Limpieza étnica y política de la Nakba en Palestina

Durante varios días ha habido informes de enfrentamientos en Jerusalén entre la población palestina que protesta y la policía israelí. Al momento de redactar esta nota, se habla de 87 palestinos asesinados por Israel en Gaza, entre ellos 18 niños y 8 mujeres. 

Los ataques por parte de la aviación del régimen de ocupación de Israel hacen también pensar a un inminente ataque terrestre y vía mar a pocos días de la conmemoración de la Nakba, lo que los palestinos definen como la grande catástrofe por su pueblo y que se dio el 15 de mayo de 1948, cuando los sionistas atacaron a la población árabe en sus tierras; es aquí que, al grito de “Deir Yassin” empezó el despojo y desplazamiento de campesinos pobres palestinos que hoy – como estamos viendo – sigue en auge.

El evento que desencadenó las protestas y los incidentes en estos últimos días y horas, es otro intento de las autoridades sionistas israelíes de expulsar de sus hogares a las familias palestinas que han vivido allí durante siglos.

Todo ello en el marco de una política de la Nakba, de limpieza étnica, que ha durado 70 años y que ya ha provocado la expulsión de al menos la mitad de la población palestina, reducida a la condición de refugiados y a los que se les prohíbe regresar a sus hogares. Incluso los agricultores de zonas enteras, como el valle del Jordán, son expulsados por la incautación de sus pozos de agua, la tala de millones de olivos, que son la producción más importante de la agricultura palestina, o la ocupación de tierras con la excusa de la “necesidad militar”. Los asentamientos israelíes surgen por todas partes en los territorios todavía habitados por palestinos, y las zonas palestinas están cerradas con vallas y muros de hormigón de 9 metros de altura.

Todo esto sucede con la total indiferencia de los gobiernos occidentales que se dan la vuelta y fingen no ver, como la propia Unión Europea y los Estados Unidos del Norte América. Lo único que es noticia es el lanzamiento, esencialmente demostrativo, de cohetes desde la Franja de Gaza por parte de la organización Hamas, a lo que el ejército israelí responde con fuertes bombardeos que provocan decenas de muertos entre civiles inermes.

La dramática situación en Palestina corre el riesgo de volverse insostenible e incontrolable. Se necesitaría una solución que permitiera la cohabitación de la antigua población palestina que ha vivido en el país durante milenios y los ciudadanos judíos israelíes que se han mudado allí durante los últimos 120 años (y a quienes nadie ha dicho nunca que quieren expulsar).

La solución más racional sería la formación de un único Estado con plena igualdad de derechos entre las dos poblaciones y donde sean garantizados las libertades religiosas de por lo menos las tres principales religiones monoteístas; pero también sería deseable una solución provisional, que reconozca y condene el genocidio étnico y político de la entidad sionista de Israel en contra del pueblo árabe y palestino y donde se reconozcan también los crímenes y despojos por parte de los mismos colonos sionistas, a la luz de los no pocos informes de las mismas Naciones Unidas de condena de Israel por crímenes de lesa humanidad, como fue en el caso de la relación de investigación “Goldstone”, la relación por parte de la Misión de Investigación de las Naciones Unidas sobre el conflicto en la franja de Gaza, donde están recopilados los resultados sobre una investigación preliminar comisionada por el Consejo para los Derechos Humanos de la ONU y un equipo de expertos que trabajaron bajo la dirección atenta y rigurosa del juez surafricano Richard J. Goldstone, con el objetivo de descifrar las violaciones del derecho internacional que fueron cometidas durante la guerra conducida por parte de Tel Aviv entre el 27 de diciembre de 2008 y el 18 de enero de 2009 en la franja de Gaza y donde murieron 1417 personas, entre estos el 80% civiles y 313 niños en lo que se recuerda cómo la operación “plomo fundido” ejecutada por las fuerzas armadas de ocupación israelíes.

Lamentablemente, una gran parte de la población israelí, que ha olvidado que ella misma fue objeto de persecución y exterminio en el pasado, adopta posiciones cada vez más nacionalistas, extremistas y racistas que dan como resultado una limpieza étnica continua y políticas de apartheid injustas hacia los palestinos. La comunidad internacional al estilo occidental guarda silencio y la situación se vuelve gangrenosa, lo que lleva a la predicción de acontecimientos dramáticos.

La violencia del régimen de ocupación de Israel en Gaza y Jerusalén, como el silencio ensordecedor de todos los medios de comunicación alineados a los intereses neocoloniales de Israel y Estados Unidos, la imposibilidad de que las Naciones Unidas pudiesen sacar una declaración oficial de condena de los crímenes que el régimen sionista está cometiendo en los territorios históricos del pueblo palestino, debido al veto por parte de Estados Unidos, fueron en el centro de una llamada telefónica entre el presidente turco Recep Tayyip Erdogan y el de la Federación Rusa Vladimir Putin.

Ankara ha propuesto una acción internacional contra Israel, según los informes de TRT World.

Erdogan le dijo a Putin que la comunidad internacional necesita “enseñar una lección disuasoria” a Israel, y agregó que Ankara está trabajando para que esta acción se materialice. El presidente turco también señaló a su homólogo ruso que si Turquía y Rusia comparten la misma posición sobre Palestina, enviarán un mensaje importante a toda la comunidad internacional.

Según la visión del presidente turco, las naciones también deberían discutir “la idea de enviar una fuerza de protección internacional a la región para proteger a los civiles palestinos”.

Estas posturas no son aisladas en la región, donde hubo protestas callejeras por parte de los pueblos trabajadores árabes en contra de la codicia de no pocos de sus gobiernos. Esto es el caso de Jordania, y las ya mencionadas Turquía y Egipto, que ya desde unos varios meses, han obligado a sus respectivos gobiernos a tomar posiciones públicas en contra de los crímenes de lesa humanidad perpetuados por el régimen de Tel Aviv. Sin embargo, como es noto, Ankara y El Cairo, pese a sus importantes posturas públicas y oficiales, detrás de la sombras, mueven sus hilos para desarticular el frente de la Resistencia popular en Palestina, para que sectores de la Resistencia Palestina tomen el camino de la retirada unilateral y que desistan a responder con acciones militares a los ataques y provocaciones por parte de los colonos sionistas; olvidándose que el derecho a la Resistencia, no solo está reconocido por parte de la misma ONU, sino que las formas armadas de resistencia por parte Palestina tienen la misma justificación de la resistencia armada del pueblo sovietico en Stalingrado y otras ciudades de la URSS en la Guerra Patria contra la agresión fascista por parte de la Alemania hitleriana.

Hubo otras pronunciamientos como lo de Irán y Siria y ya conocemos la importancia en esa región de lo que se conoce como el eje de la Resistencia árabe que combate en contra del ISIS y Al Nussra, productos sionistas y de la CIA, en conjunto y apoyo con las principales petromonarquias árabes de esa región (Arabia Saudí, Emirates Árabes Unidos y Catar) y la misma Turquía, principal guardiana de los intereses sionistas y la OTAN en contra de Siria.

Cabe señalar que, sin el tremendo trabajo de unidad popular que está haciendo el eje de la Resistencia árabe que no solo es chiita, ya que ahí encontramos también el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), a la vez, los mismos planes inclinados sionistas y de sus lacayos regionales, hubieran logrado romper con el proyecto siempre más necesario de la re-construcción de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) bajo interés exquisitamente nacionales y populares palestinos.

Finalmente sin el FPLP hoy se desataría una guerra civil entre sectores mismos de la Resistencia palestina que no tendría precedentes y sería una victoria de las políticas sionistas y estadounidenses en la región, ya que la cuestión árabe, no solo es cuestión religiosa o geopolítica, sino que sobre todo es cuestión palestina, que por su definición es marcha para el retorno de un pueblo en sus territorios históricos robados y saqueados; la de una nación oprimida, la de un pueblo-nación – como diría Antonio Gramsci – oprimido por el sionismo y que resiste con valentía y grande dignidad en contra de todos los intereses imperiales y proyectos neocoloniales en esa región, entre estos, el control por parte del régimen de Tel Aviv de la rutas comerciales entre el Mar Rojo, el estrecho de Suez y el Mediterráneo.

Alessandro Pagani

Alessandro Pagani: Historiador y escritor; doctorante en Teoría Crítica y Psicoanálisis en el Instituto de Estudios Criticos de México; autor del libro Desde la estrategia de la tensión a la operación cóndor; colabora con el Centro de Investigación sobre la Globalización (Global Research).

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