López Obrador, en riesgo de sufrir un anticipado golpe de Estado económico

Entrevista a Nicolás Domínguez Vergara realizada por Jorge Santa Cruz

La reforma energética le hereda un país desmantelado que requiere, por el momento, del concurso de los inversionistas privados. Si entra en confrontación con ellos, corre el riesgo de que le nieguen los recursos para sacar adelante al país: Domínguez Vergara

El presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, pasa por un momento de debilidad política que lo pone en riesgo de sufrir un anticipado golpe de Estado económico, señaló el doctor Nicolás Domínguez Vergara, profesor-investigador especialista en temas de energía de la Universidad Autónoma Metropolitana, de la Ciudad de México.

En entrevista con este reportero, dijo que su debilidad tiene diversas causas. La primera es la falta de dinero. La segunda, el desmantelamiento del sector energético. La tercera, la falta de claridad de sus proyectos y la cuarta, su poco cuidado trato con los inversionistas privados nacionales e internacionales.

¿Cómo ve usted en este momento la seguridad energética de México?

Bastante mal. Se ha deteriorado muchísimo a partir del temblor de la reforma energética.

Por ejemplo, hablando de la cuestión del gas natural: en los últimos 10 años, la producción nacional cayó en 22 por ciento, pero aumentó el consumo en 35 por ciento.

La industria aumentó su consumo en 46 por ciento y el sector eléctrico, en 64 por ciento.

Esto llevó a que las importaciones de gas natural aumentaran en 400 por ciento, en 10 años.

Pero lo peor no es eso. Lo peor es que el consumo de gas natural va a seguir aumentando en los próximos años.

Petróleos Mexicanos (Pemex), en una crisis profunda

Estás importaciones van a ser todavía muy grandes de aquí al año 2031. Según datos del gobierno, en 2031 se estarán importando más de 4 mil millones de pies cúbicos diarios.

Si se toma en cuenta que las reservas probadas de gas natural de México son de 10 mil millones de millones de pies cúbicos, al ritmo de extracción actual alcanzarán para menos de 10 años.

Lo que tenemos en estos días es que México consume alrededor de 7 mil 900 millones de pies cúbicos diarios, pero produce nada más dos mil 800 millones de pies cúbicos diarios. Esto quiere decir que nuestro país importa, aproximadamente, 5 mil 100 millones de pies cúbicos diarios.

Dicho de otra manera: importamos el 65 por ciento del gas natural que consumimos y producimos nada más el 35 por ciento de ese consumo. Este problema del gas natural es peor que el de la gasolina.

En gasolina, estamos importando el 75 por ciento, pero el consumo no aumentado considerablemente desde el 2013.

El consumo diario de gasolina en México es de aproximadamente 800 mil barriles de gasolina y se ha mantenido relativamente estable, pero en el caso del gas natural, sigue aumentando ese consumo.

De hecho, hasta en el sector residencial el consumo de gas natural ha aumentado 13 por ciento en los últimos 10 años. El gas natural se consume más porque es más limpio para producir electricidad y calor. También se utiliza en la industria de los metales, en la química y en la del vidrio.

Se debe tomar en cuenta que el gas natural continuará utilizándose por décadas, después de que se haya alcanzado el pico de consumo de petróleo.

Lo que ahora tenemos es una situación muy grave, porque se importa el 65 por ciento del gas natural y el 75 por ciento de la gasolina.

Se estima, como les decía, que las reservas de gas natural alcanzan, actualmente, para 10 años y las de petróleo, para menos de 9 años.

¿A qué se debe esto? A que han bajado considerablemente las inversiones en el sector petrolero debido a la reforma energética.

El actual gobierno confío en el año 2013 que los privados iban a invertir tanto por lo que iba a haber mucho petróleo y gas natural. Por eso dijeron que iba a bajar el precio de la electricidad. (El gas natural se utiliza para producir más de la mitad de la electricidad que se consume en nuestro país).

Ellos pensaron que, si bajaba el precio del gas natural, lo mismo ocurriría con la tarifa de la electricidad, pero eso no sucedió. Sus cálculos iban en el sentido de que aumentaría muchísimo la producción de gas natural; pero ya vio usted cómo sólo ha aumentado en 22 por ciento, de 10 años a la fecha.

En cuanto a la producción de gasolina, ya lo hemos visto que las refinerías están produciendo el 40 por ciento de la que generaban en el 2013.

Con el diésel ocurre lo mismo: se importa cerca del 70 por ciento.

La dependencia con Estados Unidos

El especialista de la UAM hace una pausa y reflexiona en cuanto a la marcada dependencia energética de los Estados Unidos:

“Dependemos mucho de lo que pasa ahora en Estados Unidos. Si el crudo sube, entonces el precio de la gasolina sube. Si el dólar sube, entonces el precio de la gasolina sube. Si, por ejemplo, Trump decide no vendernos gasolina, diésel y gas natural, nuestro país se paralizaría ese mismo día.

“Definitivamente vamos en una situación bastante vulnerable estamos importando demasiado pero también lo que tenemos nosotros es que nuestros recursos para los próximos años son muy limitados”.

¿Por qué dependemos tanto de Estados Unidos?

Definitivamente, dependemos mucho del exterior porque se ha descuidado demasiado el sector energético.

Por eso, se debe tener mucho cuidado con las declaraciones que se hagan en torno a él, al sector energético.

López Obrador debe ser muy cuidadoso y definir estrategias muy buenas para reconstruir el sector energético, que se encuentra destruido -de verdad- a partir de esta reforma energética.

El sector energético es muy importante porque produce divisas para México; porque asegura nuestra soberanía energética y genera trabajos.

Es muy importante, también, porque determina nuestra calidad de vida: genera la electricidad de nuestras, casas ayuda a bombear el agua que bebemos y, gracias a él, se producen alimentos que -por medio del transporte- tenemos en nuestras mesas.

Es cierto que actualmente nos encontramos en una situación bastante crítica, pero también lo es que podría empeorar en los próximos años si no se hacen las inversiones en el sector energético, con el objetivo de encontrar más petróleo y más gas natural para aumentar nuestras reservas.

Se requiere asegurar una producción suficiente de gasolina para que contemos con ella en caso de tener alguna crisis de abasto.

Obviamente, las importaciones de gasolina, de diésel y de gas natural van a seguir fácilmente por los próximos tres años; por eso es urgente recomponer el sistema energético.

¿El futuro gobierno que encabezará López Obrador tiene claras las estrategias para enfrentar esta emergencia?

Fíjese que existe cierta confusión, porque la cuestión importante aquí es cuánto dinero va a tener el próximo gobierno para las inversiones.

Por ejemplo, López Obrador dice que se invertirán 70 mil millones de pesos para aumentar la producción; también, dice que se va a hacer una nueva refinería con una inversión de 16 mil millones de pesos adicionales. Además, habla de reconfigurar las refinerías ya existentes.

Se requiere que defina bien la estrategia. Que diga exactamente cuánto se va a dedicar y cuánto se va a ganar con eso.

Como algunos dicen -y es cierto-, México atrae muchos dólares por la exportación de petróleo; el caso es que hemos escuchado que López Obrador dice que ya no se va a exportar el crudo. El caso es, caray, que el país puede perder estas divisas.

López Obrador dice que en lugar de vender petróleo crudo en el extranjero se aumentará la producción de gasolinas en México.

Pero ahí tiene usted lo que dice la calificadora de deuda Fitch, de que con eso se va a perder mucho dinero. A Rocío Nahle también le falta precisamente explicar esa parte.

Rocío Nahle, desinada por AMLO para ocupar la Secretaría de Energía

Pero cuando la gente hace las cuentas, dice que la refinación es un negocio menor que el de la exportación de petróleo porque ha sido así en los últimos años. México se dedicó más a la venta de crudo que a industrializar el país, porque era lo más sencillo. Había muchísimo petróleo -que ya no hay-: se producían 2.4 millones de barriles diarios en el año 2004; entonces, se vendió muchísimo petróleo y se optó por abandonar la refinación debido a que no daba tantas divisas.

López Obrador y sus colaboradores se defienden a veces con insultos a los contrarios, pero deberían de ser un poco más inteligentes y decir: “Miren: vamos a dejar de vender petróleo y ‘perderemos’ tanto; en cambio, con la producción de gasolina se va a ganar ‘tanto’”.

Nos han dicho muchas ideas sueltas, pero no las han integrado. No han hecho bien las cuentas.

En el discurso está bastante bien, pero los inversionistas tienen dudas y necesitamos el dinero de los inversionistas, porque México está endeudado.

México tiene una deuda que equivale más o menos a la mitad de su producto interno bruto. Pemex está muy endeudado. Pemex tiene una deuda como de 70 mil millones de dólares.

En este momento no hay mucho dinero y, por lo tanto, sí se necesita el dinero de los inversionistas; es algo que no pasaba en 2004, cuando se vendía muchísimo petróleo.

Entonces, lo que le falta a López Obrador es una mayor claridad acerca de cómo va a llevar a cabo el rescate; su discurso es muy endeble. Su estrategia no está bien explicada y, lo peor, no lo está explicando con números.

¿Podrían chantajear a López Obrador con temas como el del Nuevo Aeropuerto Internacional de México? ¿”Si lo quitas de Texcoco no habrá inversión petrolera?

Definitivamente. En este momento, López Obrador realmente se encuentra un tanto débil en mi opinión. Realmente, cuando él dice que a lo mejor no se hace este aeropuerto, los inversionistas dicen: “Entonces, ¿yo qué seguridad tengo aquí?; ¿realmente voy a poder recuperar la inversión? ¿realmente voy a ganar, sobre todo ahora que la calificadora Fitch ha reducido la calificación de deuda de Pemex?”.

Hay que hacer notar que, aparte, tenemos a Moody’s, otra calificadora grande y a Standard & Poor’s. Existen tres grandes calificadoras internacionales. El problema es que nadie les ha dicho que tengan mucho cuidado, porque si realmente no se hace ese aeropuerto, entonces los inversionistas van a desconfiar mucho de México. Cuando se reduce la calificación es más difícil obtener créditos y aparte, los que se pudieran obtener, son más caros.

Entonces, en definitiva, sí se puede chantajear a López Obrador y él va a tener realmente una situación muy difícil si es que va a tener en contra a estas calificadoras. Con los inversionistas tiene que jugarla muy bien.

Hoy requiere que los colaboradores que tiene en su gabinete muestren que son brillantes. Desafortunadamente no todos lo son, Esto es lo peor. López Obrador debiera hacer cambios rápido, y que la gente que tiene en su gabinete demuestre es que es capaz.

Definir esta estrategia energética es crucial. Si usted se fija, el sector energético es la columna vertebral de nuestra economía. Así ha sido en los últimos años; así continuará siendo y así va a seguir durante un tiempo muy importante.

Sin estos combustibles -sin la gasolina, sin el diesel, sin el gas natural- el país se paraliza. Se necesitan para el transporte, para la producción de alimentos, para asegurar nuestra calidad de vida.

López Obrador se encuentra en estos momentos en uno de los momentos más difíciles, porque lo que haga con el aeropuerto determinará cómo lo vean en el mundo. Sí, definitivamente, los ojos el mundo están puestos en México, en qué va a pasar aquí.

Vemos lo que está pasando en el norte con Trump; vemos en el sur, también y, obviamente, se le echan las culpas de lo malo que está pasando en Estados Unidos, con Trump, y en el sur con gente como Maduro.

En México, algunos ya están asociando a López Obrador con Trump o con Maduro. México, sin embargo, no es ninguno de esos dos países. Tiene su propia historia y tiene la manera de salir adelante porque tiene, entre otras cosas, grandes recursos energéticos. México tiene muchísimo petróleo, muchísimo gas natural…

Primero se va a destruir la tierra antes de que se acabe nuestro petróleo, antes de que se acabe nuestro gas natural; la cuestión es que lo necesitamos ahora mismo y -en este momento- está bajo tierra. Ahí, no genera riqueza, no genera trabajos y es ahí donde López Obrador tiene que definir esta estrategia, que convenza a todos. No sólo a aquellos seguidores de López Obrador sino también a aquellos que no lo siguen, cómo son muchos de los inversionistas en el mundo.

¿Podrían dar un golpe de estado económico a López Obrador?

Desafortunadamente sí. Imagínese que no lleguen inversiones a México… Pero México va a sobrevivir.

Aun en los peores momentos que México ha pasado, ha logrado recuperarse porque tiene realmente a toda esta gente, que es muy trabajadora; tiene todos estos recursos, pero realmente -si se diera este golpe económico- sería un retroceso.

Fíjese nada más lo que están diciendo: que puede darse este octubre. Es increíble. Entonces, definitivamente sí, López Obrador tiene que ser muy cuidadoso.

Por ejemplo, mire: tiene mucha razón cuando dice que fue un fracaso la reforma energética; pero ya es el próximo presidente de México y debe ser cuidadoso, muy cuidadoso, y evitar realmente un problema que él pueda generar; evitar decir algunas palabras que realmente las sufra todo el país.

Yo pienso que López Obrador tiene gente muy inteligente en su gabinete, en su próximo gabinete, pero sí necesita asesorarse, necesita explicar bien, necesita bien definir el rumbo porque muchas explicaciones han sido muy ambiguas.

Las cuentas no les salen. Esa es la parte que les falta a López Obrador y a su gente. Tienen que trabajar en equipo. Tenemos a gente muy brillante ahí, a Esquivel -que es uno de los subsecretarios, que es muy brillante-. Tenemos a Rocío Nalhe, en Energía, que también es muy brillante.

Pero, en términos generales, les ha faltado eso: definir bien todos los programas que quieren hacer, definirlos en detalle, es urgente.

Aclarar definitivamente las inversiones que hagan los inversionistas, tanto nacionales, como extranjeros, para que realmente ellos vean que no las van a perder.

Cuando López Obrador, por ejemplo, declara que va a ver con los inversionistas, eso da muy poca garantía. Si él, realmente dijera por ejemplo: “Miren: ellos han puesto tanto, entonces esa inversión se va a tal lugar y van a ganar tanto, no se perderán esas inversiones”. Pero no lo hacen. Lo único que dicen es que invirtieron tanto y ahora lo van a hacer en Santa Lucía. Es muy vago. Eso necesita mayor precisión.

Y yo creo que es ahí donde entra el equipo de López Obrador, porque tiene que colaborar en esa parte.

Tendrían que centralizar la capacidad de dar declaraciones precisas y dejar de dar declaraciones de campaña…

Definitivamente. Fíjese: esa es una cuestión que he escuchado muchísimo, que realmente López Obrador pareciera que todavía está en campaña. Yo pienso que López Obrador tiene todavía muchos seguidores que no ha perdido, que todavía lo van a acompañar en todo el sexenio, aunque fracasara; pero definitivamente sí tiene que darse ese cambio.

Una declaración de él ahora hace temblar a la economía. Vemos estas declaraciones sobre el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios, el IEPS. Las hacen durante el gobierno de Peña Nieto. ¿Y qué pasa? Pues que hace pensar que el próximo gobierno no va a tener los recursos suficientes. Y, entonces, aparte, como ya no se va a endeudar, uno se pregunta de dónde va a obtener dinero.

Por eso, lo que hacen los inversionistas es pensar que aquí, en México, es una ruleta rusa para ellos. Nosotros obviamente vemos que López Obrador es un presidente que quiere al pueblo; que es un presidente que quiere el desarrollo de México y que quiere el rescate del sistema energético nacional. Pero eso no basta.

Suena nada más a deseos. Lo que se necesita son declaraciones que pongan las cuentas más claras. Yo pienso que se las dan, todos se van a beneficiar. No sólo la gente de a pie que creyó en él, la gente pobre, sus seguidores; también, aquellos inversionistas que están interesados en que su dinero les genere utilidades.

Andrés Manuel López Obrador (AMLO), presidente electo de México

Los inversionistas cuentan en este momento porque no hay dinero, no hay dinero del gobierno. Adicionalmente, la deuda -como les decía- es como de la mitad de la del producto interno bruto.

Por si fuera poco, los intereses actuales, como lo vemos en los Estados Unidos, ya no son como hace dos años. Aquí mismo, los intereses están subiendo, van a seguir subiendo y eso hace que las deudas sean realmente más grandes. Cuando las tasas aumentan un cuarto de punto, las deudas aumentan muchísimo.

López Obrador necesita asegurar eso. También, necesita ser muy cuidadoso en ciertas cosas que realmente son ineludibles como, por ejemplo, esta importación que vamos a tener de cuatro cargamentos de 350 millones de barriles de petróleo superligero -qué más o menos son un millón 400 mil barriles-.

Entonces, cuando él declara que no le gustan estas personas, lo hace de una manera muy descuidada.

Lo que vimos nosotros es que a partir del año 2016, la producción de este petróleo superligero (qué es el olmeca y el que realmente hace que la dieta que se consume en las refinerías sea muy buena, para que la gasolina y el diésel tengan una buena calidad y no tengan tanto azufre) comenzó a bajar.

En 2016, esa producción era como de 260 mil barriles diarios y en el mes de agosto pasado, fue de 130 mil barriles diarios. Bajó a la mitad. Entonces ya no se tiene esa carga que va a las refinerías para producir gasolina y diésel que no tengan tantos contaminantes.

Entonces, cuando López Obrador dice que no le gusta esa gente, no toma en cuenta esa baja en la producción de petróleo olmeca, y que no hay de otra.

Ahora, es cierto que con la reforma energética de Peña Nieto la producción se vino abajo. Peña confiaba en que los privados iban a sacar muchísimo petróleo y no ha sido así. En este momento, ya no queda más que traer ese petróleo, porque la gráfica de extracción petróleo superligero nos dice que no hay de otra.

Jorge Santa Cruz

Nicolás Domínguez Vergara

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