Dragana Trifkovic: Serbia no necesita un diálogo sobre Kosovo, sino sobre la integración europea

 Ahora que las circunstancias globales han cambiado y que los Estados Unidos y la OTAN están perdiendo su influencia y que las potencias que apoyan la preservación de Kosovo y Metohija serbia, como Rusia y China, son cada vez más importantes, perseguimos una política de rendición 

El objetivo del diálogo interno dirigido por el presidente serbio Aleksandar Vucic debería ser transmitir las responsabilidades y servir de cobertura para el abandono definitivo de Kosovo y Metohija.

El gobierno constantemente nos asegura que nunca reconocerá Kosovo como un Estado independiente, pero aquí debemos acentuar una cosa: se supone que no deben anunciar al público que Kosovo es un Estado independiente ni que lo reconocen como tal. Nadie pide un reconocimiento tan claro de ellos. El problema es que instigan la independencia de Kosovo mediante la implementación de sus políticas, sin definir claramente y comunicar al público lo que realmente están haciendo. Si aceptamos que la llamada independencia de Kosovo depende exclusivamente del consentimiento de Serbia, y que, sin el consentimiento de Serbia, los Estados Unidos no pueden implementar un nuevo mapa de los Balcanes, la responsabilidad de las autoridades de Belgrado se vuelve aún mayor.

Recientemente, revisé el libro “WikiLeaks – Secretos de los despachos de Belgrado” del autor Nikola Vrzić, publicado en 2011, es decir antes de la llegada al poder del Partido Progresista de Serbia. Él analiza las cartas e informes confidenciales originales de diplomáticos extranjeros que revelan los planes de las potencias occidentales para la secesión de Kosovo de Serbia, así como la actitud de las autoridades democráticas anteriores en Serbia sobre este tema.

Continuidad de la política equivocada

Al comienzo del libro, el autor describe al presidente anterior y dice que “no pudo decidir entre la capitulación, la traición y el miedo de su propio pueblo, y que voluntariamente eligió la capitulación y la traición”.

Si nos olvidamos de que estas palabras son dedicadas a Boris Tadic, ¿podríamos identificarlas hoy con el presidente actual?

Luego, el autor analiza la estrategia estadounidense K1, mediante la cual quieren convencer a los serbios de que Kosovo no es importante para ellos. No hay camino más abierto que aquel en el que el presidente del Estado de Serbia dice que no deberíamos celebrar y glorificar las derrotas (pensando en la batalla de Kosovo) sino que deberíamos glorificar al héroe, al gran líder militar y estratega Murad, para quien “estas personas ni siquiera son lo suficientemente buenas como para ser sus subalternos”.

Los despachos de WikiLeaks de 2007 muestran claramente que los funcionarios de la UE están pidiendo a Serbia que reconozca Kosovo antes de integrar la UE. Aparece así la cuestión de si Aleksandar Vucic descubrió este hecho recientemente cuando declaró a Arandjelovac que teníamos que cambiar radicalmente nuestra actitud hacia Kosovo para poder ser miembro de la UE. En su nueva declaración a la prensa, pidió un debate público, es decir, un diálogo interno establecido, con soluciones ya preparadas, y apeló al profesor Kutlesic, que presentó la idea de “una real unión de Serbia y Kosovo” en la primera mesa redonda organizada con respecto al diálogo interno sobre Kosovo.

Finalmente, este libro también debería recordarnos el modelo de las dos Alemanias, ya mencionado en 2007 por la diplomacia alemana como una solución que se ofrece a Serbia y que implica un modelo de coexistencia con un Kosovo independiente (algo similar a lo que el profesor Kutlesic nos sugiere generosamente). El autor comentó que, desde 2008, la política de Kosovo se ha reducido a “una aplicación poco convincente de la variante pervertida de los dos modelos alemanes en los Balcanes, en la que Serbia no reconoce Kosovo, pero al mismo tiempo empuja a los serbios de Kosovo dentro de los brazos de Pristina. Pero sólo temporalmente hasta el reconocimiento final por Serbia de un Kosovo independiente, en nombre de una integración europea sin fin.”

El reconocimiento no-declarado

Ahora surge la pregunta de ¿por qué muchos analistas políticos independientes, tal como se presentan, no analizan la política serbia de Kosovo desde 2012 a la luz de los despachos de WikiLeaks del período anterior? Porque llegarían a la conclusión de que el gobierno actual ha dado pasos mucho más grandes y audaces hacia el establecimiento del Estado de Kosovo y la expulsión de los serbios bajo los auspicios de un Kosovo independiente, que el gobierno precedente.

Está bastante claro que la política del Occidente hacia Serbia no ha cambiado, pero sólo han cambiado las figuras políticas en Serbia que han implementado tal política y todo lo que se hizo desde 2012 es coherente con el plan para el cumplimiento de la independencia de Kosovo.

En vez de prometer a revocar los acuerdos firmados por el gobierno anterior, el Partido Progresista Serbio (SNS) firmó el Acuerdo de Bruselas, y podemos ver que está comprometido a firmar un acuerdo integral sobre la normalización de las relaciones con Pristina, que debería marcar un cambio radical para Kosovo, lo que significa que Serbia debería abandonar Kosovo. Al firmar dicho tratado con Pristina, Serbia reconocerá a Kosovo.

En cuanto a la situación de los serbios en Kosovo y Metohija, también ha cambiado drásticamente desde 2013 y la firma del Acuerdo de Bruselas, y también desde el desmantelamiento de las barricadas, el establecimiento de una frontera y las aduanas entre el Kosovo y el resto de Serbia, la supresión de las instituciones estatales de Serbia en el territorio de la provincia, la integración de la policía y la justicia en el sistema de Kosovo, la participación de la “Lista serbia” “en las instituciones que funcionan de conformidad con la Constitución y las leyes de la República de Kosovo, la asignación de un código telefónico internacional a Kosovo y todas las demás medidas que contribuyen a la aplicación de la independencia de Kosovo.

Serbia le dio la espalda a los Serbios de Kosovo

La posición desesperada de los Serbios se refleja en el siguiente hecho. Los serbios en Kosovo y Metohija se enfrentaron a muchos peligros que les habían amenazado por la parte de los albaneses durante años, pero no obstante decidieron quedarse en sus casas y luchar por la supervivencia del Estado serbio en Kosovo y Metohija. Sin embargo, cuando sintieron que su propio país les daba la espalda, que tenía una actitud hostil hacia su renuencia a convertirse en ciudadanos de la República de Kosovo y que los dejaron solos en su lucha por la supervivencia, sólo entonces sintieron una total desesperación. Visité los enclaves serbios de Kosovo alrededor de un año después de la firma del Acuerdo de Bruselas, y los habitantes de Gracanica, Orahovac y Velika Hoca me dijeron que habían perdido la esperanza y que, desde la firma del Acuerdo de Bruselas, muchos serbios decidieron vender sus casas.

Por otro lado, observamos que la parte albanesa no ha hecho nada en el proceso de negociación que sería beneficioso para nosotros y que ni siquiera está lista para dar su consentimiento a la creación de la Comunidad de Municipios serbios que debería operar como organización no gubernamental de conformidad con la Constitución y las leyes de la República de Kosovo.

Serbia está ahora en una situación absurda, dado el hecho de que nos opusimos a la OTAN cuando estaba en el apogeo de su poder, así como a los Estados Unidos, que era la única potencia mundial en el mundo en esa época.

Ahora que las circunstancias globales han cambiado y que los Estados Unidos y la OTAN están perdiendo su influencia y que las potencias que apoyan la preservación de Kosovo y Metohija serbia, como Rusia y China, son cada vez más importantes, perseguimos una política de rendición.

 

En un momento en que la separación violenta de Kosovo y Metohija de Serbia ha desencadenado una ola de separatismo en la UE, no cuestionamos a los funcionarios de Bruselas sobre su responsabilidad. Cuando la política exterior agresiva de los Estados Unidos ha llevado a migraciones históricas de Medio Oriente hacia Europa, debido al bombardeo y la destrucción de los países de Medio Oriente, no preguntamos quién es el responsable de eso. ¿Quién es responsable del aumento del terrorismo en el mundo?

En lugar de hacer preguntas, queremos aceptar los problemas de Bruselas y compartirlos con ellos, aunque como Estado no tenemos responsabilidad por los problemas que han surgido, y que nosotros mismos somos la parte perjudicada.

El último momento

La única manera de preservar Kosovo en Serbia y restablecer la soberanía es examinar drásticamente la política de integración europea, porque ella es la clave de todo. Es necesario tener un diálogo abierto sobre la integración europea en Serbia, y no un diálogo sobre Kosovo-Metohija, porque nosotros, como sociedad, tenemos que considerar los beneficios reales que Serbia puede obtener uniéndose a la UE y, en segundo lugar, estudiar las consecuencias que vamos a soportar. Vemos que el apoyo a la pertenencia de Serbia a la UE ha aumentado y que los Estados Unidos están decididos a definir la situación en los Balcanes para su propio beneficio.

Esto es útil para ellos por varias razones: primero, debido a la obligación de Serbia de firmar un acuerdo de paz con Pristina, y, por otro lado, es para ellos la forma ideal para separar la Rusia de Serbia y de los Balcanes, ya que el proceso de integración europea es contrario al desarrollo de las relaciones con Rusia. En el próximo período, será una tarea clave para el Occidente, donde la atención se centrará en Serbia, porque Serbia es un país central de los Balcanes, no es sólo una parte de los Balcanes Occidentales, como suelan presentarnos. Sin interrumpir los vínculos entre Serbia y Rusia, en el contexto geopolítico actual, toda la influencia occidental en los Balcanes ha sido cuestionada hasta el momento. Por otro lado, si Serbia rompe sus vínculos con Rusia, perderá en el largo plazo todas las posibilidades de preservar su soberanía y su integridad.

Como sociedad, debemos pedir a los líderes políticos que declaren las negociaciones con Pristina en Bruselas como fallidas, exigir el retorno del diálogo sobre Kosovo dentro de la ONU y, con la ayuda del derecho internacional, la resolución 1244 de las Naciones Unidas y nuestros aliados que también respetan el derecho internacional, volver a nuestras posiciones de negociación y al mismo tiempo establecer un diálogo interno sobre la integración europea.

Dragana Trifkovic

Dragana Trifkovic: Director del Centro de Estudios Geoestratégicos (Belgrado, Serbia).

 Traducido del serbio por Svetlana MAKSOVIC.

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