El incierto camino de la Unión Europea
Resulta ya evidente que la extrema subordinación político-militar de la Unión Europea a los intereses geopolíticos de Estados Unidos para tratar de debilitar a Rusia ha costado a esos países un alto deterioro económico, además del descrédito en la arena internacional.
El diario inglés Financial Times ha calculado que las “sanciones” antirrusas aplicadas por la UE han provocado que las empresas que tenían negocios en Rusia hayan tenido pérdidas por más de 100 000 millones de euros, especialmente las de petróleo y de gas, así como las compañías financieras, aseguradoras, bancos, servicios públicos y de las industrias automovilísticas.
Y es que al seguir a Estados Unidos, en la obsesión por tratar de destruir a Rusia, Europa va en contra de sus propios intereses, pues ha tenido que pagar altos precios por recibir combustibles mucho más caro, mayormente procedentes de Washington y la par ha roto importantes convenios y transacciones con el gigante euroasiático.
Un informe publicado por la agencia Eurostat señala que el volumen de petróleo ruso importado por los países de la UE disminuyó del 29,2% (en 2021) al 2,3% (en junio de 2023), y de gas del 38,5% al 12,9%, para el mismo período.
El precio por “liberarse de la dependencia” del combustible ruso, como lo exigió Washington desde el primer momento, es de alrededor de un billón de euros, lo cual ha resultado un negocio calamitoso.
Las consecuencias de este desastre ya lo admiten instituciones y diversos dirigentes.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) asegura que por lo menos más de la mitad de los países de la zona del euro experimentarán recesiones técnicas con al menos dos trimestres consecutivos de contracción de la producción.
La oficina estadística Eurostat comunicó que las declaraciones de quiebra en la Unión Europea alcanzaron el máximo de los últimos ocho años entre abril y junio de 2023.
En el segundo trimestre de 2023, el número de declaraciones de quiebra de empresas de la UE aumentaron por sexto trimestre consecutivo. En comparación con el trimestre anterior, creció un 8,4 % y, por lo tanto, alcanzó su nivel más alto desde que empezó la recopilación de datos en 2015.
En comparación con el cuarto trimestre de 2019, previo a la pandemia, las quiebras se dispararon un 82,5 % en hostelería y restauración y un 56,7% en transporte y almacenamiento.
El ministro húngaro de Asuntos Exteriores, Peter Szijjarto fue directo al afirmar que las sanciones impuestas por Occidente contra Rusia no dieron resultados, convirtiéndose en el hazmerreír mundial. Y añadió, en todo el planeta se ríen de la política de sanciones europeas antirrusas, y las afirmaciones sobre que estas restricciones pusieron de rodillas a Moscú serían una «exageración poética«.
La ministra de Asuntos Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock reconoció que las sanciones económicas deberían tener un impacto contra Rusia pero ese no ha sido el caso.
Otros se están dando cuenta de la prepotencia que siempre ha caracterizado a los personeros de la Casa Blanca como escribió en The Telegraph, Gérard Araud: “cuando fui embajador de Francia en Washington, comprendí hasta qué punto nuestros supuestos herederos [Estados Unidos] nos veían con una mezcla de indiferencia, cansancio y negligencia. Éramos la vieja tía cuyas divagaciones eran más o menos gentilmente ignoradas».
Uno de los mayores golpes económicos, por negarse a recibir el gas ruso, lo ha recibido Alemania, considerada la locomotora de la Unión.
El Gobierno federal alemán confirmó que la economía del país ha estado en desaceleración durante tres trimestres consecutivos hasta finales de junio.
La inflación sacude el consumo de los hogares, las administraciones públicas se han debilitado, aumentaron las quiebras de importantes empresas y la inversión se contrajo.
Otro índice negativo es que al aumentar la falta de empleo por quiebras inesperadas trae como consecuencia directa que se eleven las tasas de pobreza.
Datos de la Federación Europea de Asociaciones que trabajan con personas sin hogar (Feantsa) indican que más de 900 000 personas viven en la calle en la Unión Europea y en el Reino Unido, una cifra mayor a la de 2019.
Ante estas realidades cabe preguntarse, ¿hasta que punto seguirá la UE siguiendo las directrices emanadas desde Washington? Cada día se comprueba más fehacientemente que los dirigentes de la Unión, en su gran mayoría millonarios con acciones en grandes compañías, les están dando la espalda a sus ciudadanos para congraciarse con Estados Unidos.
Lo cierto es que la política de extorsiones contra la Federación Rusa ha fracasado pues esta nación se ha ubicado entre las cinco economías mayores del mundo.
A Occidente, al parecer, el tiro le salió por la culata.
Hedelberto López Blanch
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