EE.UU., un Estado paria tras anunciar salida del acuerdo climático

El calificativo de Estado paria dado por la expresidenta irlandesa y otrora enviada especial de la ONU para el Cambio Climático, Mary Robinson, resume en buena medida el repudio mundial a la decisión de Estados Unidos de abandonar el Acuerdo Climático de París.

La víspera, el presidente Donald Trump, anunció la retirada del pacto firmado en diciembre de 2015 por 195 países, un instrumento ratificado ya por 147 naciones, entre ellas Estados Unidos, para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mantener el incremento de las temperaturas por debajo de los dos grados centígrados, 1,5 de ser posible, respecto a los niveles preindustriales.

Según la mayoría de los científicos vinculados al tema, ese límite pudiera representar la diferencia entre la supervivencia y la destrucción de la especie humana.

Un Estado paria es aquel cuya conducta se considera como fuera de las normas internacionales, término empleado por Robinson en la respuesta al anuncio de Trump por The Elders, un grupo de veteranos políticos fundado hace una década por el fallecido líder sudafricano Nelson Mandela para promover la paz mundial.

La decisión generó reacciones inmediatas en los cinco continentes y en el seno de las Naciones Unidas, organización que propició el acuerdo de la capital francesa, sin dudas uno de los logros más importantes del multilateralismo.

El secretario general de la ONU, António Guterres, señaló a la medida como una gran decepción para los esfuerzos dirigidos a reducir las emisiones de gases contaminantes y promover la seguridad global.

‘El acuerdo de París fue adoptado por todas las naciones del mundo en 2015, porque reconocen el inmenso daño que el cambio climático ya está causando’, advirtió en una declaración.

Por su parte, el alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra´ad Al Hussein, afirmó que la decisión de Trump es inconsistente con las obligaciones estadounidenses en materia de derechos humanos y con aquellos afectados por el fenómeno.

Estados Unidos no es el mundo

A propósito del anuncio de Trump, el presidente de la Asamblea General de la ONU, Peter Thomson, minimizó su impacto, bajo el argumento de que esa iniciativa cuenta con un claro apoyo mundial.

Thomson comentó aquí a periodistas que el Acuerdo Climático y la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, ambos instrumentos logrados en 2015, representan una buena respuesta para la preocupación de cómo será el mundo que dejaremos a las futuras generaciones.

‘La buena noticia es que la mayoría de los seres humanos, incluyendo los ciudadanos estadounidenses, según las encuestas, están comprometidos con esas iniciativas’, subrayó.

Para el diplomático fijiano, los actuales habitantes del planeta deben pensar en un futuro seguro para quienes los sucederán, objetivo que guía al Acuerdo Climático y la Agenda 2030.

En declaraciones a Prensa Latina, el embajador de Seychelles ante la ONU, Ronny Jumeau, instó a no estar tan atentos a la decisión de un país de abandonar el acuerdo, aún cuando se trate de un gran contaminante, cuando la inmensa mayoría opta por mantener su respaldo al mismo.

‘No es verdad que estamos ante un vaso lleno que quedará vacío si Estados Unidos sale’, sentenció.

Según Jumeau, en este escenario generado por la nueva administración de la Casa Blanca llegan noticias alentadoras, como el interés de otros grandes emisores de gases de efecto invernadero (China y la India) de mantener y hasta aumentar sus compromisos.

No es tan sencillo

Trump atribuyó la decisión de abandonar el acuerdo a las supuestas condiciones injustas que impone a los negocios y los trabajadores estadounidenses.

Sin embargo, la salida no es abrupta, a partir del propio texto del instrumento internacional.

Al analizar el paso de la Casa Blanca, expertos recuerdan que un país es elegible para abandonar el acuerdo tres años después de su entrada en vigor, plazo al que sigue un año de espera hasta oficializarse la retirada.

Si Trump opta por esta vía, Estados Unidos dejaría el Acuerdo Climático en noviembre de 2020, cuando se celebrarán las elecciones presidenciales en ese país.

La otra posibilidad tiene que ver con la renuncia por Washington a la Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático, establecida en 1992, proceso que tomaría un año, pero alejaría a Estados Unidos del mecanismo internacional de reuniones y negociaciones acerca del tema.

Waldo Mendiluza

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