Información sobre la vacuna Sputnik V contra el COVID-19

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El presidente Vladimir Putin anunció que la finalización de la primera vacuna contra el coronavirus registrada ha sido aprobada para su uso en el país y pronto entrará en producción. El presidente informó la noticia durante una reunión de gabinete el 11 de agosto. La vacuna “Sputnik V” recibe su nombre del satélite de 1957, el primero lanzado al espacio. Añadió que su hija ya ha probado la vacuna en sí misma.

“Una de mis hijas ya recibió la vacuna. Entonces, ella puede contarse entre los sujetos de prueba. Después de la primera inyección, su temperatura subió a 38, luego bajó a poco más de 37 al día siguiente”, dijo Putin.

El ministro de Salud, Mikhaeil Murashko, agregó que la vacuna será fabricada por el Instituto de Investigación Gamaleya, administrado por el gobierno, en cooperación con la empresa ‘Binofarm’, a partir de septiembre de 2020. Será financiada por el Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF), que asignó cuatro mil millones de rublos (aproximadamente $ 54,2 millones) para la tarea. También se someterá a pruebas internacionales, en los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y varios países de América Latina, Asia y Medio Oriente, según el director de RDIF, Kirill Dmitriev.

La vacuna contra una nueva infección por coronavirus se registró por primera vez en el mundo en Rusia el 11 de agosto.

Veinte países ya han realizado un pedido por un total de mil millones de unidades.

“Junto con socios internacionales, estamos preparados para producir más de 500 millones de dosis por año en cinco países, con planes para expandir aún más la capacidad de producción”, dijo Dmitriev.

La vacuna estará ampliamente disponible a partir del 1 de enero de 2021, según el canal oficial de Telegram del centro operativo del coronavirus de Moscú. Los médicos y maestros de escuela serán los primeros en recibir la inyección en Rusia, según el ministro de Salud.

Putin, por su parte, agregó que la vacuna será voluntaria.

Fabricación y pruebas

Los científicos del Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología de Gamaleya han estado desarrollando la vacuna desde febrero, cuando se hizo evidente por primera vez que el mundo estaba lidiando con una grave amenaza. El equipo de desarrollo está dirigido por el microbiólogo y subdirector del centro, Denis Logunov.

El desarrollo de la vacuna tomó solo 14 días, dijo Logunov en una entrevista con la publicación en línea Meduza. Según él, la vacuna MERS (que tuvo su brote en 2012-2013) tomó alrededor de tres años en investigación antes de que pudiera comenzar el desarrollo.

Un científico trabaja dentro de un laboratorio del Instituto de Investigación de Epidemiología y Microbiología de Gamaleya durante la producción y pruebas de laboratorio de una vacuna contra la enfermedad del coronavirus (COVID-19), en Moscú, Rusia, el 6 de agosto de 2020.

Fue un proceso lento y, para 2020, el Centro estaba solo en la Fase 2 de los ensayos clínicos.

“Cuando apareció el otro coronavirus, el pariente más cercano [de Covid-19] en la familia de los beta-coronavirus, no nos quedaron dudas sobre cómo abordar el desarrollo. No hubo luchas creativas. Fue un trabajo de copiar y pegar en el sentido literal de la palabra”, agregó Logunov.

Un científico trabaja dentro de un laboratorio del Instituto de Investigación de Epidemiología y Microbiología de Gamaleya durante la producción y prueba de laboratorio de una vacuna contra la enfermedad del coronavirus (COVID-19), en Moscú, Rusia, el 6 de agosto de 2020.

Para fabricar la vacuna, los científicos necesitaban un virus portador, que introduce ADN viral en el organismo, provocando una respuesta inmune. La vacuna se probó en ratones, hámsteres y dos especies de monos: macacos rhesus y titíes.

Primeras pruebas en humanos y objeciones

Los primeros ensayos clínicos comenzaron el 17 de junio, llevados a cabo por la Primera Universidad Médica Estatal de Moscú I.M. Sechenov y el hospital militar Burdenko. Participaron setenta y seis personas, todas sin mostrar signos de respuestas inmunes impredecibles, según Logunov.

Vadim Tarasov, uno de los principales científicos de la universidad donde se llevaron a cabo los ensayos, dijo que Rusia tenía una “ventaja inicial”, ya que ha pasado los últimos 20 años trabajando en el campo. La tecnología detrás de la vacuna rusa se basa en el adenovirus, también conocido como resfriado común, dijo Tarasov. Creadas artificialmente, las proteínas de la vacuna replican las del Covid-19 y desencadenan “una respuesta inmune similar a la causada por el propio coronavirus”, reveló.

Hubo efectos secundarios notables pero leves en los sujetos, a saber, un pico de temperatura, algo de dolor y una erupción alrededor del área de inyección.

La vacuna inglesa para Latinoamérica

La vacuna Sputnik V estropea los planes de Astra-Zeneca de producir una dudosa vacuna, sobre cuyos malos efectos secundarios los voceros de la empresa británica ya anunciaron que Astra Zeneca no acepta alguna responsabilidad legal. Esa vacuna fue supuestamente elaborada en colaboración con la Universidad de Oxford. Una credencial engañosa y en mala fe, porque la añeja Universidad de Oxford tiene gran renombre mundial en el área de humanidades y usos aristocráticos, pero no se le conocen credenciales de prestigio en Bioquímica.

Astra Zeneca estaba negociando la producción de su supuesta vacuna para América Latina en Argentina y Mexico, una razón que explica porque los gobiernos de esos dos países y el de Chile siguen sembrando miedo con medidas preventivas innecesarias: porque la epidemia ya pasó y ya existe una vacuna segura: Sputnik V.

Rusia negocia la producción de Sputnik V con Brasil en el estado de Paraná.

Umberto Mazzei

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