva Carta Magna, lo he ejercido y mucho.

Mi Constitución será hecha por todos. A partir de las opiniones de mucha gente sabia, experimentada y prestigiosa. Pero cuya propuesta seguramente sufrirá algunos cambios cuando el pueblo se forme en Constituyente y proponga variantes de anhelos y sueños. Porque ahí es donde está la clave de la democracia. Cuando se les da voz a todos. Y después de la voz vendrá el voto. No puedo pedir más.

Pero, realmente, ¿qué es lo que quiero?

Quiero una Ley de Leyes que no tenga que esperar infinitamente, (como ocurre en un lugar que no he visitado pero que todos conocen), por una enmienda para declarar la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer. Que exponga clara y rotundamente la NO discriminación por ninguna razón. O sea, que elimine de cuajo cualquier asomo de discriminación. Que no dependa de una coyuntura para que nuestros hijos pierdan el derecho a la educación y que nosotros, los padres, no tengamos que preocuparnos NUNCA porque se enfermen nuestros retoños y no puedan acceder a los servicios de salud por falta de dinero.

Quiero una Constitución que NO permita, (como sí es posible hacer en ese lugar que no he visitado, pero todos conocen), la adquisición de armas y que cualquier loco se vea impedido de ir a una tienda a comprar un fusil para después acribillar a balazos a nuestros hijos en sus escuelas. Donde la violencia de cualquier tipo y contra cualquier persona sea punible y que se hagan las leyes necesarias que respalden esa decisión.

Una Carta Magna que resguarde la cultura y el patrimonio histórico de mi nación. Porque en ese patrimonio están los que murieron para que pudiéramos armar una sociedad diferente y más justa. Porque esas son las bases de una cubanía de la que somos tan celosos. Y que nuestra bandera siga siendo respetada, más aún cuando la usemos en nuestros pechos orgullosamente.

Quiero una Ley Fundamental que nos proteja a todos de la injusticia que puede generar la concentración de la riqueza. Sin que esto signifique que se coarte el empuje individual en favor del bien común. Donde todos puedan tener el derecho de aportar para el bienestar de su familia y el suyo propio, pero sin olvidar que TODOS hacemos un tronco común: el de ser humanos.

Quiero una Ley de Leyes donde se castigue la destrucción de nuestra naturaleza, ese bien que ha hecho de nuestra Isla un lugar privilegiado en este mundo. Porque hay quienes han perdido la conciencia del cuidado del ambiente. Y hay que retornarlos al camino de la buena conducta.

Votaré por mi Constitución más justa. La que impedirá que perdamos algún día lo que hemos ganado durante tantos años de sangre y sudor. La que me hará mirar como siempre a mis semejantes no desde una altura o por debajo de un pedestal, sino como seres iguales en derechos y deberes. La que me haga sonreír a diario, sin importar los obstáculos, porque pueblo que no sonríe es nación destruida.

Y quiero, en fin, que nuestro pueblo siga sintiéndose cuidado y protegido. Porque siempre me he sentido así y no veo otra manera de desarrollarme y crecer como lo he hecho hasta ahora. Porque nací con la Revolución y soy de esos necios que después de casi 60 años, seguimos apostando todo por las ideas que nos legaron los que nos permitieron vivir en armonía, en solidaridad, y sin muertes por hambrunas o engaños.

Esa es mi Constitución. Pero no la mía sola. Es la tuya, la suya, la nuestra. Es la de nuestra gran familia cubana.

Porque yo también quiero seguir jugando a lo perdido. Y seré siempre más zurdo que diestro.

Omar Olazábal Rodríguez

Omar Olazábal Rodríguez: Filólogo. Profesor y Productor audiovisual. Fue Director de los Estudios Mundo Latino, Vicepresidente del Instituto Cubano de Radio y Televisión y dirigió la Oficina de Comunicación e Imagen de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). En la actualidad trabaja en el capítulo cubano de la Red de Intelectuales en Defensa de la Humanidad.

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