G20: El infierno de todos tan temido, más Trump

Como era previsible, la decimosegunda cumbre del Grupo de los Veinte (G20, que agrupa a las principales naciones industrializadas y en desarrollo), que hoy comenzó en Alemania, desató una avalancha de protestas en Hamburgo, ciudad elegida en esta ocasión para celebrar las reuniones del foro donde se diseñan las estrategias del sistema financiero internacional. Igual que en ocasiones anteriores, la cumbre (que se realiza desde 2008) es recibida con fuertes críticas que cuestionan su orientación y su virtualmente nula sensibilidad social, pero también –y esto es lo que más preocupa a los protagonistas del encuentro– con nutridas manifestaciones de acción directa que llevan a cabo distintas agrupaciones altermundistas. Éstas difícilmente inciden en las políticas gubernamentales de los países que integran el grupo, pero sin duda les brindan consistentes razones para medir bien sus decisiones. Que las tomen en cuenta es otro asunto.

Aunque conserva en su agenda las líneas de acción que han caracterizado a sus antecesoras, la cumbre de Hamburgo presenta algunas variables. La adopción de nuevas medidas para ajustar los mecanismos de recaudación fiscal a fin de evitar la elusión y la evasión es uno de los cambios; la intensificación de la lucha contra el terrorismo y sus mecanismos de financiamiento es otro; la cuestión de los migrantes y los refugiados, uno más. Todo estaría muy bien si no fuera porque en el primer caso los mayores damnificados siempre resultan ser los pequeños y medianos contribuyentes; en el segundo, movimientos sociales que nada tienen que ver con la actividad terrorista, pero a la cual se los vincula a la hora de defender sus derechos mediante el reclamo y la movilización, y en el tercero la propia población víctima de conflictos, que se ve obligada a abandonar su lugar de origen, y en vez de solidaridad encuentra desconsideración.

También la relación entre los miembros del G20 ofrece ahora matices inéditos. La participación del presidente estadunidense augura roces hasta con quienes aún son socios políticos de la primera potencia mundial, en especial por la radical oposición de Donald Trump al libre comercio que predica y practica el bloque europeo, y a este hecho se le suman factores que no tienen relación directa con las finanzas (derivados de conflictos políticos, económicos y territoriales), pero pueden pesar al momento de buscar consenso respecto al futuro de la balanza de pagos internacionales.

Otro tema en el que la presencia de Trump no promete aportar nada bueno es, naturalmente, el del cuidado del medio ambiente: más allá de las desatinadas declaraciones del republicano (el calentamiento global no existe, por ejemplo), su voluntad de retirarse del Acuerdo de París y desconocer las disposiciones que él mismo postula no parece favorecer un clima de acuerdo.

Pero más allá de las cuestiones técnicas que se deben afrontar en esta cumbre de Hamburgo, y que en todo caso pueden considerarse desacuerdos entre socios, las protestas que generan en vastos sectores de la opinión pública mundial representan un sólido argumento en torno a su idoneidad: la marcha con que fueron recibidos los primeros participantes en la reunión, abundante en enfrentamientos con la policía, destrozos y heridos, tuvo amplia repercusión internacional y, en su mayoría, no fue precisamente condenatoria. Su lema: Bienvenidos al infierno, promete no hacer las cosas fáciles a los representantes de los países miembros del grupo, pero, como contrapartida, puede servir como anticipo al mundo que auguran las deliberaciones del G20.

La Jornada

Artículos de:

Disclaimer: The contents of this article are of sole responsibility of the author(s). The Centre for Research on Globalization will not be responsible for any inaccurate or incorrect statement in this article. The Center of Research on Globalization grants permission to cross-post original Global Research articles on community internet sites as long as the text & title are not modified. The source and the author's copyright must be displayed. For publication of Global Research articles in print or other forms including commercial internet sites, contact: [email protected]

www.globalresearch.ca contains copyrighted material the use of which has not always been specifically authorized by the copyright owner. We are making such material available to our readers under the provisions of "fair use" in an effort to advance a better understanding of political, economic and social issues. The material on this site is distributed without profit to those who have expressed a prior interest in receiving it for research and educational purposes. If you wish to use copyrighted material for purposes other than "fair use" you must request permission from the copyright owner.

For media inquiries: [email protected]