El milagro chino
El Comandante Chávez se dio a la tarea de fortalecer las relaciones con la República Popular China, al punto de consolidar una sólida Asociación Estratégica Integral, en cuyo marco han sido suscritos más de 500 acuerdos de cooperación bilateral
I
El venidero mes de julio el Partido Comunista de China (PCCh) arribará a sus 100 años de existencia, siempre a la vanguardia de las batallas que a lo largo de este tiempo ha correspondido librar al valiente Pueblo de Mao Tse-Tung; a fin de materializar el planteamiento del socialismo con peculiaridades chinas en una nueva era.
En lo personal, la Revolución China siempre fue concebida como un referente importante a la hora de analizar los retos que debíamos enfrentar los Pueblos de Nuestra América para alcanzar la transformación profunda de la realidad imperante, desde aquellos años en los que comencé mi militancia en la izquierda venezolana; momento en que estudiábamos acerca del pensamiento del camarada Mao Tse-Tung y, de manera particular, en relación con la denominada Gran Revolución Cultural Proletaria, orientada a estremecer los cimientos del país e iniciar una verdadera transición al socialismo.
Valorábamos dicho pensamiento desde una óptica profundamente reflexiva y bajo la convicción de que esa experiencia nos permitiría nutrir los fundamentos de lo que ya era nuestro proyecto de liberación nacional, de que resultaba correcta la máxima de combinar el estudio con la praxis revolucionaria. Se nos quedó para siempre grabada en la mente la frase: “el imperialismo y todos los reaccionarios son tigres de papel…parecen temibles pero en realidad no son tan poderosos…no son los reaccionarios sino el Pueblo quien es realmente poderoso”.
Con esas influencias nos formamos, dándonos a la tarea de conocer, así como en el caso chino, otras experiencias que nos permitieran fortalecer el constructo ideológico que sustentaría las batallas que estábamos seguros nos tocaría librar contra el imperialismo y, al mismo tiempo, contra quienes desde una postura revisionista y/o reformista, y dogmática, pretendieran desvirtuar las verdaderas bases programáticas de nuestra construcción socialista.
II
Después del triunfo de la Revolución Bolivariana, el Comandante Chávez se dio a la tarea de fortalecer las relaciones con la República Popular China; al punto de consolidar una sólida Asociación Estratégica Integral, en cuyo marco han sido suscritos más de 500 acuerdos de cooperación bilateral, en materia de ciencia y tecnología, telecomunicaciones, educación, petróleo, construcción de viviendas, minería, seguridad y salud, entre otras áreas.
Este acercamiento entre ambos Pueblos, ha permitido evidenciar como rasgos que hermanan a las Revoluciones China y Bolivariana, salvando por supuesto las distancias históricas y refiriéndonos fundamentalmente al horizonte actual; la importancia conferida al rescate de las tradiciones, la cultura ancestral y la historia Patria. También, ha quedado al descubierto el acento que ambos procesos revolucionarios ponen en la lucha contra la pobreza, el respeto a la naturaleza y la protección del medio ambiente, y en general, el marcado rostro humano que los caracteriza; así como la perspectiva común por consolidar el mundo multicéntrico y pluripolar que nuestros países anhelan para beneficio de todas y de todos, y que tan acertadamente previera el Comandante Eterno.
En el caso chino, resulta además preciso destacar el rol desempeñado por el centenario Partido Comunista de China (PCCh) en todo este proceso, propiciando la participación popular y manteniendo su fidelidad a los principios ideológicos legados por sus fundadores; lo cual junto a una acertada conducción hoy del camarada Xi Jinping, en el marco de la política de la reforma y apertura, ha posibilitado alcanzar los objetivos propuestos por esa nación, con serenidad, conciencia clara y férrea voluntad de paz y entendimiento. Ello, al tiempo que ha logrado mantener una posición firme y valiente contra el injerencismo norteamericano, en favor de la autodeterminación de los Pueblos y en apoyo a países que, como Venezuela, reciben los incesantes ataques del imperialismo y sus aliados.
Vale decir, tanto China como Venezuela nos identificamos plenamente en la lucha por un mundo nuevo, que como hemos dicho antes en esta columna, no sólo es posible sino sumamente necesario.
III
El denominado milagro Chino, no es más que el resultado de la aplicación exitosa de un bien concebido plan estratégico de largo aliento, que ha permitido, con esa visión humanista a la que hemos hecho mención previamente, ir adaptando éste a las nuevas realidades, sin desatender los principios originarios; y, al mismo tiempo, revitalizar las bases de la Patria de Mao Tse-Tung, apalancando la construcción de un país socialista moderno, que es hoy ejemplo de prosperidad y rescate de su identidad cultural, a partir de la definición y planificación de nuevas etapas de desarrollo, sustentadas en patrones que las orientan y aseguran su realización en el tiempo. Ello, ha impactado en la profundización de los logros alcanzados, generando mayores niveles de estabilidad y seguridad social, y en esa misma medida, avanzando hacia el objetivo de procurar una sociedad medianamente acomodada.
En esa perspectiva, y aún en medio de una compleja coyuntura como la actual, signada por la brutal arremetida imperial contra nuestros Pueblos y la batalla que libramos como humanidad frente a la pandemia del Covid-19; el hermano Pueblo chino ha logrado impulsar un crecimiento económico y una lucha sin cuartel contra la pobreza en estos últimos años, que ha permitido elevar de manera extraordinaria sus niveles de vida, un propósito que se convirtió en eje central del pensamiento del camarada Xi Jinping y cuyos logros han sido reconocidos internacionalmente.
Los desafíos del Pueblo chino en un mundo como el de hoy, sacudido por la profunda crisis del sistema capitalista y por la pretensión de imponernos anacrónicas doctrinas supremacistas; son también los de la Patria de Bolívar y de Chávez, lo cual nos plantea la imperiosa necesidad de continuar trabajando con determinación por la unidad, la solidaridad y la cooperación entre las naciones. Como nunca, urge fortalecer nuestros lazos de amistad y solidaridad mutua para consolidar un monolítico centro contrahegemónico, para continuar mostrando que solo con la construcción socialista seremos capaces de vencer los males que impone a los Pueblos el capitalismo; tarea en la que la hermana República Popular China tiene una valiosa experiencia que aportar.
Estoy convencido de que lo lograremos, para beneficio de los Pueblos de China y de Venezuela, y de todo el planeta.
Adán Chávez Frías
Adán Chávez Frías: Docente universitario, físico y político venezolano, actual Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de Venezuela ante la República de Cuba.
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