La energía nuclear se prepara
Hemos escrito en artículos anteriores sobre las centrales nucleares, cuyo recurso se ha llegado a catalogar como contaminante. En una campaña irresponsable, se escribe en otros medios y también en este, sobre la supuesta riesgosa existencia de fuentes de energía inconvenientes como la nuclear. Nada más equivocado. Ya que podemos decir que ésta es la que menos contamina.
Nuestra única oportunidad de contar con este tipo de fuente de electricidad había sido la Central Nucleoeléctrica de Laguna Verde, ubicada en el municipio de Alto Lucero de Gutiérrez Barrios, Veracruz. La central proporciona poco más de 2 por ciento de la electricidad que demanda la nación. Su eficiencia ha sido probada y también su seguridad. Además, debe tomarse en cuenta que tiene una alta capacidad y es funcional.
Y, lo que no se difunde tanto como su imaginada malignidad, acusación sin bases científicas, es que la energía nuclear es una gran contribuyente para amortiguar las emisiones del anhídrido de carbono (CO2) en la atmósfera.
Además, en los albores de la construcción de la planta nuclear, el hallazgo de importantes yacimientos de uranio en territorio mexicano suponía un mayor desarrollo de nuestra industria. Sin embargo, hasta la fecha dependemos de este elemento proveniente de Estados Unidos, cuando en el país tenemos suficiente para proveer a esta planta y a varias más. Es necesario para la economía del país reactivar la extracción y procesamiento del uranio mexicano, como se llegó a hacer en el pasado.
Asimismo, es importante hacer hincapié en que las movilizaciones de trabajadores nucleares de la década de los 70, para que se produjeran en la nación los insumos necesarios en la construcción de una planta nuclear, fue de amplia influencia en el gobierno federal. Sin olvidar el apoyo que recibieron los nucleares de otros gremios durante sus demandas. Al trabajo político para la defensa laboral de los diferentes grupos sindicales se unió el de los nucleares y se avanzó en la posibilidad de construir la primera opción nuclear para la generación de electricidad.
La confianza en la fuente alternativa para generar electricidad tomó mayor importancia en la década de los 50, durante la campaña internacional denominada Átomos para la Paz
, encabezada por la Organización de Naciones Unidas, la cual tuvo repercusión en México. Se da a conocer esta fuente energética a través de innumerables conferencias, foros y otros encuentros entre trabajadores de electricidad, científicos universitarios, técnicos y estudiantes, en general. La población también recibe información.
La importancia que se le dio al tema fue considerable, si se toma en cuenta que estaba cercana la experiencia de una bomba atómica con la que asesinaron a miles de personas en pocos segundos. Este hecho puso en mal a todo lo relacionado con los componentes de ese artefacto destructivo.
Sin embargo, la difusión de la posible producción de energía eléctrica más barata, más limpia y menos agresiva para el ambiente, abrió la posibilidad de crear programas energéticos nucleares. Se le abrían las puertas a este tipo de electricidad.
En 1966, el presidente Gustavo Díaz, avaló la construcción de un reactor en Laguna Verde, Veracruz. Sin embargo, la construcción de la central tuvo diversos obstáculos que impidieron se terminara como se había proyectado.
Todavía en 1971 no se tenía el turbogenerador, fue hasta 1976 cuando se iniciaron los trabajos de construcción. Aunque aparentemente el presidente en turno, Luis Echeverría Álvarez, no tenía tanto interés en la construcción de la central, e incluso se dijo que obstaculizó el proceso de construcción. Actualmente sigue activa, aunque pronto concluirá su ciclo. No obstante, es posible que su utilidad se prolongue unos años más.
Existe todavía prejuicio por la energía nuclear. Sin embargo, la política del gobierno actual reactiva la idea de desarrollar energías limpias como la nuclear. Menos impacto ambiental y seguridad son puntos que han sido negados por una gran falta de información. Hoy, la cantidad de energía eléctrica que genera Laguna Verde no es despreciable, aunque lo deseable es que la proveyera en un porcentaje más elevado y para una población más amplia.
Las experiencias de otros países que utilizan la energía nuclear para sus necesidades de electricidad y las cuales han sido altamente funcionales, demuestran que es posible optar por este insumo limpio, y más continuo como hemos expresado anteriormente.
Las naciones que cuentan con mayor número de reactores nucleares son: Estados Unidos, con 99; Francia, con 58; Japón, 42; China, 38, y en Rusia, 36.
El titular de la Comisión Federal de Electricidad informó en diciembre pasado que existe un proyecto para la construcción de cuatro reactores nucleares más. Para Laguna Verde se destinarían dos y otros dos en Baja California, según Rocío Nahle, secretaria de Energía, en reciente comparecencia en el Senado.
Se realizarán los estudios necesarios para una central en la península del noroeste del país. Se consultará a la población, como lo indican las leyes. Los prejuicios deben desaparecer con una buena y certera información sobre las alternativas que se tienen con este tipo de energía, que lejos de ser injustificada y maligna, es menos contaminante que otras, y al estar cumpliendo con todas las normas oficiales de seguridad, también se cumplirá con el compromiso de una transición energética responsable y efectiva.
Si queremos hacer realidad la transición energética, esta es la oportunidad. En el país existe un déficit de más de 5 millones de personas que viven sin electricidad. Es tiempo de cumplir con el derecho a la tecnología. La energía nuclear debe reactivarse y prepararse para cubrir las nuevas necesidades.
Antonio Gershenson
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