Declina alianza de Trump para cambio de régimen de Venezuela, pero Trudeau continua a la espera

La posición de Juan Guaidó en Venezuela tocó fondo y se ha visto además cómo se evapora gran parte de su apoyo internacional. El 6 de diciembre, los venezolanos acudirán a las urnas para elegir una nueva Asamblea Nacional. Desde las últimas elecciones de 2016, el autoproclamado “Presidente interino” Juan Guaidó, ha visto disminuir su popularidad interna —así como suposición en muchas naciones extranjeras.

De hecho, el año pasado, tras el regreso de Guaidó de una gira internacional —financiada por Estados Unidos— con el fin de obtener el respaldo para imponer más sanciones y el derrocamiento del Presidente electo Nicolás Maduro, Guaidó fue abucheado fuera del aeropuerto de Caracas. Fue inmensa la ira de los venezolanos del común contra un individuo que recientemente firmó un contrato con mercenarios, residentes en Estados Unidos, para derrocar al gobierno en un extraño complot fallido que ha llegado a ser conocido como la “Bahía de los Cochinillos”.

Ahora Guaidó y las facciones de derecha dentro de la Asamblea Nacional están boicoteando las elecciones, puesto que los líderes de la oposición juraron no reconocer el “falso” organismo electoral designado por la Corte Suprema. Se espera que el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y sus aliados ganen el 6 de diciembre.

Mientras que actualmente la posición de Guaidó en Venezuela está en su punto más bajo, el autoproclamado líder interino ha visto igualmente evaporarse gran parte de su apoyo internacional. Un comunicado de prensa del 14 de agosto del Departamento de Estado de Estados Unidos, titulado “Declaración conjunta de apoyo al cambio democrático en Venezuela,” afirma:

Hacemos un llamado a todos los partidos políticos e instituciones de Venezuela para que participen con prontitud o apoyen un proceso que establezca un gobierno de transición ampliamente aceptable, que administre unas elecciones presidenciales libres y justas, y empiece a colocar al país en el camino hacia su recuperación. Para una resolución pacífica y sostenible de la crisis se necesita un gobierno de transición que administre las elecciones presidenciales, de manera que ningún candidato obtenga una ventaja indebida sobre los demás.”

Por su parte, el Ministerio de Asuntos Mundiales de Canadá, emitió una declaración idéntica, pidiendo una “transición rápida y pacífica hacia la democracia” en Venezuela.

Juan Guaidó, uno de los líderes opositores de Venezuela, cada vez tiene menos apoyo internacional

Al igual que los líderes de la oposición venezolana, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, no reconocerán las próximas elecciones legislativas. A cambio, ellos exigen “un proceso que establezca un gobierno de transición ampliamente aceptable que administre elecciones presidenciales libres y justas”, cuyo término aún no se vence, y que necesariamente excluyan al Presidente Maduro. Esta es la fórmula habitual: una que establezca un pretexto para más sanciones, acciones violentas para el cambio de régimen e intentos de golpe abierto, todo ello orientado a avivar una revuelta entre el pueblo venezolano y un motín entre las fuerzas armadas.

Sin embargo, el comunicado de prensa emitido por el Departamento de Estado de Estados Unidos y el Ministerio de Asuntos Mundiales de Canadá presenta una notable disminución del número de países aliados que ahora están “comprometidos con el restablecimiento de la democracia en Venezuela”. Lo que solía ser una larga lista de más de 50 naciones se reduce ahora a tan sólo 19: Albania, Australia, Bahamas, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Estonia, Georgia, Guatemala, Haití, Honduras, Hungría, Israel, Kosovo, Letonia, Lituania, Panamá, Paraguay, Perú, República de Corea, Santa Lucía, Ucrania y Reino Unido.

Esta lista está muy lejos de la antigua y extensa coalición de docenas de Estados que hasta ahora habían reconocido y apoyado inequívocamente a Guaidó. El Departamento de Estado ni siquiera pudo obtener la firma de todos los miembros del Grupo de Lima —el organismo multilateral formado por 14 países, incluido Canadá, dedicado a buscar una “salida pacífica a la actual crisis de Venezuela”. No obstante, la lista de los Estados socios incluye ahora a Israel, junto con algunos de los aliados más serviles de Estados Unidos (y notables violadores de los derechos humanos y la democracia) como Bolivia, Chile, Colombia, El Salvador y Haití.

Resulta más intrigante que los dos rivales de Canadá en la puja por un asiento ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) en junio pasado, Noruega e Irlanda, no aparecen ahora en la lista de los países dedicados a “poner fin a la dictadura de Maduro”. Esto parece reivindicar a quienes habían presionado a la ONU y a otras organizaciones internacionales para que rechazaran la postulación de Canadá para obtener un escaño en el CSNU, citando el apoyo del gobierno de Trudeau a las acciones antidemocráticas en Venezuela, Bolivia y Haití, por citar tan sólo algunos ejemplos.

Incluso, en una reciente audiencia, muchos congresistas de Estados Unidos admitieron el fracaso de la política de la administración Trump en Venezuela:

Nuestra política en Venezuela durante el último año y medio ha sido un desastre sin paliativos”, declaró el Senador Chris Murphy, demócrata de Connecticut y miembro del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos. “Si no somos honestos al respecto, entonces no podremos autocorregirnos”. Murphy continuó declarando que el apoyo estadounidense a las fuerzas opositoras de Venezuela ha dado a Maduro la oportunidad de etiquetar a Guaidó como el ‘chivo expiatorio estadounidense’, mientras se fortalecía el apoyo a su gobierno en todo el mundo.”

Irónicamente, Trump pudo haber estado en una mejor situación si hubiese considerado algunas de las aperturas diplomáticas provenientes del gobierno venezolano. Su Ministro de Relaciones Exteriores, Jorge Arreaza, escribió una opinión al Consejo de Asuntos Hemisféricos (Council on Hemispheric Affairs, COHA), donde afirmaba: “Trump estaria melhor se seguisse seu instinto inicial de dialogar com o presidente Maduro. Um diálogo respeitoso com a Venezuela está mais de acordo com os interesses do eleitorado americano.”

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en la mira de Washington

Tras haber admitido los intentos fallidos de golpe de Estado en una reciente reunión del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, llevada a cabo el pasado 4 de agosto, no sorprende que el video de YouTube del Senador Murphy haya llegado a ser tan popular. Durante la audiencia, Murphy, dirigiéndose al Representante Especial para Venezuela, Elliott Abrams, lo presionó ante la desastrosa política de la administración para Venezuela, que “ha dejado a Estados Unidos en una posición más débil, no ha logrado restaurar la democracia y ha permitido que la situación humanitaria empeore”. Murphy continuó:

[Nosotros] pensamos que lograr que Guaidó se autoproclamara Presidente sería suficiente para derrocar al régimen. Luego pensamos que colocar ayuda en la frontera sería suficiente. Luego intentamos construir una especie de golpe de Estado en abril del año pasado, y explotó en nuestra propia cara cuando todos los generales que se suponía que romperían con Maduro, al final decidieron quedarse con él… Creo que esto es sólo una receta para quedarnos atrapados en una espiral descendente de la política estadounidense de la que no podemos deshacernos nosotros mismos.”

Los medios canadienses deberían adoptar una postura crítica similar respecto a los dudosos intentos del gobierno de Trudeau de derrocar al régimen de Maduro, incluyendo su error al no condenar a Guaidó por su asociación con mercenarios estadounidenses armados para fomentar un golpe violento dentro de Venezuela. Cualquier otra cosa es un respaldo a las políticas fallidas lideradas por Estados Unidos durante generaciones en América Latina, que han contribuido a la violencia y a la desestabilización en todo el hemisferio.

Les invitamos a unirse al Instituto Canadiense de Política Exterior (CFPI) el jueves 20 de agosto, para participar un evento histórico con el Ministro de Relaciones Exteriores venezolano, Jorge Arreaza, quien hablará directamente desde Caracas acerca de la injerencia de Canadá en Venezuela y el apoyo del gobierno de Trudeau al autoproclamado “Presidente interino” Juan Guaidó. El evento está patrocinado por Canadian Dimension. Puede inscribirse en el seminario web aquí.

Arnold August

Arnold August: Periodista y conferencista canadiense, es el autor de los libros Democracy in Cuba and the 1997–98 Elections (1999), Cuba y sus vecinos: Democracia en movimiento (2014) y Relaciones Cuba-EE.UU.: ¿Qué ha cambiado? (2018).

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