Estados Unidos: Cuando los (140 millones de) pobres vienen marchando

El lunes 11 de abril cientos de pobres marcharon frente a la Bolsa de Valores de Nueva York. Esta marcha fue una de 12 movilizaciones regionales en preparación para una magna «marcha moral» nacional de y por los pobres y trabajadores de bajos ingresos, programada para el 18 de junio. Los pobres vienen marchando  para «irrumpir» y «transformar» al país desde abajo.

“Fui hacia la casa del rico, / y le arrebaté lo que me había robado, /recuperé mi humanidad, / mi dignidad. / Fui a Wall Street y recuperé lo que me robaron. / No voy a dejar que el sistema me atropelle», cantaron los manifestantes de la Campaña de los Pobres, resucitando la última iniciativa del reverendo Martin Luther King  medio siglo atrás.

King, asesinado a los 39 años el 4 de abril de 1968, cambió para siempre Estados Unidos. Entre los hitos de su activismo se encuentran el boicot al Servicio de Autobuses de Montgomery en 1955, que puso fin a la segregación en el transporte público, la organización de la Marcha sobre Washington por el Trabajo y la Libertad, en 1963, donde pronunció su famoso discurso “Tengo un sueño” y la aprobación de la Ley de Derechos Civiles de 1964 y la Ley de Derechos Electorales de 1965.

Se opuso a la Guerra de Vietnam y forjó una alianza multirracial de todos los sectores empobrecidos, a la que llamó Campaña de los pobres, que procuraba, “una redistribución radical del poder económico y político”. Medio siglo después, en 2018, se formó nuevamente una coalición para organizar a los pobres, inspirada en lo que King calificó como “una fuerza nueva y provocadora”, para luchar contra la pobreza y forjar cambios significativos.

La manifestación neoyorquina de abril de 2022, con los mismos postulados, culminó en un mitin en la histórica iglesia Trinity, que preside Wall Street, donde el codirector de la campaña, reverendo William Barber, uno de los herederos de King, declaró que el objetivo es «salvar a este país de sí mismo».

“Nuestra política esté atrapada en la mentira de la escasez, de la mentira neoliberal… donde culpan a los pobres de la pobreza”, un país en donde casi la mitad de la población –140 millones– vive en pobreza o con ingresos bajos, donde unos 250 mil mueren al año por pobreza y donde lo único que sí falta en éste, el país más rico del mundo, es «conciencia moral», dijo Barber en la iglesia Trinity.

El mosaico multiracial y transgeneracional de manifestantes repitiendo versos sobre solidaridad y dignidad social, y pancartas con la proclama: «todos tienen el derecho de vivir» y «todos nos elevamos cuando nos levantamos desde abajo», sorprendió al centro financiero y a los turistas, relata David Brooks.

La reverenda Liz Theoharis, codirectora de la Campaña de los Pobres, declaró que este movimiento de «fusión» de varios sectores y luchas sociales busca ser «perturbador» y tiene como demanda «una redistribución radical del poder político y económico». Y a la salida de la iglesia entonaron en español los versos de la vieja canción de lucha social: “No, no nos moverán»,

La pobreza, una elección política del poder

«EE.UU. es uno de los países más ricos, poderosos y tecnológicamente innovadores del mundo; pero ni su riqueza ni su poder ni su tecnología se están aprovechando para abordar la situación en la que 40 millones de personas continúan viviendo en la pobreza», indicaba hace un quinquenio el entonces relator especial de la ONU para extrema pobreza y derechos humanos, Philip Alston.

Entre otras cosas, Alston señaló que «particularmente en un país rico como EE.UU. “la persistencia de la pobreza extrema es una elección política hecha por aquellos en el poder». Dijo que EE.UU. tenía la mayor mortalidad infantil en el mundo desarrollado, que la expectativa de vida de sus ciudadanos era menor y menos saludable que en otras democracias ricas, y que su pobreza y desigualdad estaban entre las peores del club de países ricos OCDE, y su tasa de encarcelamiento entre las mayores del mundo.

Hay dos razones clave detrás de la pobreza: uno está asociado a la forma de encarar el asunto. El otro es económico. EE.UU. carece de una red firme de protección social o de un sistema de apoyo a los ingresos de las personas como tienen otros países, por ejemplo con prestaciones por hijos a cargo.

Los programas de bienestar social que implementó en las últimas décadas, como los cupones de alimentos o el seguro de desempleo, le permitieron reducir algunos escasos puntos su tasa de pobreza. Para explicar esto suelen señalarse factores de tipo cultural.

«Tendemos a ver la pobreza en EE.UU. como un fracaso individual, es decir, que las personas no trabajan lo suficiente, están tomando malas decisiones, no tienen suficientes habilidades y ese tipo de cosas. Por lo tanto, depende de ti levantarte. El resultado es que realmente no hacemos mucho en términos de política social para sacar a la gente de la pobreza», agrega Mark Rank,  profesor de la Universidad de Washington en St. Louis, considerado uno de los mayores expertos en pobreza en el país.

A esto se suman las diferencias raciales: las minorías aquí sufren el problema de una forma desproporcionada. Mientras que 11% de los niños blancos en EE.UU. viven en la pobreza, esa tasa llega a 32% para los niños negros y a 26% para los niños latinos, concluyó el Centro de Datos Kids Count en base a estadísticas de la oficina del censo.

«La pobreza a menudo se considera un problema para los no blancos y eso también reduce la voluntad de ayudar a los demás», dice Rank. «Hay estudios que muestran que en países más homogéneos en términos de raza y etnia hay una red de seguridad más robusta, porque las personas ven a otros como parecidos a ellos y es más probable que estén dispuestas a ayudar», agrega.

Por otro, los expertos apuntan a un factor económico: el deterioro del mercado laboral de EE.UU. para los trabajadores de menores salarios, que son cerca de 40% del total y han sufrido pérdidas en sus ingresos reales en las últimas décadas. Esto es atribuido a diversos motivos, desde la desindustrialización y el debilitamiento de los sindicatos, hasta las transformaciones tecnológicas.

La economía de EE.UU. creció un 5,7% en 2021, señalaron el New York Times,  Washington Post. Reuters, Voice of America, Financial Times, CNN, Market Watch. Y, entonces, ¿por qué el índice de aprobación del presidente Joe Biden está en su punto más bajo? ¿Y por qué muchos estadounidenses pasan literalmente hambre?

La inflación general alcanzó otro máximo interanual de cuatro décadas en marzo, impulsado por el aumento vertiginoso de los costos de la energía y de los alimentos. Ante este incremento, producto de las restricciones de suministro y la fuerte demanda de los consumidores, la inflación de Estados Unidos se aceleró a 8.5 por ciento en marzo, un nuevo máximo desde diciembre de 1981, según datos de la Oficina de Estadísticas Laborales.

El 56% de los estadounidenses no puede obtener unos mil dólares mensuales como gasto de emergencia de sus ahorros existentes, señaló la CNBC. Uno de cada 10 adultos pasó hambre el pasado mes de diciembre como consecuencia de la pobreza, agregó Forbes.com, mientras que el Centro de Pobreza y Política Social de la Universidad de Columbia reveló que la tasa de pobreza infantil es del 17%, «una de las más altas entre los países desarrollados”.

Tres cuartas partes de los trabajadores estadounidenses afirmaron que «les resultaba muy o algo difícil llegar a fin de mes», según un estudio de Shift Project recogido en NBC News online. El 40 por ciento de los trabajadores encuestados dijo que no es capaz de reunir 400 dólares en dinero para emergencias y alrededor del 20 por ciento  dijo que pasaba hambre porque no podía permitirse comer lo suficiente.

En una encuesta de opinión nacional (Reuters/Ipsos) publicada el 3 de febrero, sólo el 41% de los adultos estadounidenses aprobaba la actuación presidencial, mientras que el 56% lo desaprobaba. La trayectoria descendente de la gestión del casi octogenario Biden se fue acentuando desde poco después de que se alojara en la Casa Blanca.

Ramzy Baroud señala que para evitar dar respuestas reales a preguntas difíciles sobre el bienestar de los estadounidenses, sobre el funcionamiento real de sus instituciones democráticas y sobre la corrupción existente en el sistema político, los demócratas y sus medios de comunicación culpan a sus rivales republicanos y temen el retorno de Donald Trump, o crean distracciones en materia de política exterior.

Siguen hablando de una «amenaza china» y ahora de la invasión rusa de Ucrania, mientras que la verdadera amenaza es la de los políticos desprendidos que amasan riquezas, luchan por el poder y el prestigio mientras 140 millones de estadounidenses  pasan hambre.

La desigualdad de ingresos y riqueza aumentó y es mayor que en casi cualquier otro país desarrollado, según el Consejo en Relaciones Exteriores, un centro de análisis en Washington. Eso es lo que muestran los pobres, que calientan motores para la gran marcha del 18 de junio, con bronca, con hambre, con desesperación, despertando del letargo del “sueño americano”.

Mirko C. Trudeau

Mirko C. Trudeau: Integrante del Observatorio de Estudios Macroeconómicos de Nueva York, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la).

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