Final con esperanza: Bolsonaro nervioso y Haddad en (¿tardía?) remontada

En los dos días previos a la segunda vuelta electoral, se registra en Brasil un cambio de humor en la campaña: la esperanza volvió a los rostros de los seguidores de Fernando Haddad, el delfín del expresidente Lula da Silva, mientras el nerviosismo invadía los predios del candidato ultraderechista Jair Bolsonaro.

Es que la distancia entre Bolsonaro y Haddad cayó de 18% a 12%, luego que la prensa se atrevió a demostrar que grandes empresarios financiaron los cientos de millones de fake news difamatorios e injuriosas contra el Partido de los Trabajadores (PT) y Haddad y la exposición de un video donde un hijo del excapitán del Ejército agita la hipótesis del cerrar el Superior Tribunal Federal.

La encuesta de Datafolha, donde Bolsonaro acumula 56% de intención de votos válidos contra 44% de Haddad, es posterior al discurso en video de Bolsonaro en la avenida Paulista de Sao Paulo, el domingo pasado, donde declaró que los “bandidos rojos” serían “presos o exiliados del Brasil”.

Un reportaje del diario Folha de Sao Paulo mostró como millones de votantes fueron traicionados en su buena fe con historias tan falsas como desopilantes, como la que acusó a Haddad de pedófilo y de haber distribuido, cuando era alcalde, mamaderas con formas fálicas en escuelas públicas para incentivar conductas precozmente homosexuales.  No son ocurrencias de Bolsonaro, son mentiras preparadas por expertos para influir en la percepción de la ciudadanía, no sobre su raciocinio.

Quedó en claro un entramado de financiamiento de organizaciones al servicio de Bolsonaro, asesoradas por las mismas empresas (sucesoras de Cambridge Analytica) que orquestaron el fraude o embuste de masas ocurrido con el referendo por el Brexit en Gran Bretaña y la elección que consagró a Donald Trump como presidente.

Una misión de observadores enviada de la Organización de Estados Americanos constató que el fraude electrónico brasileño a través de las fake news es un caso testigo sin equivalentes a nivel mundial. “No hay precedentes comparables de lo que hemos visto en Brasil, fundamentalmente por una razón, están usándose redes privadas como WhatsApp que presentan mucha complejidad como para que las autoridades puedan avanzar en las investigaciones”, dijo la ex presidenta costarricense Laura Chinchilla.

Recién al final de la campaña se difundieron los lazos del bolsonarismo y las iglesias pentescostales con el senador estadounidense Marco Rubio y estratega jefe de la Casa Blanca Steve Bannon, hoy asesor del fascismo europeo.

La candidatura de Bolsonaro, quien siempre rehuyó el debate, llega en caída al final de la recta. Según el sondeo de Vox Populi, la distancia se achicó a seis puntos. La esperanza declarada por Haddad en Sao Paulo (“Esto comienza a revertirse, hay una ola positiva en el país”), se contagió en Curitiba, donde Lula dijo ser optimista sobre una posible victoria.

El sondeo de Vox Populi, contratado por la Central Unica de Trabajadores, le dio el 53% al capitán retirado del Ejército y el 47% al ex alcalde petista de Sao Paulo. Hay un cambio de humor en la ciudadanía, pero es difícil saber si la intensidad de la remontada de Haddad será suficiente como para lograr la victoria en la línea de llegada

La encuestadora Ibope también detectó el retroceso de Bolsonaro, y una de las explicaciones fue el aumento de su rechazo que pasó del 35 al 40% en un electorado de 147 millones de votantes. La resistencia a votar al misógino exmilitar trepó al 44% entre las mujeres, que representan el 52% del censo nacional.

Cabe recordar que Haddad entró en la carrera presidencial tardíamente, esperando que el expresidente Lula fuera habilitado para ser candidato. Lula sigue preso y tiene prohibición expresa de dar entrevistas

Fábrica de fake news: la mayor del mundo

Brasil se llenó en los últimos dos meses de fábricas de mentiras, que utilizaron la data y los perfiles, que los mismos usuarios proporcionaron a las megaempresas y son vendidos –por ejemplo por Facebook- para que empresas nada éticas como Cambridge Analytica los usen para las campañas de whatsapp, tuit, y otras redes sociales.

La otra pregunta es ¿quién paga estos servicios? Seguramente por el llamado poder fáctico, los empresarios que se beneficiarán con las mentiras propagadas y prepagadas. Hoy las guerras se producen tras la propagación de mentiras, como sucedió en Libia y Túnez, en Irak, Afganistián, Egipto y Siria, ahora en Yemen y Venezuela. Construyen la “verdad” requerida por Estados Unidos y sus socios trasnacionales y locales.

En el caso de Brasil, la siembra del odio al Partido de los Trabajadores, comenzó  en el segundo mandato de Lula, y creció exponencialmente a partir del gobierno de Dilma Roussef. Anclados en medias verdades, como los casos de corrupción, los grupos de poder fueron fertilizando mentes y preparando el terreno para las elecciones de este año, señala la analista Elaine Tavares de la Universidad de Santa Catarina.

La expresidenta de Brasil, Dilma Rousseff

Lo que no esperaban, quizá, es que un candidato, fuera del circuito tradicional de los partidos y de los grupos de poder, sintetizara de manera tan acabada toda la carga de prejuicio, moralismo, miedo y odio de la clase dominante, que tras el susto inicial, ya se va acercando al candidato fascista, porque reconoce que él hoy comanda a las masas y eso es todo lo que interesa. De ganar, Bolsonaro gobernará con las elites económicas.

A dos días de las elecciones, Haddad sonríe sobre una ola positiva en el país, mientras  en la calle, en el contacto personal, sus partidarios dan la lucha final para evitar que el fascismo gobierne Brasil y se expanda por Sudamérica. “¿Quién dijo que todo está perdido? / Yo vengo a ofrecer mi corazón / Tanta sangre que se llevó el rí­o, / Yo vengo a ofrecer mi corazón”, alienta Mercedes Sosa, cantando los versos de Fito Páez.

Dicen que los milagros no existen, pero pueden construirse desde abajo. Es lo que trata de hacer el progresismo brasileño, casa por casa, puerta a puerta.

Juraima Almeida

Juraima Almeida: Investigadora brasileña, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE).

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