José Martí: Con mi derecho y a la izquierda
Porque hoy José Martí sigue convocando hacia la llama que calienta e ilumina, exijo que se adecenten quienes intentan representar a la intelectualidad cubana, pero son incapaces de un aporte sincero, esforzado, como siempre fue preciso y este momento demanda con la fuerza de los tiempos crueles.
Como escritora y periodista, sí, políticamente comprometida, me place decirlo, a título personal se me permitirá insistir en que no es posible interactuar provocando, teniendo como divisa primaria la confrontación y no el entendimiento, intenciones más torcidas que diáfanas.
Si en todo momento hasta los mejores empeños requirieren de congruencia, en etapa tan atroz para la humanidad, tan comprometida para nuestro país particularmente, ¿qué urgencia es superior a liquidar la pandemia y favorecer el mejor desempeño para nuestra patria?
Si la agenda que esgrimen trata de aumentar descontentos y desviar la atención hacia un sector específico cuando todos los restantes están en tensión por la COVID-19 o por las medidas re organizativas, contiene poco faro moral y peor traza en su perspectiva.
Si tanto les preocupa la cultura cubana ¿no sería mejor contribuir de alma y acciones a mejorarla y empeñarse en desarrollar una obra personal valedera, en lugar de poner escollos donde ya sobran? El talento jamás será sustituido por una irritante vocinglería ni pretensiones fatuas. Eso tiene o se demuestra, no se impone. La juventud, incluso si es muy vieja, disculpa algunos desatinos, pero jamás justifica terquedades destructivas. Por imperativo es preciso repetir: la patria es ara, no pedestal. Olvidarlo es ingrato y soberbio.
Elsa Claro
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